El Real Madrid ha logrado llegar a una cota inexplorada hasta el momento en la historia merengue. Once victorias seguidas en Liga, cinco en Champions y dos en Copa del Rey alumbran un récord que solo el Barcelona de Rijkaard de la 2005-06 había llegado a alcanzar.

Dieciocho triunfos seguidos para el club blanco, que tras perder el 13 de septiembre con el Atlético de Madrid, y empezar a resurgir ante el Basilea gracias a un 5-1 en el Bernabéu, no ha vuelto a conocer la derrota. En las tres competiciones en las que ha entrado en juego el conjunto que dirige Carlo Ancelotti se ha mostrado intratable, desplegando un juego que les ha llevado, además, a vencer convenciendo.

Los 15 triunfos que sobrepasaron, y que ya está en la historia merengue, hace dos envites se convirtió en un elemento del pasado. Atrás quedaron el Madrid de Miguel Muñoz y el de Mourinho, y ahora, los de Ancelotti buscan el más difícil. Igualado el Barcelona, el objetivo es comandar la tabla histórica en solitario. Para ello, los próximos cuatro compromisos podrían marcar un punto de inflexión.

El primero de ellos, el martes ante el Ludogorets en Champions. Después viajarán hasta Almería para dar por concluida la Liga hasta después de Navidad, para inmediatamente después viajar a Marruecos, y afrontar el Mundialito en el que, previsiblemente, deberán disputar dos encuentros. Si vencen a los búlgaros en la máxima competición continental se harían con el récord, pero aún podría ser más brillante si incluyen en la racha el título del Mundialito, que disputará el Madrid por primera vez en 12 años.