La suerte de la pena máxima suele terminar positivamente para los intereses del lanzador. En un mano a mano entre artillero y guardameta, la precisión del primero, y la habilidad del segundo para leerle las intenciones suelen ser clave. Pero además, entran en la ecuación más factores externos, como la presión ambiental, la propia por el momento del mismo, o un resbalón inoportuno.

Precisamente ésto último le sucedió a Ángel Di María cuando se disponía a ejecutar un penalti que daría casi por concluida la eliminatoria en favor del Real Madrid. La mano de Pisczcek la castigó el colegiado del encuentro, y ante la falta de Cristiano Ronaldo, fue el argentino el que asumió la responsabilidad de, con su pierna izquierda, afrontar el lanzamiento.

El resbalón que precedió al golpeo hizo que el balón no saliera con la precisión que al internacional albiceleste le hubiera gustado, y Weidenfeller, que había adivinado el lado al que Di María ejecutaría el penalti, repelió el balón. Era la décima ocasión en la que el Madrid desaprovechaba un penalti en Champions League, de los 36 intentos que ha tenido hasta el momento. Con el fallo del natural de Rosario, el Madrid deshace un empate a errores con el Arsenal, a nueve, para comandar en solitario la tabla con diez.

El Madrid ha fallado 10 de los 36 penaltis que ha tenido en Champions League

Por detrás del cuadro inglés y el conjunto español, se encuentran el Bayern y el Barcelona, igualados con ocho fallos, y por detrás de ellos aparece el Leverkusen, con cinco errores en los lanzamientos desde los once metros. En esta edición, ante el Copenhague en Dinamarca, Cristiano Ronaldo había errado un lanzamiento, que unido a éste, suman dos en una misma temporada, algo que no ocurría desde que Van Nistelrooy fallase dos penaltis también en una misma campaña. El primero, ante el Steaua en el Bernabéu el 1 de noviembre de 2006, y el segundo, 20 días después, ante el Lyon, en los instantes finales de un empate a 2 también en el feudo merengue.