Suma y sigue. A este Real Madrid que dirige, majestuosamente, Carlo Ancelotti parece que nada ni nadie lo puede parar. Muy lejos queda aquella tarde de septiembre en la que el Atlético de Madrid asaltó el Santiago Bernabéu entre los silbidos del público blanco.

El equipo blanco, en La Rosaleda de negro, sufrió lo indecible para sumar tres puntos de oro a poco menos de un mes de que viajen a Marruecos para la disputa del Mundial de Clubes. El Málaga de Javi Gracia, pese a sumar dos derrotas consecutivas, sigue dejando unas notabilísimas sensaciones, sobre todo ante su afición.

Carlo no entiende de rotaciones

El Real Madrid se presentó en La Rosaleda con el equipo titular, el que todo aficionado al fútbol ya sabe recitar con la excepción de Luka Modric, lesionado lo que resta del año. Ancelotti, que comenzará a dejar titulares fuera en los próximos compromisos intersemanales ante Cornellà y Ludogorets, no es partidario de tocar lo que funciona y los resultados parecen que le siguen dando la razón al míster italiano.

A Kroos se le vio demasiado cansado en La Rosaleda

Javi Gracia, por su parte, apostó por alinear a Duda en el enganche del ataque de su equipo junto con Castillejo y Samu. La baja de Camacho, que se notó en exceso en la salida de balón, pudo ser un lastre definitivo en el resultado final.

El Cristiano más generoso

El Madrid buscó el gol desde el pitido inicial sabedor de la dureza del choque y de que éste sería uno muy largo, donde quizás no se ganan Ligas pero sí que se pierden. Bale, en su partido más activo de lo que se lleva de competición ya avisaba de lo que le esperaba a Carlos Kameni, un asedio.

El camerunés, el mejor del cuadro malacitano, salvó a su equipo en un primer tiempo en el cual el Real Madrid fue superior, sobre todo en el tramo inicial, con Benzema siendo la referencia en el juego y con Cristiano, fallón de cara a portería pero generoso con sus compañeros. De una asistencia del portugués, que se deshizo de Rosales con suma facilidad, llegó el tanto de Karim Benzema que debió ser invalidado por una falta previa que el colegiado no vio. 

Tras subir el tanto al marcador, el Málaga se asentó algo más en el partido gracias a un notable Samu Castillejos, que desbordaba constantemente por los carriles y obligaba a Pepe a llegar continuamente en cobertura para ayudar a Carvajal, superado durante todo el choque.

Un Madrid con 'flor'

Cuando algo tiene que salir bien, saldrá bien. Eso es lo que debe pensar el aficionado madridista al ver las dos últimas actuaciones de su equipo, ante Basilea y Málaga. En la noche malacitana, fue Casillas el que, principalmente, se alió con la fortuna. Dos disparos al palo en el primer acto, fueron todo un preludio de lo que sería el segundo acto, con el Málaga buscando por activa y por pasiva el tanto que equilibrase el electrónico.

El meta blanco, que encajó su gol 500 en Liga con el Real Madrid, no tuvo su mejor noche y sufrió en todos los remates malagueños para despejar las acometidas locales. Sin seguridad bajo palos, el equipo 'boquerón' sentía la necesidad de buscar las segundas jugadas en el área blanca.

Cristiano dejó en 10 las jornadas seguidas marcando

Idas y venidas. Venidas e idas, hasta que apareció Gareth Bale. El extremo galés, tras nueva asistencia del '7' portugués, pareció sentenciar el choque tras engañar a Kameni, que poco antes había hecho la parada de la noche ante el propio Cristiano. Instantes más tarde, expulsión de Isco, que volvía a La Rosaleda y meritoria intervención de Casillas para restar emoción a un choque que se estrechó en el descuento gracias a un genial tanto de Roque Santa Cruz, que dio algo de vida a su equipo, agotado e incapaz de sacar nada ante un líder que hace historia pese a que su nivel de juego ha ido bajando en las últimas semanas.