Trece son las ocasiones en las que el campeonato nacional de Liga ha llevado al Villarreal hasta el Santiago Bernabéu. No es uno de los partidos más numerosos que se han disputado a lo largo de la historia liguera pero sí destaca por ser de esos en los que la salsa del fútbol -el gol- se vive con pasmosa asiduidad. Cuarenta y nueve tantos en tres encuentros, que se reparten de una forma muy poco equitativa en favor del conjunto madridsita, invicto ante el 'submarino amarillo' en la condición de local. Los dueños de Chamartín suman 36 tantos a su favor, por los 13 encajados, goles que se traducen en 10 triunfos 'vikingos' y tres empates. A pesar de esto, el Villarreal no renuncia a dar la sorpresa en el Santiago Bernabéu en una temporada en la que ya le ha arañado dos puntos a los 'merengues' en el partido de ida en El Madrigal, aprovechándose de las dudas iniciales que los de Ancelotti sembraron durante el primer tramo de temporada y que parece, empiezan a disiparse con la intensidad y la contundencia exhibidos en los últimos partidos.

Craioveanu inauguró la cuenta

Trece encuentros entre blancos y 'groguets', diez triunfos 'merengues', 36 goles a favor y seis encuentros en los que el Real Madrid anotó tres o más tantos. Victorias contundentes las que dieron el pistoletazo de salida al duelo entre estos dos equipos en territorio madrileño. La temporada 98/99 sería la primera vez que ambos se veían las caras en Liga, aunque curiosamente, la historia de estos hechos recordará a un jugador 'groguet' como autor del tanto inaugural; Craioveanu marcaba el 0-1, haciendo saltar la sorpresa en el coliseo madrididsta, con tan sólo tres minutos de tiempo cumplido, una ventaja peligrosa y de doble filo cuando enfrente está el Real Madrid, acostumbrado a las lides de la remontada y con todo el tiempo del mundo por delante. Dicho y hecho. De paciencia y calidad tiraron los blancos para que, cumplida la media hora de encuentro, Raúl González estableciese la igualada en el luminoso y bajase al Villarreal de su particular nube. Mijatovic aparecería seis minutos después para establecer lo que, a priori, debía considerarse el orden natural de las cosas, dado que se estaba jugando en Chamartín. El montenegrino elevaba el 2-1 al marcador y daba paso a la goleada. Savio Bortolini, brasileño infatigable por la banda zurda, que recorría junto a su compatriota, Roberto Carlos, establecería el 3-1 al borde la hora de partido y el eterno capitán, Raúl, cerraría el resultado con el 4-1 definitivo.

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La noche de Guti

El canterano anotó un 'hat-trick' Dos temporadas tardaría la Liga en repetir este encuentro. Con el Real Madrid coronado como campeón de Europa, los valencianos llegaban al Bernabéu con la sempiterna ilusión y la característica de equipo correoso, capaz de exigir lo máximo a los grandes conjuntos pero los blancos tenían muy fresco en su memoria el susto que Craioveanu había sucitado en el respetable dos años atrás, por lo que Jose María Gutiérrez 'Guti', rubricaría uno de esos partidos para el recuerdo, con una soberbia actuación de esas que encandilaron al Bernabéu en su astro intermitente. 20 minutos bastarían para transformar el fútbol en gol y la intención en el 1-0, obra del canterano 'merengue', que no había hecho más que empezar. Capaz de lo mejor y de lo peor, para muchos, el madrileño escogería ante el Villarreal una noche para un recuerdo que se forja más fácilmente con goles y así, en el 51, anotaría el 2-0 para los suyos. A la fiesta se sumaba el avión de la zurda 'merengue' -Roberto Carlos- para aprovechar uno de sus eternos vuelos por la banda y marcar el 3-0, prolegómeno perfecto al definitivo 4-0, que anotaría Guti de nuevo, cinco minutos después. Hat-trick y noche para rendir -una vez más-l coliseo madrisita a los pies del genio.

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Punto de inflexión: resultados ajustados

Aferrado a la Primera División, el Villarreal llegaría una temporada después al Santiago Bernabéu con la intención de hacer bueno aquello de que "a la tercera va la vencida", idea con la que no congenió en aquel entonces el conjunto 'merengue', más dispuesto a ser fiel a sus costumbres y mantener el triunfo en lado blanco. Esto lo dejaría claro Raúl González antes de ver cumplido el primer cuarto de hora de partido con el 1-0. Y, siguiendo con el refranero, donde hay patrón no manda marinero, Fernando Hierro y sus galones serían los encargados de anotar esa pena máxima que elevaba al Madrid con dos goles de ventaja sobre su rival amarillo para que después, el risueño Steve McManaman estableciera el definitivo 3-0.

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Aquel resultado supondría un punto de inflexión en los duelos entre Real Madrid y Villarreal en el Bernabéu, un 'antes y un después' que daría inicio a una serie de partidos de ajustado marcador e incluso relegaría el triunfo en favor del empate. Así sucedía en la campaña 2002/03, cuando el gol de Zidane en el minuto 22 quedaba neutralizado por el tanto de Jorge López en el 46, un empate que no impidió al conjunto 'merengue' alzarse con el título de Liga, mientras que el Villarreal certificaba la décimo quinta plaza. Tras el que pudiera considerarse como 'pinchazo' ante el conjunto 'groguet', los blancos retomarían la senda del triunfo en el siguiente enfrentamiento (temporada 2003/04), aunque en un duelo muy alejado de las cómodas goleadas de antaño. En esta ocasión era Solari el que adelantaba a los blancos y Ronaldo el que aumentaba distancias en el 54 para que Sergio Ballesteros marcase el tanto del honor a cuatro del final. 2-1.
Mismo resultado que acontecería un año después, aunque los blancos empezarían rememorando sus peores fantasmas cuando Riquelme inauguraba el marcador en el minuto 39, adelantando al Villarreal y ubicando la congoja en la grada. Al rescate del Madrid salió -quién si no- Ronaldo Nazario para equilibrar otra vez el marcador y darle la oportunidad a un hombre poco habitual en la facetal del gol -Michel Salgado- de anotar el tanto del triunfo, el 2-1 definitivo.

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El empate a 3 vertió uno de los partidos más vibrantes entre los dos en el Bernabéu El empate y las dos victorias ajustadas vertían la idea de que el conjunto de Villarreal estaba tomándole la medida a los 'merengues', y aunque esto no le servía para imponerse sobre los blancos sí lo hacía para complicarles la vida y vender carísimos los triunfos. Así se confirmaba en la temporada 2005/06, en la que se vivía uno de los duelos más emocionantes -si no el que más- que se recuerdan. Baptista sería el encargado de dar el pistoletazo de salida a un partido que viviría nada menos que seis tantos. El gol 'merengue' se vería equilibrado de forma errónea, concretamente con un gol en propia puerta de Álvaro Mejías, que estableció el empate a uno cumplida la media hora de partido y anulando las distancias en el marcador; unas distancias que crearía de nuevo Diego Forlán aún en la primera mitad, fijando el 1-2 con el que se llegaría al descanso. El reinicio no ofreció sino más de lo mismo: Zidane concedía un poco de tranquilidad a los aficionados devolviendo el empate al luminoso y fijando la intención de cumplir con aquello a lo que el Madrid está obligado pero Forlán ya había dejado claro que su intención era comandar el inesperado golpe de autoridad que el aguerrido conjunto valenciano quería dar en el coliseo blanco y aparecería de nuevo al borde del final (minuto 85) para anotar el 2-3. La grada del Bernabéu no ganó aquella noche para sustos y sólo el primer autor del gol inaugural, Baptista, pudo perforar la meta rival en el 88 para establecer el definitivo 3-3 en el marcador. Y gracias.

06/07 y 08/09, las temporadas con menos goles

En duelos eminentemente marcados por la cantidad de goles anotados, llama la atención el encuentro disputado en la 06/07, donde ninguno de los dos equipos logró batir la meta rival. Sí lo conseguirían en la campaña 07/08, repitiendo de nuevo un marcador ajustado y quedándose otra vez los tres puntos en Chamartín en un duelo que, como ya empezaba a ser costumbre, no estuvo exento de sustos para la platea. Robinho trataba de evitarlo en el 8 adelantando a los suyos de forma temprana pero Rossi empataba siete minutos después, recordándole al Bernabéu que no hay triunfo sin esfuerzo, ni -en el caso del Villarreal-, sufrimiento. El propio Robinho volvería a adelantar a los suyos ya en la segunda parte pero Joan Capdevila amenazaba con hacer revivir a los blancos el 3-3 de la campaña 2005/06. Esta vez, sin embargo, Sneijder aparecería en el 76 para establecer el que, para alivio de la afición local, sería el 3-2 definitivo.

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Vuelta a las goleadas

La temporada 2009/10 traería consigo el debut de Cristiano Ronaldo en partido ante el Villarreal y el luso no querría perderse su cita con el gol en este encuentro. Él sería el encargado de inaugurar el marcador en el minuto 17 para que dos después Kaká ratificase la ventaja blanca con el 2-0. Marcos Senna, veterano y símbolo del conjunto amarillo, reducía distancias antes del descanso y en lo que ya estaba llamado a ser una goleada se sumaría Gonzalo Higuaín, en la segunda mitad para anotar el 3-1, tranquilidad para el Bernabéu en esos partidos marcados por los sobresaltos, enemigos de la grada que amenazaban con hacer acto de aparición con el gol de Nilmar Da Silva en el 66. De nuevo Higuaín sería el encargado de asestar el golpe de autoridad en el marcador con el 4-2. Y al apoyo del argentino llegaron también un brasileño y un tolosarra. Kaká rubricaba su doblete con el 5-2 para que Xabi Alonso cerrase el luminoso con el definitivo 6-2, el partido con más goles de todos los disputados entre estos dos conjuntos en el Bernabéu.

El último de los enfrentamientos que ha medido, hasta la fecha, a ambos conjuntos en el coliseo 'merengue' tuvo lugar en la temporada 2010/11 y no libró al respetable de la tendencia habitual. Hat-trick de Cristiano en el último Madrid - Villarreal Cani García marcaba el primero del partido a los seis minutos para que Cristiano, que iba a erigirse en el hombre del encuentro, devolviera las tablas al marcador tres minutos más tarde. Poco había podido disfrutar el Villarreal de su momentáneo triunfo pero la desilusión no se adueñaría de los 'groguets', que en el tanto de Marco Ruben a los 20 minutos vieron revivir la esperanza. Decidido a no especular más con el resultado, Cristiano anotaba el segundo en su particular cuenta y segundo para su equipo un minuto antes del descanso en uno de esos momento psicológicamente trascendentales. Y en la segunda mitad, suma y sigue; el crack de Madeira certificaba su hat-trick con el tercero de la noche, al que le pondría la guinda, Kaká con el 4-2 definitivo.


Foto: madrididistasdeluniverso.blogspot.