Muchas veces lo que te lleva a llegar a una meta importante son las ganas que tienes de llegar a ella. Para cientos de miles de niños, el objetivo es llegar a ser futbolista de algún equipo de prestigio mundial. Vestir y defender la elástica con los colores del club de sus amores y que les da la vida en cada partido que disputa.

El 21 de abril de 1992 Paco Alarcón y Jenni Suárez tuvieron su segundo hijo al que llamaron Francisco.Lo que nadie sabía por aquel entonces es que Isco, como rápidamente se le comenzó a llamar, trajo consigo un balón bajo el brazo.

Un balón que compartió en sus primeros años de vida junto a su hermano Antonio, el cual ya mostraba su enorme creatividad y desparpajo con el esférico entre los pies en los equipos base del Málaga CF. Intentando desarrollar las enseñanzas futbolísticas y la pasión por este deporte que le inculcaron, Isco comenzó sus primeros pasos como futbolista en el Patronato Deportivo Municipal de Benalmádena, ciudad colindante con la suya natal, Arroyo de la Miel.

Foto: LaSexta

Una ciudad que le vio crecer y destacar sobre sus demás compañeros y rivales, incluso de mayor edad, en las categorías inferiores del Atlético Benamiel. La calle también fue una de las mejores escuelas que tuvo aquel pequeño que comenzó a tener claro cuál era su pasión. Y es que del fútbol en plazas, patios, descampados y portones de madera a modo de porterías han salido algunas de las estrellas mundiales más laureadas de todos los tiempos que aún siguen brillando en el recuerdo.

Tanto sus primeros entrenadores como los padres de los demás niños que acudían a animar a aquella generación de la cantera del Atlético Benamiel ,no podían evitar vaciarse en elogios con el hijo de Paco y Jenni. Isco levantaba pasiones y asentaba un valor que ha conservado a lo largo de toda su trayectoria, la humildad.

Es fácil sobresalir teniendo talento, pero es mejor sobresalir teniendo constancia y dedicación. Fue fruto de la combinación de estos factores cuando los ojeadores del Valencia pusieron la contratación de Isco como un objetivo primordial en su deseo de dar un plus de calidad a la cantera valencianista. Con 14 años, puso rumbo a la entidad ché para comenzar su andadura en el fútbol profesional.

Allí pronto se consolidó como una de las perlas de Paterna. Sus continuos destellos de calidad hicieron que hasta los seleccionadores españoles de las distintas selecciones base se decantaran por convocarle en cada campeonato y partido clasificatorio.

En noviembre de 2010, Isco debutó con la camiseta del primer equipo del Valencia en Mestalla. Lo hizo en Copa del Rey ante el Logroñés y habló sobre el terreno de juego como solo los genios de este deporte saben, levantando a la grada con cada acción. El malagueño anotó dos goles y realizó una labor sorprendente teniendo en cuenta que se trataba de un novato en la primera plantilla.

Foto: F.Calabuig

Sin embargo, Unay Emeri no le dio la continuidad esperada en Primera División y ante la falta de minutos, Isco decidió regresar a casa. El Málaga suspiraba porque uno de los futbolistas más grandes que había dado la provincia andaluza en las últimas décadas vistiese la camiseta del equipo de Martiricos. El de Benalmádena soñaba con hacer grande al club de su corazón y en julio de 2011 firmó un suculento contrato con la entidad malacitana con tan solo 19 años.

Isco volvió a casa y lo recibieron como un ídolo. Había mucha ilusión por seguir viendo crecer a aquel niño que siempre iba con un balón entre los pies por las calles de Arroyo de la Miel. Un total de 32 partidos oficiales disputados, 5 goles , 4 asistencias y desparpajo en cada encuentro para ayudar a su equipo a entrar en la Champions League en la campaña 2011/2012.

Foto: UEFA

La siguiente temporada, la 2012/2013 fue el año de la irrupción de Isco Alarcón como una de las estrellas mundiales. Verticalidad, pausa, pase, regate, toque, claridad, trabajo, definición, humildad y altas dosis de magia fueron los ingredientes de la receta que convirtió a Isco en el que para muchos era el mejor jugador que había portado la camiseta del Málaga en toda su historia.41 partidos oficiales, 9 goles en liga y 3 en Champions, dos de ellos ante el Zenit en un partido en el que su figura quedó grabada en la retina de todos los aficionados presentes en La Rosaleda.

Pero el tiempo de Isco en el Málaga llegó a su fin. El jugador tenía que seguir creciendo y ahora era media Europa la que soñaba con contratar a aquel niño que diez años atrás suspiraba por parecerse a sus ídolos. El Real Madrid se posicionó en el mercado y tras unas intensas negociaciones logró oficializar el fichaje del jugador malagueño antes de que llegasen más ofertas. Tocaba afrontar un nuevo cambio y convertir el vértigo de jugar en el club con más éxitos del mundo en una oportunidad a la que muy pocos tienen acceso.

En su primer año en el conjunto blanco, Isco jugó un total de 35 partidos oficiales. Anotó 11 goles y concedió 7 asistencias a sus compañeros. Cifras que contribuyeron en buena medida a que el conjunto dirigido por Mourinho ganase la décima Champions League de su historia. La grada del Bernabéu disfrutaba con la explosividad del malagueño, esa sensación de murmullo cada vez que tocaba el esférico, esa sensación que solo la producen los grandes futbolistas.

Pero todo el mundo esperaba esa chispa extra que un jugador de su calibre podía ofrecer. Quizás fue el sistema de juego, quizás la adaptación al club blanco, quizás la falta de madurez futbolística. Pero con la llegada de la temporada 2014/2015 las dudas se transformaron en realidades.

Carlo Ancelotti fue dando confianza al de Arroyo de la Miel y él no la desaprovechó. 21 partidos disputados hasta la fecha, 2 goles,6 asistencias y jugadas para el recuerdo en este primer tramo de competición. Igual ocurre en la selección española. En los partidos clasificatorios para la próxima Eurocopa, Isco se ha hecho con un hueco en el once titular de la absoluta y su buen momento de forma también lo demuestra con la roja.

Porque 'El Niño de la Bahía', como lo llaman sus amigos de toda la vida, crece a un ritmo frenético, al igual que la ilusión depositada en él de los miles de aficionados que cada jornada acuden al Santiago Bernabéu, al igual que los miles de corazones de amantes del fútbol en los que Isco Alarcón ha dejado huella. La huella de un futbolista que emergió en el campo de fútbol El Tomillar y que hoy en día baila con un esférico entre los pies en algunos de los templos mundiales de este deporte.

Porque como dijo Johann Wolfgang von Goethe, "Magia es creer en ti mismo, si puedes hacer eso, puedes hacer que cualquier cosa ocurra".

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Sobre el autor
Carlos Martínez Moral
Comunicación Audiovisual en la Universidad de Málaga. Coordinador, redactor y editor de CINE VAVEL. Contacto: [email protected]