Un Mundial es el campeonato más complicado de ganar, a pesar de tener que disputar tan solo seis partidos para proclamarte campeón. La dura competencia, y lo caro que se paga cualquier traspiés hacen que la tensión sea constante para todos los componentes de las diferentes selecciones, más aún cuándo partes como favorita en tu propio evento.

Marcelo, de los mejores en el empate de su selección

Es el caso de Brasil. La canarinha recibe al resto de combinados nacionales y cuenta con un punto de presión extra, al encargarse de la organización. Si a esta circunstancia le unimos la inoperancia del centro del campo brasileño, la buena disposición de México, y las grandes intervenciones del portero de El Tri, se entiende de modo más sencillo el empate que cosecharon los de Scolari en la apertura de la segunda jornada de este Mundial.

Marcelo fue el principal creador de juego de Brasil, que volvió a tener problemas en la creación

Fortaleza como escenario, México como rival. Los del Piojo Herrera venían henchidos de moral tras haber derrotado a Camerún en el primer partido, y se citaban con los brasileños en lo que querían convertir en un duelo entre iguales. Nuevamente Marcelo como titular en el carril zurdo de la defensa brasileña, y otra vez los problemas para Brasil a la hora de generar juego.

La inoperancia en el centro convierte al lateral del Real Madrid en pieza fundamental, para iniciar los ataques desde el costado, buscando una alternativa a la lenta circulación en la franja ancha del campo. A esta petición respondió a la perfección Marcelo, que en multitud de ocasiones se hacía con el balón y le daba una salida, incluso saliendo por el medio, para agilizar el movimiento del cuero.

Marcelo, ante Herrera (Foto | Getty Images).

Además, en defensa, los problemas para Brasil volvieron a venir por el costado opuesto, el que ocupa Dani Alves, con un Marcelo más que correcto en labores en retaguardia. La tendencia de Gio Dos Santos a caer al perfil zurdo del ataque azteca le facilitó la labor, y le permitió tener más presencia ofensiva. En el segundo acto, la única mancha en la labor de Marcelo fue el claro intento de engañar al árbitro, dejándose caer en el área rival, aunque ésta vez el colegiado turco no cayó en la trampa, como sí hiciera Nishimura en la primera jornada.

Goleada croata que recorta distancias con Brasil

Esta vez, sin embargo, fue la selección de Croacia la que le dio una alegría a la parroquia madridista. Nuevamente con Modric desde la partida, comandando al combinado balcánico desde la medular, los hombres de Kovac saltaron al verde del Arena Amazonia a sabiendas que una victoria les auparía de nuevo a la lucha por la primera posición, aunque con un punto por detrás, con Brasil.

Y poco tardaron los croatas en encarrilar un encuentro que terminarían venciendo por un contundente 4-0, gracias en gran parte al doblete que consiguió Mario Mandzukic, ausente por sanción en el primer duelo frente a la canarinha. Nuevamente, el jugador croata del Real Madrid resultó decisivo con su buena concepción del juego, y su movilidad. Gracias a la expulsión de Song, el centro del campo se despejó aún más para los intereses balcánicos, y todavía se generó más hueco para el movimiento del futbolista blanco.