La enésima oportunidad del Castilla volvía a serle ofrecida al cuadro de Manolo Díaz para evitar los puestos de descenso. La mala racha del filial blanco en las últimas jornadas ha condenado, al menos de forma provisional, a ocupar uno de los puestos destinados a dirimir la identidad de los equipos que perderán la categoría a final de temporada.

La visita a Montilivi aparecía como una nueva final para el primer equipo de cantera del Real Madrid, que llegaba al feudo del Girona con la necesidad de sumar de tres en tres para empezar a mirar hacia atrás a los puestos de descenso, en un choque que debía medirles, además, a un rival directo por el objetivo principal de la temporada: lograr la salvación.

Dominaba de salida el Girona, Pacheco mantenía al Castilla vivo

De salida, los hombres de Machín arrollaron a los merengues. La salida en tromba del cuadro catalán hizo que en los primeros compases del partido, Pacheco emergiera como la figura más destacada del filial madridista, manteniendo vivo a su equipo encadenando una serie de grandes intervenciones, negándole a los futbolistas albirrojos, incapaces de perforar el arco del guardameta extremeño.

Especialmente Ortuño se encontraba una y otra vez con los guantes del portero blanco, que seguía dando opciones a los suyos de optar a sacar algo positivo en el encuentro, a pesar del evidente dominio de los locales. El primer intento merengue corrió a cargo de Willian José, que desde lejos probó a un Isaac Becerra inédito hasta el momento, aunque el disparo del brasileño salió lejos de ponerle en riesgo al ex guardameta de La Fábrica.

Pasaban los minutos y la inercia del choque seguía en la misma dirección. El Girona atacaba, el Castilla replegado atrás y en las manos de un Pacheco providencial. Con eso, poco a poco fue estirándose el cuadro madridista, hasta el punto que los instantes finales del primer acto llegaron a inclinar el campo hacia la portería albirroja, gozando de buenas oportunidades para adelantarse en el luminoso.

Quini adelantó a los suyos tras la reanudación

Y así fue, poco después del comienzo del segundo tiempo. Primero avisó Aguza, en la recta final del primero, con un golpeo desde más de 2o metros que se estrelló en la madera, dando pie a imaginar lo que iba a suceder unos instantes después. Posteriormente Willian, con un gran movimiento dentro del área, casi con el tiempo cumplido.

En esta ocasión sería Quini, el que tomó la alternativa, y dio la alegría a la parroquia madridista. El cordobés se marchó de tres jugadores por su banda, la derecha, apenas 60 segundos después de que el colegiado diera comienzo a los segundos 45 minutos; se internó en el área y superó a Becerra en su salida, adelantando a los suyos.

A pesar del dominio local en gran parte de lo jugado del partido, eran los blancos quiénes golpeaban primero, aunque aún restaban gran cantidad de minutos por jugar. El Castilla se encomendó entonces a guardar la ropa y salir a la contra en cuanto apareciera la oportunidad, buscando sentenciar el choque aprovechando una de esas pocas salidas en tromba de las que pudiera gozar.

Transcurrían los minutos, y el filial blanco, tuvo en sus botas acabar con el partido, pero no aprovecharon Lucas primero y el propio Willian después, sendas claras oportunidades de volver a batir a Isaac Becerra. Mientras, Pacheco seguía achicando agua sumando méritos para recibir las felicitaciones de sus compañeros, denegando todas las oportunidades del Girona.

Susto tremendo de Llorente, igualada sobre la bocina albirroja

Mediado el segundo acto, llegó el peor momento del encuentro. Un encontronazo de Llorente con un jugador rival obligó a parar el partido, y cortar la participación del zaguero blanco en el mismo, que tuvo que retirarse en camilla, visiblemente conmocionado.

El gol de Ortuño, a dos minutos del final, cerró el marcador

Ante la imposibilidad de los merengues de matar el partido, surgió la cabeza de Ortuño para igualar la contienda. El jugador del Girona se elevó más que nadie tras un saque de banda, a falta de apenas segundos para el final del tiempo reglamentario, y superó por primera y única vez en la noche a Pacheco, que esta vez nada pudo hacer para evitar que el cuero superase la línea de gol, y subiera el empate al marcador de Montilivi.

El feudo catalán estalló de júbilo, confiando en que en los últimos instantes del partido pudieran no solo llevarse un valioso empate, sino lograr la victoria. Por su parte, las caras de desánimo en el bando blanco eran evidentes, viendo cómo los tres puntos con los que habían contado se esfumaban casi con el tiempo cumplido.

Esa situación de impotencia quedó personificada en la segunda cartulina amarilla que recibió Mascarell, apenas a dos minutos de completarse los cuatro de añadido que decretó el colegiado, dejando al Castilla con uno menos para afrontar los últimos compases de encuentro, a la postre, los más anodinos, a pesar de estar el tiempo ya cumplido.

Con el pitido final, se consumó la dolorosa noticia para el cuadro blanco. Nuevamente, los puntos volaban lejos de su casillero ante un rival directo, perdía a un jugador importante como es Omar para el siguiente encuentro, y centraba la preocupación en el estado de salud de Llorente, que sufrió una conmoción cerebral.

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Fotos: LFP.