La noche fue casi redonda para el Real Madrid. La semifinal ante Cruz Azul arrojó un resultado positivo de 0-4 que alarga la racha triunfal de los blancos hasta las 21 victorias consecutivas, y les permite entrar en liza por obtener un título que le falta a las vitrinas del Santiago Bernabéu: el Mundial de Clubes.

El único 'pero' lo protagonizó el primer goleador del encuentro, Sergio Ramos. El de Camas abrió la lata con un poderoso cabezazo en el primer tiempo, y en el segundo tuvo que ser sustituido. El segundo capitán merengue sintió unas molestias en la parte posterior de su muslo izquierdo, y no quiso correr más riesgos.

Mirada al banquillo, y cambio. Ancelotti le dio entrada a Varane en su lugar, que disputó la última media hora de encuentro. En cuánto el sevillano tomó asiento en el banco, los doctores del club le rodearon para examinar la zona dañada, y tratarla desde el primer momento para evitar que las molestias fueran a más.

La cercanía de la final (sábado 20, 20:30 horas, Telecinco y VAVEL) hace tomar todas las precauciones al cuerpo técnico y al jugador, que al concluir el partido, en los micrófonos de los distintos medios, mostró su intención de estar para el partido, y por tanto, recuperarse y ser de la partida: "No tengo malas sensaciones, espero jugar el sábado".