Cada vez que el Real Madrid viaja hasta territorio alemán, la vieja leyenda de su maldición germana resucita en un constante recordatorio de la cautela que exige jugar allí. No es para menos; los desplazamientos a Alemania han sido sinónimo de muchos de los más grandes varapalos para el club de Concha Espina. Algo paralelo sucede cuando se trata de un partido ante el Bayern de Múnich y en este caso, ni siquiera se hace necesario el viajej a tierras germanas. Medirse a los muniqueses es sinónimo de dolores de cabeza para los blancos, que no en vano ven acuñado el término de la 'bestia negra' cuando del Bayern se trata.

Sin embargo, esta vez los 'merengues' gozan de un particular antídoto que no tuvieron antes: Carlo Ancelotti. Más allá de las dificultades que plantea un equipo como el vigente campeón de Europa, lo cierto es que el actual técnico madridista no sabe lo que es caer ante los teutones, a los que se ha medido en un total de seis ocasiones en la máxima competición continental.

Doble triunfo en la 2002/03

Carlo Ancelotti veía medirse a su Milan con el Bayern allá por la temporada 2002/03; más concretamente en la fase de grupos. El gol inicial de Filipo Inzhagi hizo saltar la sorpresa en el Olímpico de Múnich a poco de cumplirse la hora de partido, un gol cuya alegría duraría poco tiempo, merced del tanto anotado dos minutos más tarde por Claudio Pizarro. El empate se prolongaría hasta las postrimerías del choque, cuando en el minuto 84, Inzhagi certificaba su doblete con un nuevo tanto, el del triunfo italiano en uno de los estadios más complicados de Europa. Toda una declaración de intenciones.

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Pese a no tratarse de una eliminatoria con todas la connotaciones que ello lleva implícito, el Milan exhibió su fortaleza una vez más en el partido de vuelta, esta vez, en casa, donde cosecharía idéntico resultado ante los germanos. Sin dar ocasión a los alemanes para que estos pudieran generarse falsas esperanzas, los hombres de Carlo Ancelotti se pusieron por delante en le marcador otra vez, en esta ocasión por mediación de Serginho. De nuevo, los muniqueses trataron de contrarrestar el poderío italiano y Michael Tarnat devolvía las tablas al marcador para que -otra vez él- Inzhagi fijase el definitivo 2-1.

Primera elimintoria a favor de Ancelotti

Algo más le complicaron las cosas a los del técnico de Regiolo los alemanes en la campaña 2006/07; octavos de final. Si en la anterior ocasión cruzaban sus caminos en una fase de grupos, esa campaña les midió por primera vez en una eliminatoria a doble partido, en la que los germanos vendieron más cara su piel. Disputando el primero de los dos encuentros en Alemania, los hombres que por aquel entonces entrenaba Felix Magath se pusieron por delante en el luminoso, gracias al gol de Michael Ballack cumplido el minuto 23, un tnato que contrarrestaría en el 57 Andrei Shevchenko, desde los once metros, insuflándole un poco de aire a los pulmones milanistas de cara al partido de vuelta. Los transalpinos arrancaban de Alemania un resultado más que favorable para susu intereses.

Con la eliminatoria abierta y todo por decidir viajaron los jugadores del Bayern de Múnich a San Siro en tiempos de más lustre para el combinado rossoneri; un lustre del que dieron buena muestra en aquel duelo, certificando su superioridad sobre el conjunto bávaro. Filipe Inzhagi, confirmado ya como la gran pesadilla muniquesa, inauguró el marcador con tan solo ocho minutos de tiempo disputado, un gol que se vería respaldado por la segunda diana italiana, la que anotaría Shevchenko en el 25. Pero el Bayern no estaba dispuesto a capitular sin ofrecer la menor resisitencia y en esas apareció Valerien Ismael para anotar el provisional 2-1.

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La igualdad volvería a romperla el gran dolor de cabeza para los alemanes. Inhagi sumaba un nuevo doblete en otro enfrentamiento con el Bayern y el postrero y cuarto gol del choque y la eliminatoria sería obra de Ricardo Kaká, un vijo conocido de la parroquia madridsita. Victoria y pase más que mereceido para los hombres de Carlo Ancelotti.

Pleno de Ancelotti, invicto ante el Bayern

Una temporada después, Bayern y Milan volverían a verse las caras en cuartos de final, en lo que los alemanes recibían como la posibilidad de tomarse su particular 'vendetta', algo que no arrancaría del todo mal tras el empate a dos cosechado en San Siro y que lo dejaba todo a expensas del golpe definitivo 'en casa'. Andrea Pirlo había sido esta vez el autor del primer gol para los milanistas al borde del descanso, uno de esos momento psicológicamente dañinos del que pudo reponarse el Bayern cumplido el minuto 78, gracias al tanto del empate, el que anotaba Daniel Van Buyten. Ricardo Kaká adelantaba otra vez a los suyos desde los once metros para que, de nuevo Van Buyten estableciera las defintivas tablas en el marcador.

Se las prometían muy felices los alemanes, habiendo lgorado marcar dos goles fuera de casa y debiendo 'matar' la eliminatoria en su propio fuedo pero las cosas no pudieron ir peor y así lo dejaría patente Clarence Seedor, anotando el primer gol del encuentro y enmudenciendo a un sorprendido Allianz Arena; un tanto que aún recibiría el definitivo zarpazo con otro gol más de Filipo Inzhagi al que, no por costumbre, dolió menos a la afición del Bayern.

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"No es mi bestia negra", afirmaba Carlo Ancelotti ante las cuestionesn de los periodistas sobre el Bayern de Múnich. Los datos dejan más que patente que ciertamente no lo es, una estadística a la que el técnico de Regiolo tratará de dar longevidad en un nuevo asalto, esta vez, en el banquillo del Real Madrid.