El ciclo viene repitiéndose, metódicamente, año tras año: la recta final de la temporada suele ser una ardua lucha en pos de la conquista del viejo continente pero el arranque lleva al Madrid a hacer las Américas y en eso empezaron a trabajar hoy los hombres que, por segundo año, dirige Carlo Ancelotti.

Sin los mundialistas -Ramos, Casillas y Modric se incorporaron hace pocos días a la concentración-, el carro exigía a un tirador de peso como Gareth Bale, con ganas de reivindicarse el galés como el hombre de la pretemporada, después de que en su primer año como blanco, no pudiera hacerlo. Y esta vez, vaya si lo hizo, aunque eso no resultó suficiente para los suyos.

Trallazo de Bale para abrir el marcador

El galés ya rondó el gol antes

Movilidad, dinamismo y una clara voluntad de imponer dominio. Así fue como los blancos dieron inicio a un partido con el típico ritmo de pretemporada. El Inter aceptó su rol en el juego y se mantuvo sereno, tratando de aprovechar sus posesiones. Faltaban muchos en filas blancas pero no faltaba él: Gareth Bale. Llamado a tirar del carro en la ausencia de muchos de los pesos pesados de la plantilla, el galés mostró ganas de reinvidicarse en una temporada en la que trabajará -a diferencia de la pasada- desde el principio. Suyo fue el primer remate de los vikingos, con la cabeza, un balón que se estrellaba en el travesaño de la portería italiana, advirtiendo a los interistas. El galés expuso una constante sensación de peligro en los metros finales para su equipo, aunque la falta de acierto en alguna de ellas, privó al Madrid de adelantarse de forma temprana. 

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Al peligro que desprendió Bale, le acompañó la verticalidad de Isco, la velocidad de Carvajal en incorporaicones al ataque y la buena sintonía con Lucas Vázquez; suyo fue el pase con el que Bale remató sin suerte, al larguero. Algo más de fortuna acompañó al trallazo del galés en una jugada que el de Cardiff inició en el centro del campo para enviar, desde fuera del área, un 'zambombazo' que batió, sin concesiones, a Handanovic, elevando el 1-0 al marcador -minuto 10-. En los 'merengues', la posesión de balón tenía un ritmo distinto, más veloz y letal, en contraposición con el juego más pausado del Inter, que además, en los minutos iniciales estuvo a merced del Real Madrid. 

21 minutos para el primer remate interista

Pocas ideas en los interistas en los compases iniciales del choque, también gracias a la presión que los blancos ejercieron sobre su rival durante ese período de partido. Las ocasiones de los transalpinos llegaban mediante jugadas a balón parado, que tampoco pusieron en apuros la portería defendida por Diego López. Muy estáticos los italianos, su juego combinativo tampoco fue un plus para intentar anular la superioridad que los blancos exhibían. 21 minutos hubieron de transcurrir para que el Inter fuera capaz de rondar las inmediaciones del área blanca y rematar; sería mediante una jugada desarrollada por la banda izquierda que Jonathan culminaba, enviando el cuero por encima del travesaño 'merengue'. 

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En aquellos momentos en los que el juego se pausó algo más, el Madrid pasó de exhibir su pegada y su verticalidad, a lucirse con toques, combinaciones rápidas y la movilidad de sus jugadores. El Inter trataba de cubrir espacios y acentuar la presión pero los de Ancelotti continuaban generando llegadas y desprendiendo sensación de peligro. Como peligro tuvo el disparo de falta directa que, otra vez Bale, efectuaba al borde de la media hora de partido y que acabó perdiéndose en corner por muy poco ante la buena intervención del meta interista. Por momentos, la sintonía de partido amistoso, quedaba relegada en favor de un choque de altos vuelos, con gran carga competitiva y a la altura de un Inter de Milan - Real Madrid, que tantas noches gloriosas ha dado en la vieja Europa; las entradas se sucedieron y las faltas detuvieron el juego, ocasionando que Lucas Vázquez necesitase de asistencia por un golpe en el labio, que sangraba. 

El Inter busca la reacción al borde del descanso

El Inter había sido incapaz de doblegar el dominio merengue y la búsqueda de un juego más trabado tampoco favoreció a los italianos, que rara vez sobrepasaban la línea de tres cuartos madridista. Desde esa distancia, aproximadamente, botaría Jonathan una falta que acabaría paseándose por el área blanca sin consecuencias para Diego López y de nuevo, sin llegar a meter el susto en el cuerpo a los blancos. 

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Coincidiendo con los minutos finales del primer tiempo, el Inter logró acercarse algo más; primero con un disparo de Ranocchia, que acabaría perdiéndose fuera, al igual que el remate de Chukwuma. Botta y Dodó pusieron el punto y final a la primera parte con sendos disparos que acabaron en nada, como en nada acabaría también la intentona de Gareth Bale, que no veía a Isco y buscaba culminar él mismo la jugada, mandando el cuero fuera. 

Continúa el control madridista

Cambios, como no podía ser de otro modo, tras los 45 minutos iniciales; cambios en filas blancas pero no en la tensión que se respiraba sobre el terreno de juego y que a punto estuvo de concluir en una pequeña tangana que finalmente no pasó a mayores. Gareth Bale había dejado su lugar al joven Marcos Llorente, futbolista que promete en la cantera blanca y en quien Ancelotti tendrá, a buen seguro, puesto un ojo durante esta pretemporada. 

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El juego continuó exhibiéndose como lo había venido haciendo en la primera mitad: con un Madrid tranquilo, dueño del balón y haciendo buen uso de sus numerosos recursos en función de lo que la situación exigiera. Y no sólo en ataque y en la construcción del juego, sino también en defensa; buena muestra de ello la daba la zaga merengue en una buena jugada de D'Ambrosio, que acabaría desbaratando la defensa blanca. 

El Madrid, algo más exigido

El avance de los minutos en el cronómetro trajo consigo una mejoría del Inter con respecto a la primera parte, donde apenas lograba hilvanar jugadas de ataque que le llevasen a zonas peligrosas del campo. En los segundos 45 minutos sí logró hacerlo aunque tampoco exigió en demasía a los blancos en labores de destrucción. Los de Ancelotti seguían llevando la manija del encuentro pero las distancias se mantenían en el mínimo, con el 0-1 anotado por Bale, uno de los mejores hombres del partido hasta ese moemento, junto a Lucas Vázquez. 

El Inter logró aplacar, en parte, el control del Madrid

Los blancos triangulaban en la zona de tres cuartos, viendo imposibilitada la opción de construir un camino hacia la portería del Inter de Milan, bien custodiada por su defensa. Siendo así, el choque entraba en una fase de idas y venidas, en la que, si bien el Madrid, seguía dominando, el control no era ya tan contundente como en la primera parte, como consecuencia también del cansancio.

El Inter empata desde los once metros

Icardi empataba tras el penalti de Sobrino sobre Vidic

El conjunto blanco podía calificar de plácido el choque desarrollado hasta ese momento. Hasta ese momento. Cumplido el minuto 67 Rubén Sobrino cometía penalti sobre Vidic, una pena máxima que no dudó en señalar el árbitro del partido y que Icardi se encargaría de anotar, estableciendo el empate en el marcador, un resultado que 'condenaría' a ambos equipos a ir a la tanda de penaltis para dirmir a un ganador, tal y como establecen las normas de la competición. 

Los numerosos cambios efectuados dejaban prácticamente en manos de los jugadores del Castilla el reto de dar la estocada al Inter, un desafío que no se presumía sencillo a tenor del rival que había enfrente. Sin embargo, los 'merengues' no se arrugaron y continuaron generando llegadas al área interista en la búsqueda de ese gol que no condujera a la lotería de los penaltis. El Inter, no obstante, no se mostraba por la labor de ofrecer concesiones. 

Jesús Fernández, doble parada determinante

Tampoco los italianos renuciaban a ampliar el marcador y verse, por primera vez, delante en el mismo; un anhelo que a punto estuvo de materializarse en el minuto 78 de partido cuando los transalpinos gozaban de una extraordinaria doble ocasión de Vidic, en primera instancia y Anderolli, después, que no se tradujeron en goles, merced de las prodigiosas intervenciones de Jesús Fernández.

Los blancos empujaron hasta el último suspiro

Los minutos finales evidenciaron el cansancio físico a pesar de los cambios y el juego de ambos equipos parecía mostrar una aceptación de que los once metros que habían condenado al Madrid y salvado al Inter hasta el momento, decidieran al ganador. Pero Rubén Sobrino trataría de redimirse por el penalti cometido con un disparo raso y lejano que, en forma de último cartucho, topaba con las manos del portero interista. Empujaron los blancos en el último suspiro, buscando de nuevo ese gol del triunfo a través de un libre directo botado por Isco que se perdería, finalmente, en nada. 

El Madrid perdona

La magia del jugador malagueño planeaba sobre las cabezas interistas como una advertencia de que nada estaba perdido hasta que el pitido final lo indicase; el de Arroyo de la Miel se gustó y generó una fantástica ocasión que el Madrid desperdició, imposibilitando la opción de eludir la tanda de penaltis que decidiera el número de puntos que sumaría cada equipo. 

El minuto 90 llegaba y el juego se acumulaba en el campo del Inter de Milan con un conjunto blanco volcado al ataque pero incapaz de perforar la meta rival, a pesar de intentonas como la de Rubén Sobrino -otra vez él-, cuyo disparo salía excesivamente desviado. El postrero córner en favor de los blancos puso el punto y final al partido y enviaba a ambos equipos a la tanda de penas máximas. 

Los penaltis sentencian al Madrid

Isco era el primero en situarse en el punto fatídico para probar suerte desde los once metros pero su disparo lo acabaría deteniendo Carrizo, confirmando lo que el meta italiano ya había demostrado en alguna jugada aislada del partido. Vidic sería el segundo y el serbio adelantaba al Inter al anotar un soberbio golazo ante el que nada pudo hacer Jesús Fernández. Lucas Vázquez tomaba la responsabilidad de inaugurar el marcador de los blancos en la tanda de penaltis y así lo haría con un buen remate. 

Isco, Illarramendi y Mascarell fallaron los penaltis del Madrid

Las cosas se ponían de cara para los madridistas cuando Nagatomo veía su disparo estrellarse en la mano de un providencial Jesús Fernández y, tras el acierto de Nacho Fernández, M'Vila enviaba el balón al poste. Pero el fallo de Illarramendi, con un chute demasiado centrado, que topó en el pie de Carrizo, igualaría en fallos al Inter, con dos. 

Juan Jesús haría bien su trabajo anotando de nuevo para los italianos y Omar Mascarell establecería la sentencia definitiva al enviar su disparo al limbo, un error que aprovechó a la perfección Icardi, anotando el gol del triunfo interista. Los italianos suman dos puntos por uno, el Real Madrid, que a pesar de todo ofreció buenas sensaciones sobre el terreno de juego.