La temporada del Real Madrid Castilla empezó siendo una caída libre que se vio frenada con el cambio de entrenador. A partir de ese momento, los hombres de José Manuel Díaz iniciaron una escalada que encara su tramo final en medio de una irregularidad peligrosa. Eso, sumado a lo apretadas que están las distancias en la tabla clasificatoria, origina que el primer filial 'merengue' no haya dejado de coquetear en ningún momento con los puestos de descenso. El Alfredo Di Stéfano no ha sido ese fortín inexpugnable que sí fue en campañas anteriores y los 'pinchazos' en casa, tales como el acontecido la pasada jornada ante el Deportivo de La Coruña, obligan a los blancos a alzarse con el triunfo lejos de su feudo, si quieren iniciar la enésima escalada en la clasificación, una ecalada que además, resulte definitiva. Y el propósito arrancaba hoy en Mendizorroza.

El Castilla se adelanta en un intenso arranque

El choque ante el Alavés arrancó con un alto ritmo y una fuerte intensidad aunque sin un claro dueño de balón y por ende, del juego. Los blancos -de naranja en la tarde de hoy- dieron, sin embargo, un paso al frente en el manejo de balón, concediéndole una buena fluidez y una rápida circulación sin dar, eso sí, como el camino hacia la meta alavesista. La presión rival no tardó tampoco en causar efecto en el choque y el conjunto local empezó a dificultar la dinámica del encuentro para los castillistas, que hallaban su particular límite en la zona de tres cuartos. El duelo en el centro del campo se presumía titánico y los robos de balón en uno y otro bando caracterizaron los minutos iniciales. 

Las acciones a balón parado también abundaron en los primeros compases del partido, cercando especialmente la meta del Alavés. Y desde aquí, la recompensa no tardaría en llegar para el equipo que, probablemente y hasta ese momento, más lo había intentado. Los blancos botaan una falta muy escorda a la derecha de la portería alavesista y Jaime Romero se aprovechaba de un error de Crespo para cabecear al fondo de la malla el que sería el 0-1. Pronto golpe de moral para los visitantes y mucho tiempo de reacción para los locales. 

El Alavés empata el duelo

A pesar del golpe, el Alavés no se desdibujó y trató de imprimerle algo más de intensidad a su juego, aunque el Castilla mantenía el ritmo y se mostraba seguro y expeditivo en labores defensivas sin renunciar tampoco a ese segundo gol que les diera aire en un partido que iba a hacerse muy largo. En este intento aparecería Lucas Torró (minuto 18) para darle un nuevo testarazo al balón, que esta vez, acabaría perdiéndose fuera, merced de la providencial mano el meta local. Con el susto en el cuerpo, el Alavés se daba por avisado e intentaba fulminar, con poco acierto, las distancias que separaban a su equipo y el Castilla en el luminoso de Mendizorroza pero los de Díaz no sufrían en la labor de salvaguardar su meta.

Medina intentaba devolver el empate a los suyos con un remate que acabaría finalmente en nada. Serían minutos de mayor presencia en el área madridista, que acabaría con nefestas cosnecuencias para los blancos cuando Omar  cometía penalti sobre Beobide. El encargado de lanzar la pena máxima sería Borja Viguera y aunque Pacheco se lanzaba bien, el balón acababa burlando su salvaguarda para establecer el 1-1. El tanto dio alas al Alavés que, en volandas de su afición, empezó a apretar más y a exigir a los defensas 'merengues', que se vieron algo más apurados para despejar las jugadas que el rival realizaba en sus inmediaciones. 

El Castilla golpea de nuevo

Poco a poco y con el desarrollo de los minutos, el Castilla recondujo el encuentro hacia la misma dinámica del inicio y gozó algo más de la posesión del cuero, adelantando el juego aunque esto no propiciaba, tampcoo, que el Alavés reculase. Los pupilos de Alberto López habían acentuado su confianza y se expusieron más sueltos y tranquilos, habiéndose sacudido ya el impacto inicial de los blancos. Pero los de Díaz se encargaron de tratar de atenazarles de nuevo con el terer tanto de la tarde, el segundo para su particular cuenta goleadora: sucedería a la salida de un córner botado por Lucas Vázquez y perfectamente cabeceado, otra vez por Jaime Romero, que devolvíva la ventaja en el marcador a los suyos, dejando claro que el balón parado del que tantas veces ha adolecido el Castilla con goles en contra, hoy era una mina de oro para los 'merengues'. 

Y Sin tiempo para más, el colegiado mostraría el camino hacia el túnel de vestuarios.
 

El Castilla aprieta

Los minutos iniciales del segundo tiempo fueron una prolongación de lo que había dado de sí el primero y el Real Madrid Castilla salía decidido a no permitir que de nuevo el Alavés recortase distancias en el marcador. La tuvieron los pupilos de Jose Manuel Diaz en una buen jugada en el interior del área pequeña, aunque finalmente la zaga local acabó por desbaratrarla. Los de Alberto López trataron de contener la salida en tromba de los blancos pero el balón apenas le duraba en los pies, como conscuencia de los rápidos robos y la anticipación 'merengue'. Dinámico en ataque y expeditivo en defensa, el equipo visitnate no pasó excesivos apuros en los primeros minutos del segundo tiempo. 

El conjunto castillista había visto en el balón parado a su gran aliado y lo mismo trataría de hacer el Alavés con una falta en la frontal del área que botaba Borja Viguera para enviar el cuero demasiado aloto, perdiéndose sobre el travesaño de la meta blanca. Lo intentaba el Castilla con continuas llegadas por las bandas, gran velocidad y verticalidad en su ataque, rasgos caracaterísticos del conjunto blanco, que no obstante no encontraban esa última jugada o ese último toque que concediera a los suyos el gol de la tranquilidad. Los locales, por su parte, adolecían de las dificultades en que los visitantes les sumían, impidiéndoles prácticamente tocar el balón. 

El Alavés devuelve las tablas al marcador

Ni siquiera en las escasas llegadas que el Alavés lograba generar, se atisbaba un mínimo de peligro, atenta y expeditiva como estaba la zaga 'merengue'. No así en el área alavesista, donde las llegadas de Lucas Vázquez destilaban un gran peligro, como la que se daba cumplida la hora de partido cuando su centro, en paralelo prácticamente con la línea de fondo no encontró rematador y sí un zaguero local que despejaba. 

Los banquillos empezaban a moverse en busca de la reacción para unos y de la confirmación para otros y esa llegaría, precisamente en filas locales, aunque no en botas de un cambio, precisamente, sino del primer goleador de la tarde para los de Alberto López: Viguera se sacaba un trallazo que se colaba directamente por la escuarda de la portería blanca, insuflando un ainyección de moral para los suyos y despertando a un Mendizorroza que sucumbía en el mismo letargo que su equipo.  

Arreón final 

En la recta final del partido, los ánimos se exaltaron y los blancos reclamaron un penalti sobre Llorente, que hubo de ser atendido por un golpe, aparentemente sufrido en el área, aunque no lo entendería así el colegiado del encuentro. También el jugador del Alavés Óscar Serrano, en el banquillo, vería la tarjeta roja por una acción sucedida en el lateral del campo entre Lucas Vázquez y un jugador rival. Tanto había elevado los ánimos alavesistas el postrero tanto de Viguera, que Quiroga estaría a a punto de adelantar por primera vez a los suyos y darle el triunfo, quizás, al Alavés con una nueva ocasión que acabaría finalmente en agua de borrajas. Los de Jose Manuel Díaz tampoco habían hecho decrecer su juego ofensivo y de nuevo, como había sucedido ya en algunos tramos del choque, faltó esa jugada final. 

El cronómetro amenazaba con el final del encuentro y las tablas mostrabanun resultado queno le servía ni a uno ni a otro, volcados por completo en ese último gol que decidiera el choque. Y en esas aparecería, de nuevo Quiroga para rematar un balón que acabaría en las manos de Pacheco, que evitaba el 3-2. La respuesta llegaría por medición de un nuevo disparo de Jaime Romero, que tuvo en su mano el 2-3. Borja Viguera buscaba el tercero para su particular cuenta, tratando de dar la última palabra a los suyos pero su remate también acabaría, en la línea de los demás, perdiéndose por línea de fondo

La recta final del partido concedió esa posesión al Alavés de la que no había disfrutado en el resto del partido aunque ni uno ni otro volverían a hacer fructíferas sus intentonas, certificando un empate que no les sirve a ninguno de los dos. 

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Sobre el autor
Jessica Galera
Mis dos grandes pasiones son la literatura y el fútbol. Me encanta, especialmente, el género literario de la fantasia, todo aquello que no entiende de límites y que transmite la idea de que cualquier cosa es posible. Y esta idea la hago extrapolable al fútbol. Me encanta cualquier jugador que hace de este deporte fantasía. Soy autora del libro 'La Última Alianza' , Managing Editor en VAVEL.com y redactora de la sección del Real Madrid.