Adiós al Ángel de las finales

Ángel Di María, como se preveía desde hace meses, abandona el Real Madrid y pasará a ser propiedad del Manchester United por unos 75 millones de euros, convirtiéndose así en la mayor venta conseguida por el equipo de la capital. En el conjunto inglés cobrará alrededor de 8 millones netos durante, al menos, los próximos cinco años. A pesar de que ya en el mercado de invierno se habló de un posible traspaso al Mónaco y también han sido muchas las voces que le han colocado en PSG el fideo y el Real Madrid han decidido finalmente que su mejor opción era el Manchester United, equipo en el que ya militan otras estrellas.

La pasada temporada el fútbol fue por fin justo con el trabajo del fideo, pues consiguió, gracias a su enorme entrega, dos títulos para el Real Madrid. El argentino siempre ha sido uno de los jugadores que más se dejan la piel en el campo, tanto en sus equipos como con la albiceleste, aunque no siempre se ha valorado su trabajo. Pero este año el fútbol entero se ha rendido a sus pies gracias a sus casi perfectas actuaciones en los partidos que ha jugado, a pesar de que hasta prácticamente la segunda vuelta no encontró un hueco en el sistema de Ancelotti.

El mediocentro argentino ha demostrado un año más su enorme compromiso con el club en el que juega. Como se observa en la tabla, suma en total 11 goles y 24 asistencias entre todas las competiciones, una cifra muy elevada para tratarse de un jugador que ha pasado de ser extremo a jugar en el centro del campo, donde requiere un mayor sacrificio defensivo. Son números de auténtico crack. Pero su gran éxito este año en el Real Madrid se debe no a sus estadísticas, sino a los dos títulos conseguidos y su papel fundamental en ambos.

Un Ángel que vale por dos títulos

Ángel Di María aterrizó a Chamartín en el año 2010 por 25 millones de euros, de la mano del entonces recién llegado José Mourinho. Comenzó jugando en el extremo derecho, formando junto a Cristiano una dupla con una velocidad y arrancada espectacular. Su velocidad, toque y entrega siempre ha sido determinante, dando al Real Madrid muchas alegrías, como la final de la Copa del Rey 2011 donde puso el único gol del encuentro en bandeja para Cristiano Ronaldo, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores en dicha final.

Pero hasta esta temporada nunca había logrado ser la pieza clave, el hombre gol, el máximo exponente del Real Madrid en una final. Este año el centrocampista albiceleste ha demostrado que puede tirar del carro cuando el equipo más lo necesita. En la final de la Copa del Rey, suyo fue el gol que abrió la lata, a pesar de que el héroe de aquella noche fue Gareth Bale con su gol en el minuto 85. En dicha final, Di María tuvo que suplir ni más ni menos que a Cristiano Ronaldo, una ardua tarea que solventó con facilidad haciendo un auténtico partidazo.

Aunque fue determinante en la final de Copa del Rey, sin duda alguna el partido que quedará en su mente y en la de los aficionados será la final de la Champions League 2014, en Lisboa. Aquel partido histórico en el que el Real Madrid conquistó su Décima Copa de Europa en la prórroga tras empatar Sergio Ramos el encuentro en el minuto 93. Un partido épico en el que el argentino fue clave, dejando esta maravilla de jugada para que Bale anotara el 2-1.

(Fuente: RealMadridTV)

Aquel día el fideo fue nombrado mejor futbolista de la final, y se lo ganó por méritos propios. El partido, que había continuado empate a uno hasta el minuto 110 cambió, como se observa en el vídeo, cuando Di María sacó fuerzas sobrehumanas, fuerzas que nadie tenía a esas alturas de partido para quebrar a dos defensas rojiblancos y, tras una gran parada de Courtois a su disparo, ver como Bale anotaba de cabeza el 2-1. El gol de la victoria fue de otro, al igual que en la final de Copa, pero el mérito de la jugada fue totalmente suyo, por lo que Gareth Bale se lo agradeció como merecía. A partir de hoy ya no se verá más a Di María junto a sus compañeros blancos, aunque siempre quedará el recuerdo de este "Ángel" que dio al Real Madrid la tan ansiada Décima 12 años después.