Un duelo inédito, dentro de la gran nómina de enfrentamientos comunes. Parece utópico, pero así se presenta el próximo y esperado Clásico que reúne a Real Madrid y FC Barcelona con el Santiago Bernabéu como marco de excepción. Dos equipos que se conocen a la perfección, pero que al mismo tiempo, son auténticos desconocidos.

Luis Enrique evoca al glorioso pasado

Tras el año de travesía con el Tata Martino, que no obstante a punto estuvo de ser un éxito si no llega a ser por los goles de Godín y Bale en Liga y Copa, respectivamente, Luis Enrique toma el mando de la nave azulgrana para intentar devolver al equipo a la cúspide europea y nacional.

Hasta el momento, los pupilos del asturiano comandan la tabla, y han logrado cerrar su portería en todos y cada uno de los envites en Liga, firmando un arranque de récord. 'Lucho' ha propuesto recuperar la esencia del mejor Barcelona de Guardiola, iniciándose dicho flashback a través de una presión constante en la salida de balón del rival.

Tras un par de años con déficit de identidad, el Barcelona de Luis Enrique busca recuperar su mejor esencia

Manteniendo, eso sí, la idiosincrasia del juego primoroso del balón - o al menos con esa intención como meta - los del exjugador de Madrid y Barça han retomado la senda del éxito, y recuperado la intención de iniciar un nuevo ciclo ganador, como el que comenzó en 2008 y que tuvo hasta la campaña pasada la constante de, al menos, llevar un título más por temporada a las vitrinas del Camp Nou.

Con la titularidad de Xavi en entredicho, el modelo que el de Tarrasa mejor representa se ha visto obligado a evolucionar, con la entrada de Rakitic como volante junto a Iniesta y Busquets, ya abandonando el de Fuentealbilla el carril zurdo del ataque, que es territorio de Neymar.

Ancelotti y su nueva búsqueda del control

Del otro lado, el prisma madridista, la realidad es que a pesar de que la carrera comenzó un año antes, el punto de partida para esta nueva temporada es cuanto menos similar al de los culés. Con Carlo Ancelotti iniciando su segundo año en el banco, el italiano se encontró con una sorpresa en los instantes finales del mercado estival.

Tanto Di María como Xabi Alonso, piezas fundamentales para entender los éxitos blancos en el curso anterior, pusieron rumbo a Manchester y Múnich respectivamente, dejando huérfano al equipo en la medular. Con su marcha, se abría la posibilidad de ver indiscutiblemente a James, el petulante fichaje veraniego, como titular.

Las dudas se cernían sobre la capacidad del colombiano para acoplarse a la idea de Ancelotti tácticamente hablando, de componer al equipo. Y los interrogantes se hicieron evidentes en el primer tramo de competición, con el equipo rompiéndose ante rivales de todas las entidades, y sufriendo a la hora de hacer el balance defensa-ataque.

Ancelotti ha encontrado el camino al éxito, con James adaptado a su nuevo papel y Kroos comandando la medular

La derrota ante el Atlético fue el punto clave para despertar al dragón dormido, y desde entonces el Madrid ha cambiado. Los tres de arriba, la BBC que forman Bale, Benzema y Cristiano, se puso el mono de trabajo, James se arremangó y Kroos junto a Modric se hicieron dueños de la franja central. El modelo de Ancelotti comenzó a dar sus frutos, y los resultados y los goles fueron llegando de manera imparable.

2-8, 5-1, 5-0, 0-5, 0-3 o similares marcadores a firmado el Madrid desde entonces, mostrando su potencia ofensiva y en los últimos compromisos, una solvencia defensiva que evidencia el paso adelante dado con el mono de trabajo puesto. La entrada de Isco, el jugador número 12 junto a Varane hasta el momento, no hace sino afianzar la idea del italiano, que llega al Clásico en un momento dulce, pero con la incógnita, como su homólogo culé, de cómo responderán sus pupilos al no tener precedentes con la nueva forma de trabajo.