Di María ya es jugador del Manchester United. Con la oficialidad del traspaso se despeja un secreto a voces, y es que se daba por sentada su salida del club merengue. El Madrid ha fichado durante el presente mercado veraniego a dos centrocampistas, Kroos y James, dos futbolistas que pueden sustituir, posicionalmente, al rosarino. Sin embargo, ninguno de los dos fichajes, ni de los jugadores que tiene Ancelotti en su plantilla, le servirán para ocupar el rol que ha dejado Ángel.

Extremo eléctrico, interior omnipresente

La polivalencia es una de las mayores virtudes de Di María

Durante su etapa en el Real Madrid Di María ha jugado en varias posiciones: extremo izquierdo y derecho, interior y hasta mediapunta. Sin embargo, su mayor labor como jugador blanco la ha desarrollado como interior izquierdo y, sobre todo, como extremo derecho. Pese a salir de Lisboa como un magnífico extremo izquierdo, en el Madrid tuvo que adaptarse a jugar en la banda contraria, la derecha. Ronaldo le cerraba el paso en su banda natural, pero el rosarino no tuvo problemas para adaptarse a jugar a pie cambiando. Tanto para Mourinho como para Ancelotti, Di María ha tenido una gran importancia en el equipo y su titularidad estaba prácticamente asegurada, pues aparte de derrochar calidad, el argentino era un jugador muy comprometido con el equipo y en las labores defensivas.

Como extremo alcanzó un nivel muy alto, pero en su última temporada de blanco tuvo que abandonar su hábitat natural. Pese a comenzar siendo uno de los jugadores más en forma del primer año de Ancelotti al mando del Madrid, el fichaje y la disponibilidad de Bale tras superar sus molestias lo llevaron hasta el banquillo. Ahí, Ancelotti tuvo que lidiar con un problema que solucionó con enorme acierto. Conocedor de las características de Di María, Ancelotti lo ubicó como interior. El sistema con dos centrocampistas no le daba equilibrio y encontró la fórmula en el 4-3-3. La posición de interior no era nueva para Di María que ya había jugado ahí con su selección. El jugador dio un enorme paso hacia delante en su nueva posición y pasó de ser un jugador importante a uno imprescindible. Con el paso de los partidos se asentó a jugar más centrado, corrigió algunos defectos que le hacían a veces un poco incompatible con la posición y comenzó a ganar importancia y peso en el juego. Xabi y Modric aportaban el toque y la pausa y Di María la verticalidad, el nervio y la velocidad con el balón los pies. Ese vértigo que le daba el argentino al juego resultó tremendamente efectivo en muchos partidos. Con la defensa rival encerrada, Di María era capaz de superar líneas y jugadores contrarios con el balón en los pies. Su velocidad, regate y desequilibrio hacían al equipo blanco avanzar metros y acercarse a la portería.

Interior como punto de partida, extremo y volante como alternativas

Sus caídas a banda, partiendo desde posición interior, se complementaban muy bien con las diagonales de Ronaldo

Di María partía como interior, pero su permanente movilidad hacía que apareciese en muchas ocasiones pegado a banda. Ahí, más cercano a la línea de cal, podía aprovechar la tendencia de Ronaldo para irse hacia el centro y formaba en muchos momentos un trío con el luso y Marcelo que otorgaban superioridad numérica del Madrid por esa zona. Una zona que creaba peligro constante cuando Di María caía ahí. Desde su posición más natural, o en la que comenzó a jugar, el de Rosario hacía gala de su tremenda calidad individual en el uno contra uno y el posterior preciso centro al área.

Sin balón el Madrid mutaba en muchas ocasiones en un 4-4-2. Modric pasaba a ocupar el doble pivote con Xabi, Bale se abría a la derecha y Di María a la izquierda. En esa posición de volante el argentino ofrecía muchas cosas al equipo. Por un lado podía soltarse y presionar arriba, pues su entrega, garra y energía eran claves cuando el Madrid quería presionar arriba. Pero tras eso, Ángel tenía fondo para volver, recuperar posición y volver a línea de cuatro.

Determinante con balón; currante sin él

Otro jugador que agradecía la presencia de Di María en el 11 era Marcelo. El brasileño, de clara tendencia ofensiva, tenía dos problemas que solventar. Por un lado el regresar a su posición cuando el Madrid no tenía el balón, y por otro hacer frente un a dos contra uno cuando al extremo se sumaba el lateral rival. En la banda contraria, Carvajal sufría en esa última situación, pues Bale no le echaba un cable, pero Marcelo contaba con la ayuda de Di María, trabajador incansable en defensa que se pegaba al lateral brasileño y le ayudaba a solventar esas situaciones de inferioridad numérica. El rosarino pues, era tremendamente eficaz sin balón, aunque tácticamente le faltaba un puntito. Válido para presionar arriba, para ayudar a su lateral cuando le entraban dos jugadores y también para hacerle las coberturas cuando subía.

El Madrid pierde a un jugador clave en el doblete

Con la marcha de Di María, Ancelotti no contará con el mejor jugador de la final de la Champions que le dio al Madrid su décima Copa de Europa. Pero no solo pierde eso, el italiano tendrá que buscar un jugador que pueda sustituirlo posicionalmente, como interior. Ahí tiene varias alternativas, pero ninguna le ofrece, ni de lejos, lo mismo que le ofrecía el argentino. Durante su etapa en el Madrid, Ángel ha sido prácticamente indiscutible en todos los momentos de la temporada, por lo que el conjunto blanco se queda sin un “titularisimo”. Además Di María ofrecía muchas posibilidades a Ancelotti debido a su polivalencia. El argentino podía jugar como extremo por ambas bandas (sustituyendo a Bale o Ronaldo), interior izquierdo o derecho en el 4-3-3 o volante en el 4-4-2.

Di María fue nombrado el mejor jugador de la final de la Champions

Di María era un extremo ‘típico’, jugador con gran desborde, calidad técnica individual y con muy toque de balón que ponía centros medidos. Si jugando en banda era ‘uno más’, como interior es un jugador único en el planeta. Xabi, Kroos o Modric, por ejemplo tienen unas características y pueden ejercer unos roles similares, pero lo que Di María hacía es difícil que lo pueda hacer ningún jugador en la plantilla del actual campeón de Europa o de cualquier otro equipo. Con piernas y voluntad para trabajar y correr sin balón (más débil en el apartado táctico), desatascador y desequilibrante en ataque desde una posición en la que pocos jugadores poseen esa velocidad y regate en carrera. Con esas cualidades Di María era muy útil ante defensas cerradas a las que Modric o Xabi no eran capaz de hincar el diente con pases. El argentino, con el balón en sus pies atacaba cualquier espacio libre, más o menos cerca de la banda era capaz de dejar rivales atrás y crear espacios. Además era un gran socio para Ronaldo, un complemento perfecto del portugués. En defensa le cubría la posición (dentro del 4-4-2 Ronaldo pasaba al ataque quedando liberado de tareas defensivas) y en ataque se asociaban y compenetraban muy bien. Ronaldo partía abierto y Di María cerrado, pero la tendencia de ambos es contraria. Cristiano abandona la banda y tira diagonal al medio mientras que el ex madridista tiende a caer a banda.

Kroos, James e Isco suplirán al ‘Fideo’

Con la salida de Di María, Ancelotti tendrá que buscarle un sustituto al argentino, pues este era indiscutible en el 11. Dentro de la plantilla hay varios jugadores que pueden actuar como interior izquierdo, algunos de ellos, como Kroos o James, han llegado este año, pero Isco o incluso Khedira, si se queda, son otras dos de las soluciones que Ancelotti tiene dentro de la plantilla. Pese a haber numerosos jugadores que pueden suplir a Di María, ninguno tiene características similares. 

Todo apunta a que si Carlo mantiene el 4-3-3 Kroos será el encargado de suplir a Di María, aunque en partidos de menor exigencia, el alemán puede entrar por Xabi y James por el argentino, ya que el colombiano no es un jugador que en el apartado defensivo sume demasiado.