Cuando el colegiado Damir Skomina señaló penalti favorable al Real Madrid, parecía haberse acabado la eliminatoria por completo. Un gol de los blancos obligaba al Borussia a marcar 5 tantos en los 75 minutos restantes. Todo parecía de cara para los de Ancelotti, pero la noche comenzó a torcerse. Weidenfeller atajó el penalti a Di María y en 13 minutos 2 goles de los alemanes llevaron la locura a la grada y el miedo a los jugadores madridistas. Con el paso de los minutos la situación se volvía cada vez más delicada, Bale y Benzema no daban síntomas de estar dentro del partido y fue ahí cuando la CCC apareció. El Real Madrid se sostuvo gracias a los 3 únicos jugadores sobre el césped que han defendido el escudo del Madrid en las categorías inferiores del club blanco: Casillas, Carvajal y Casemiro.

Casillas, el que nunca falla

Casillas apareció cuando más se le necesitaba con su recital habitual de paradas para hacer bueno el 3-0 de la ida. Íker estuvo cerca de obrar el milagro en el 2-0 al desviar al poste el disparo de Lewandowski que finalmente Reus acabó materializando, pero a partir de esa jugada el meta blanco echó el cerrojo. En el minuto 67 Mkhitaryan pudo empatar la eliminatoria, pero su disparo desde dentro del área fue despejado por Casillas. Dos minutos después era Grosskreutz el que se topaba con el muro de Móstoles en la que fue la intervención más destacada del portero madrileño.

Una vez más, Casillas volvió a sostener al Real Madrid cuando todo parecía perdido

*Íker Casillas logra desviar el disparo de Grosskreutz | Foto: as.com

Carvajal, el trabajador silencioso

El lateral blanco afrontaba la vuelta de las semifinales siendo el jugador con menos experiencia en Champions del 11 titular madridista con sólo 6 partidos en esta competición. Pues bien cualquiera lo diría después de ver el recital de Dani Carvajal en Dortmund. Acostumbrado a sumarse al ataque constantemente, Carvajal era consciente que frente al Borussia debía contenerse y asumir un papel mucho más defensivo de lo habitual. El 15 madridista contagió al equipo con su entrega, dejándose la piel en cada jugada y metiendo la cabeza donde muchos otros no hubiesen metido ni la pierna. El lateral blanco dio una lección de cómo uno se gana el puesto única y exclusivamente dentro del campo, sin hacer ruido, sin declaraciones polémicas, aprovechando cada oportunidad y dejándose el alma por el escudo que defiende.

Casemiro, el protagonista inesperado

20 minutos fueron suficientes para que Casemiro demostrase el potencial que atesora. El brasileño entro sustituyendo a Di María y lo primero que hizo al ingresar en el campo fue alentar a todos sus compañeros como si de un capitán se tratase. Casemiro aportó al equipo la dosis de tranquilidad que necesitaba en el centro del campo, ofreciéndose constantemente a Xabi y Modric, permitió al Madrid realizar posesiones largas que desesperaban a los alemanes. Sin balón, el joven brasileño se desgastó en la presión. Con una intensidad propia del partido que se estaba jugando, Casemiro fue una roca en la medular. El gesto de rabia del centrocampista al acabar el encuentro habla por sí solo de las ganas con las que disputó los minutos que le dio Ancelotti.

*Casemiro alza los brazos celebrando el pase a las semifinales de la Champions | Foto: estadiodeportivo.com