En el pasado curso, Carlo Ancelotti decidió alternar en la portería a Iker Casillas con Diego López, ostentando éste último la titularidad en Liga, mientras que el primero se hizo con la portería en Champions y Copa. Aunque algunas voces se levantaron en su contra por su 'incomprensible' decisión de rotar en un puesto tan delicado como es la meta.

Pero el tiempo terminó dándole la razón al italiano, viendo a un Diego rozando el sobresaliente en Liga, con actuaciones de mérito, y un Iker que en 'sus' competiciones mantenía su portería a cero, con intervenciones puntuales de similar categoría. Tras alzar la Copa del Rey, Iker Casillas y sus compañeros encaraban el gran objetivo del año, la Champions League, pudiendo este levantar al cielo dos trofeos en la misma temporada, y reafirmarse en su puesto de titular.

Sin embargo, todo parecía torcerse para el capitán, cuando un clamoroso error suyo en el ecuador del primer tiempo, permitía a Godín adelantar al Atlético en Lisboa. Casi 60 minutos después, cuando Casillas se sentía villano, Ramos se alzó como héroe, minimizando el fallo del capitán, igualando la contienda casi con el tiempo cumplido.

Aunque el alivio de la consecución del título embriagó a Casillas, el daño moral que éste había sufrido era notable, y se le veía tocado a la hora de enfundarse los guantes. En el Mundial, con España, no mejoró su estado, sino que más bien empeoró, tras sendas malas actuaciones frente a Holanda y Chile, y la prematura eliminación de España en el Campeonato del Mundo de Brasil.

Iker necesita recuperarse moral y mentalmente

La difícil temporada, los fallos en la final de Champions y el Mundial hicieron mella en el aspecto mental de Casillas

El 'problema' en la portería parecía encaminado a resolverse de cara al próximo curso con la decisión, no exenta de polémica, especialmente en las redes sociales, de permitir la salida de Diego y apostar por Casillas, a la vez que se abordaba la contratación de Keylor Navas. Este último punto tiene influencia directa en el capitán merengue, que ve cómo la competencia de López pasa a ser más feroz, aún, con la llegada del costarricense.

Confirmado por Ancelotti para la disputa de la Supercopa, derecho 'adquirido' al ostentar la titularidad en Champions el pasado curso, el encuentro ante el Sevilla será una prueba de fuego para el futuro a corto-medio plazo de Casillas en el Real Madrid.

A pesar de su dilatada experiencia en el primer equipo, y todos sus años en primera plana mundial, nunca antes en su carrera Casillas había estado expuesto a un juicio en cada partido como al que ahora se enfrenta. Y su estado moral no le ayuda a la hora de responder ante la presión adquirida, como se pudo ver en el amistoso frente al Manchester United, al nivel que demostró en sus mejores años.

Evasión o victoria

Ese debe, en la balanza de cuentas de Iker, tendrá un nuevo asiento en Cardiff, dónde se enfundará los guantes con la intención de facilitar la victoria a su equipo manteniendo su portería a cero. Su imagen para con gran parte de la afición madridista esta en serio riesgo de resquebrajarse del todo, y a nivel personal, una actuación deficiente podría ser demoledora.

Sin embargo, si Casillas logra reponerse, cuajar 90 minutos al nivel que se le presupone, y se reafirma bajo palos, ni la llegada de Navas, las dudas crecientes en el madridismo o su propia conciencia, podrán alzar más la voz que su confianza, algo que en el Real Madrid esperan que suceda más pronto que tarde. Si Iker retoma la forma, el principal foco de conflicto en las últimas temporadas en la Casa Blanca podría apagarse definitivamente, o avivarse, de no lograr encauzarlo. Todo depende de Casillas.