El minuto 119 marca la historia reciente del Ludogorets. Salía, por aquel entonces, Vladislav Stoyanov, habitual titular de la portería búlgara y uno de los mejores jugadores del conjunto de Razgrad, demasiado alevoso fuera de su área, y trababa a un atacante del Steaua de Bucarest. Resultado, su equipo, a un minuto de los penaltis, se quedaba con 10.

Cosmin Moti se calzó los guantes y se convirtió en héroe. Si el zaguero criado en el máximo rival del Steaua, el Dinamo de Bucarest, no hubiera adivinado las intenciones de Parvulescu y Râpă, convirtiéndose en héroe, quizás habría transformado en villano a Stoyanov, como uno de los causantes de que la primera participación del Ludogorets en Champions se evaporase.

Las desgracias nunca vienen solas

Pero no fue así, y el conjunto búlgaro se clasificó para la máxima competición continental. Las águilas verdes se verían las caras, para comenzar, con el Liverpool en Anfield, y Georgi Dermendzhiev se veía en un gran problema. La roja que vio Stoyanov le impedía disputar su primer partido, y una inoportuna lesión de Ivan Cvorovic, su teórico sustituto, le dejaba a menos de una semana para el debut sin portero titular.

Con Stoyanov sancionado y Cvorovic lesionado, el Ludogorets tuvo que contratar a Borjan cuatro días antes de jugar en Anfield

Fue entonces cuando el Ludogorets se lanzó al mercado, en busca de un portero para afrontar con garantías su desplazamiento a Anfield. Y lo encontró en Canadá, en Milan Borjan. El norteamericano, de 26 años y que había formado parte de River Plate, firmó un sábado y el martes estaba saliendo de titular con sus nuevos compañeros en uno de los templos del fútbol mundial.

De firmar por el FK Sarajevo tras dos años sin equipo a enfundarse los guantes en Champions. Borjan cuajó una actuación sin sobresaltos, hasta los instantes finales del encuentro. El canadiense, después de que su equipo hubiera igualado la contienda cerca del minuto 90, controló de mala - e innecesaria - manera un balón en el descuento, que se le escapó, y terminó llegando a los pies de Manquillo. Éste le regateó, pero Borjan le derribó, incurriendo en penalti.

Gol de Gerrard en el 93, y las caras de los jugadores búlgaros, hasta el suelo. Se habían visto a unos segundos de cuajar un debut soñado en la máxima competición continental, y el novato había protagonizado el partido. Nuevamente, la portería del Ludogorets volvía a ser noticia, y otra vez lo será para recibir al Real Madrid.

Aunque en esta ocasión, por la vuelta de Vladislav Stoyanov al once, recuperando el que siempre fue su sitio, y con Borjan en el banquillo, aguardando su oportunidad. Dermendzhiev lo tiene claro, y apostará por el búlgaro, que intentará no hacer, al menos de forma negativa, protagonista la meta una vez más en un partido del Ludogorets.