El escritor y filósofo estadounidense Ralph Waldo Emerson dijo un día: “El destino de un genio es ser un incomprendido: pero no todos los incomprendidos son genios”. Siempre observados con lupa, todas las mentes privilegiadas de la historia de la humanidad han convivido con críticas constantes. Ellos siempre se han mantenido fieles a su estilo, sin importarles la opinión de los demás y siendo conscientes de que no pueden gustarle a todos. Es más, sus genialidades provocan reacciones contrapuestas en la opinión pública: o los quieres, o los odias.

Los incomprendidos suelen estar presentes en el arte, pero el deporte también cuenta con personas diferentes, puestas en entredicho por mucha gente, pero que terminan siendo capaz de reconvertir las críticas en elogios gracias a su trabajo y a sus genialidades. En los últimos años, uno de estos deportistas que siempre están en el ojo del huracán y que no convencen a un sector de la afición es Karim Benzema. El delantero francés posee unas cualidades futbolísticas al alcance de pocos, pero su actitud dentro del terreno de juego desquicia a buena parte de los seguidores del Real Madrid.

El jugador nacido en Lyon llegó al club de Concha Espina en la temporada 2009/2010. Desde el principio, Benzema siempre tuvo competencia por el puesto de delantero centro del Real Madrid, y nunca fue titular indiscutible para los diferentes entrenadores del conjunto blanco, viviendo en una irregularidad permanente durante la etapa de Manuel Pellegrini y Jose Mourinho. Pese a firmar registros goleadores notables, los seguidores del Real Madrid siempre fueron críticos con la actitud de Benzema, que fue acusado de apático por un gran sector de la afición del cuadro madrileño.

“Sé lo que tengo que hacer para ganarme el cariño del Bernabéu”, ha expresado en más de una ocasión Karim Benzema. Al francés, que fue una pieza importante en la liga de los 121 goles, siempre se le ha exigido precisamente eso: goles. La afición tenía en cuenta únicamente ese factor para medir su incidencia en el juego, olvidándose de sus virtudes sobre el terreno de juego. La gente olvidaba en muchas ocasiones que, al tener al lado a un jugador como Cristiano Ronaldo, las cifras goleadores del delantero centro no eran tan necesarias, algo que el delantero siempre ha tenido en cuenta para seguir entendiendo el fútbol a su manera.

Benzema es un delantero con alma de centrocampista. El francés se encuentra muy cómodo bajando a recibir balones a la zona de mediapunta, desde donde se asocia con sus compañeros y hace más fluido el ataque del Real Madrid. Karim tiene un gran golpeo con ambas piernas, pero la característica que lo diferencia de la mayoría de delanteros del panorama futbolístico mundial es su excelente visión de juego, lo que le permite no ser egoísta y buscar siempre el pase a un jugador mejor colocado para lograr el gol.

Sin embargo, ante jugadores así, la confianza juega un papel fundamental. El jugador galo pareció perderla en la última campaña de Mourinho en el banquillo del Real Madrid, pero la llegada de Ancelotti le ha devuelto esa confianza del que se siente importante dentro del juego del equipo. La temporada pasada, Benzema fue uno de los jugadores importantes en la consecución de la Copa del Rey y la UEFA Champions League, formando una de las puntas de lanza de la famosa ‘BBC’. El delantero francés comenzó a recuperar la confianza en sí mismo gracias a la labor del técnico italiano, y completó un excelente año.

Sin embargo, un sector de la afición del Real Madrid siempre se ha mostrado muy crítica con Karim Benzema, y el comienzo de la temporada fue un momento difícil para el francés. El ‘9’ del conjunto de Carlo Ancelotti logró el primer tanto de los blancos en la competición liguera, pero a partir de ahí, estuvo varios partidos sin conseguir un gol. Además, la aparente apatía del delantero galo sobre el terreno de juego era inaceptable para la afición madridista, que comenzó a silbar al jugador.

Benzema siempre ha sentido predilección por la UEFA Champions League, y precisamente en uno de los partidos de esa competición, el francés comenzó a recuperar la confianza. En Ludogorets, el Real Madrid iba 1-1 a falta de 20 minutos para el final, y Benzema, que había sido suplente, saltó al terreno de juego. El francés consiguió el tanto de la victoria del conjunto de la capital, además de crear varias jugadas de peligro sobre la portería búlgara.

Karim Benzema se encuentra ahora en el mejor momento de la temporada y, probablemente, de su carrera deportiva. A partir del gol al Ludogorets, la trayectoria de Benzema esta temporada ha ido en sentido ascendente. Asistió a Cristiano en Villarreal, y marcó en los últimos cinco partidos de liga disputados, además de lograr tres de los cuatro goles que el Real Madrid ha endosado al Liverpool en la fase de grupos de la competición europea. En total, y sin contar el encuentro copero ante el Cornellá, el galo suma siete partidos consecutivos logrando, al menos, un gol. Para los que tienen únicamente este factor en cuenta, el francés ha demostrado que es un jugador imprescindible en el Real Madrid.

Foto: Real Madrid.

Tanto es así, que el público del Bernabéu ha comenzado a cambiar los pitos por los aplausos hacia Karim Benzema. No sólo marca goles, sino que asiste a sus compañeros, trabaja en la presión y en la recuperación del balón y siempre está dispuesto a asociarse y hacer más continuo el juego del Real Madrid. Además de goleador, asistente y trabajador, el francés, gracias a sus continuos movimientos, ha sido el mejor jugador del equipo blanco en varios partidos en el último mes, lo que le ha servido para que la LFP le nombre como Mejor Jugador del mes de octubre.

Karim Benzema está demostrando que puede ser una pieza clave en el Real Madrid y uno de los mejores delanteros del mundo, pues su visión de juego y su capacidad de generar juego para sus compañeros está al alcance de pocos jugadores que ocupen esa posición sobre el césped. El francés es un genio incomprendido que está convirtiendo en seguidores a sus detractores a base de esfuerzo, sacrificio, trabajo y talento, mucho talento.