Lleno, si no absoluto, sí aparente. Así se engalanaba el Santiago Bernabéu para recibir, más de 90 días después, a su equipo, el Real Madrid, que volvía tras conquistar dos títulos el pasado curso, incluída la Décima Copa de Europa, cuyo minuto ya histórico, el 93, daba nombre a la nueva grada de animación del feudo merengue.

En el otro lado, los hombres del Cholo Simeone, que como los flamantes campeones de Liga se aventuraban en Chamartín, preparados para privarles de sueño a los madridistas y viajar con ventaja al Calderón, para brindarle a los seguidores del Atlético de Madrid una victoria en casa.

La Supercopa de España echaba a rodar en horario intempestivo. El horario, el tiempo de preparación y las ganas de vencer al eterno rival regional eran la comidilla en los aledaños del 105 x 70. Hasta el momento en el que los capitanes de ambos conjuntos aparecieron por el túnel de vestuarios, acompañados y acompasados a los miles de flashes que buscaban la instantánea de los protagonistas antes del duelo.

El Madrid propone, el Atléti espera

Un sentido homenaje a Alfredo Di Stéfano, únicamente interrumpido por una minoría de los aficionados atléticos desplazados al Bernabéu, precedió el inicio del encuentro. De salida, el Madrid buscaba crear a través del balón, mientras que los rojiblancos aguardaban, juntos, sin ninguna prisa.

Tras diez minutos de titubeos, de parones en el juego y de movimiento del balón sin peligro, llegó el primer disparo, por definirlo de algun modo, de Bale desde la fronta, tras una buena combinación con Benzema, aunque su intento con la puntera desde la frontal se marchó lejos de los dominios de Moyá.

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La dureza de los jugadores atléticos, en ocasiones excesiva, empezaba a marcar el territorio con los futbolistas blancos, que veían cómo, rondando el cuarto de hora, el cuadro rojiblanco mandaba el primer aviso por medio de Mandzukic, y una media volea desde la frontal que no obstante, atrapaba sin problemas Casillas. Un minuto más tarde, Saúl se aprovechaba de un fallo en el control de Ramos para mandar el segundo, aunque el tiro del canterano desde el interior de la frontal llegó manso a los guantes del capitán madridista.

Monopolio sin peligro

El dominio madridista del balón no se traducía en ocasiones ante un Atlético perfectamente formado

Los minutos transcurrían con el Madrid moviendo el balón de un lado al otro del campo, sin apenas profundidad, mientras que su rival aguardaba sin descomponerse una nueva oportunidad de cara a la portería de Casillas, que a pesar del mayor dominio merengue del cuero, había tenido que intervenir en más ocasiones que Moyá, aún inédito.

A la contra, tras un contragolpe lanzado por Casillas buscando a Benzema, casuó peligro de nuevo el Madrid pasada la media hora de encuentro, pero la zaga rojiblanca, una vez más atenta, desbarató la sensación de riesgo. A base de saques de esquina lo intentaban los hombres de Ancelotti, encontrándose una y otra vez con el muro colchonero, que veía cómo los minutos acercaban al encuentro inexorablemente al descanso.

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Y llegó, entre música de viento del respetable por las reiteradas pérdidas de tiempo de los colchoneros y en parte, el mal juego de los suyos en el primer acto. Los de Simeone, consecuentes con su fútbol, no se salieron del guión y dominaron desde su estilo el ritmo del choque.

Cristiano se marcha lesionado

James se quedó calentando en el tiempo de descanso, y tomó la alternativa con el comienzo del segundo acto. El colombiano saltó al campo en sustitución de un Cristiano Ronaldo lesionado.. Con el cafetero sobre el césped ocupando la posición del luso en el carril zurdo comenzaba el cuadro madridista un segundo tiempo al que Bale le puso picante a los dos minutos, probando los reflejos de Moyá por primera vez en el partido.

Sin Cristiano, hasta la salida de Di María no hubo quién pusiera mordiente en el ataque blanco

Unos minutos después, tras jugada de combinación, probaba fortuna Carvajal desde lejos, mandando el balón lejos de los dominios del arquero balear. Parecía, al menos en teoría, más incisivo el conjunto merengue, buscando con ahínco la portería de Moyá.

El partido entraba por momentos en tramos de juego subterráneo que beneficiaba de sobre manera al Atlético. Tuvo, sin embargo, el Real Madrid una oportunidad que les sacó del letargo del paso anodino de los minutos. Lanzamiento con la izquierda de un saque de falta que repele de puños Moyá, y le va a parar al corazón del área a Kroos, que de primeras y de volea, no encuentra el arco rival.

Sale Di María, sube el ritmo, y aparece James

Avisaba tras muchos minutos el Madrid a un conjunto rojiblanco que seguía bien plantado sobre el campo, y aprovechó el arreó merengue para hilvanar sendas jugadas de peligro a las que el cuadro blanco respondió con una nueva ocasión de peligro, en esta ocasión, en la cabeza de un Benzema que no encontró por poco portería.

Pero la superioridad blanca en el tramo final del segundo tiempo encontró su fruto. Balón en profundidad de Kroos buscando la entrada por derecha de Carvajal, éste le sirve un balón a Benzema que no acierta a rematar, pero sí lo hace James, que recogió rebote para adelantar en el marcador al cuadro blanco.

La alegría blanca la disipa Raúl García

Se estrenaba el cafetero de cara a portería y estallaba el estadio merengue. Espoleados al verse por detrás, los rojiblancos subieron líneas, y encontraron huecos en la zaga blanca. Tuvo que cruzarse el lateral de Leganés para evitar que Griezmann encarse a Casillas, tensándose los últimos compases del encuentro.

James abrió el marcador, pero Raúl García logró un valioso tanto para los suyos e igualó el partido

Y ese aumento de las hostilidades por parte de los colchoneros encontró premio a la salida de un córner que desde el perfil izquierdo del ataque rojiblanco remató con la espuela, dentro del área pequeña Raúl García, poniendo así de nuevo las tablas en el marcador.

Al contrario de los primeros minutos de partido, los últimos empezaron a resultar poco menos que apasionantes. El Madrid en bloque reclamó una mano de Mario Suárez dentro del área, clara, que Estrada no señaló y que le habría costado la segunda amarilla al jugador rojiblanco.

Y sin tiempo para mucho más llegó el final del partido. Los de Simeone sacaban, casi en los últimos momentos, un resultado positivo para jugarse la Supercopa en el Calderón, mientras que los blancos no lograron transformar en ocasiones claras el dominio territorial que impusieron sobre el campo.

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