Comienza la segunda vuelta de la Liga BBVA y el Real Madrid tendrá que rendir visita a un Betis que ocupa la última posición de la tabla, pese a que por el mes de agosto nadie pensaba que ocuparía dicho lugar. Su juego ha ido de más a menos y algunas bajas durante la segunda mitad de 2013 han mermado su rendimiento, sobre todo en la competición de la regularidad.

Ni el cambio de entrenador ha conseguido revitalizar a un equipo que se ha venido abajo con la pérdida de un jugador fundamental como era Beñat y la larga ausencia de Rubén Castro que ha derivado en una falta de gol notable, llevando a los béticos a ser el equipo menos goleador de la liga. Sin embargo, no hay que olvidar que este equipo fue séptimo la temporada pasada y que en el Bernabéu hizo sufrir a los blancos.

Desborde y poco gol

Pues en este Betis aún hay hombres de calidad arriba y la llegada de Leo Baptistão para reforzar la banda no hace más que aumentar el peligro que puede generar este equipo. Un conjunto verdiblanco que basa buena parte de su vocación ofensiva en las internadas por banda, donde Vadillo y Juan Carlos han mostrado a lo largo de la temporada como elementos de desequilibrio que no han tenido recompensa por la falta de puntería de sus compañeros.

Rubén Castro en un partido con el Betis. Foto: Nando Martínez | VAVEL.com

Jorge Molina ha perdido pólvora y a Rubén le ha faltado regularidad, pero ambos tienen facilidad para el desmarque y acostumbran a estar preparados ante posibles segundas jugadas. Además, tanto el alicantino como el grancanario tienen calidad de sobra en los pies, por lo que hacen un gran trabajo al asociarse con la segunda línea y son una amenaza desde la larga distancia, como ya se ha probado en esta última época del Betis en Primera.

Desde la segunda línea también pueden ofrecer los verdiblancos buenas dosis de peligro, ahí pueden aparecer Verdú, Salva Sevilla, Juanfran o Matilla. Todos ellos con capacidad para combinar y encontrar resquicios en las defensas rivales para conectar con los extremos o el delantero. Sobre todo el catalán, que desde la mediapunta continúa siendo un gran baluarte, ahora para el conjunto andaluz.

Problemas en la transición

Sin embargo, el ‘diez’ bético ha visto mermado su rendimiento por uno de los grandes problemas del equipo: el balance defensa-ataque y ataque-defensa. Principalmente porque a veces le falta más apoyo del centro del campo y se ve aislado en la creación de juego, por lo que el juego ofensivo del Betis se ve resentido. Reducido a balones largos en busca de los extremos y que ellos resuelvan.

Por otro lado, cuando el equipo defiende ve como el centro del campo recula demasiado y en si el rival llega hasta la las cercanías del área, los sevillanos se ven defendiendo con una línea de cinco y favoreciendo las llegadas desde segunda línea sin oposición. Hecho que se ve acentuado porque a los cuatro hombres más avanzados les cuesta bajar a defender.

Ese mismo concepto del juego favorece el juego de ida y vuelta, estilo que en el que el Real Madrid se sumerge con facilidad por la verticalidad de sus hombres ofensivos y la capacidad de pase que tiene en la medular. Una situación del encuentro que no favorece a la defensa del Betis, pero que permitiría más espacios para el desborde de los extremos y la libertad de movimientos del punta –en caso de que Garrido decida jugar con un 4-2-3-1–.

Ganados Empatados Perdidos Goles a favor Goles en contra
2 5 12 16 28

Desde luego que este Betis no intimida si se observa la tabla de clasificación, donde es colista, el equipo menos goleador y el tercero más goleado. Pero si se atiende al nivel mostrado por sus jugadores no hace tanto tiempo, el respeto hacia el conjunto de las trece barras debe ser máximo, más aún si los hombres de ataque están acertados.