Los focos empezaban a saltar el palco del Santiago Bernabéu con la primera aparición de Emilio Butragueño y se intensificaron con la llegada de los jugadores. Ancelotti a la cabeza seguido por Isco, Benzema, Bale y el capitán del equipo de baloncesto, Felipe Reyes.

Comenzó el presidente, Florentino. En su tono conciliador habitual, quiso unir la historia del club con la historia de la ciudad. La historia de un club que se ha convertido en toda una institución en la ciudad. Por ello, destacó que el Real Madrid “no es de nadie, o mejor dicho, es de todos. De sus socios, de sus aficionados y de todos aquellos que se sintieron enormemente felices por la conquista de la décima y que viven con pasión todo lo relativo alrededor de este club”.

“El Real Madrid es universal, pero nunca olvidaremos nuestros orígenes donde nacimos”, continuó Florentino Pérez en unas palabras dedicadas a destacar el orgullo que sienten de ser uno de los embajadores de la comunidad por todo el mundo. También señaló la importancia de sus jugadores, ejemplo para todos los niños y los jóvenes, a los que el club blanco llega también a través de su Fundación.

¿Por qué la importancia del Santiago Bernabéu? “Casi cinco millones de personas lo visitan cada año”, afirma contundente Pérez. Y sus palabras las reforzó Ignacio González, que dio su discurso después del presidente del club, y que señaló: “El estadio Santiago Bernabéu es el cuarto lugar más visitado de Madrid, por detrás del Reina Sofía, el Thyssen y el Prado”.

"El Real Madrid no solo se representa a sí mismo, si no a Madrid y a España", González.

El presidente de la Comunidad quiso utilizar unas palabras de Don Alfredo Di Stéfano para ilustrar la importancia que tiene el club como embajador de la ciudad y de la región. “No sé si lo entendéis, pero lleváis el escudo del Real Madrid”. Quería destacar la importancia de que el club “No solo se representa a sí mismo, si no a Madrid y a España. Es uno de los mejores embajadores de nuestras región y nuestro país”.

Bonitas palabras para terminar el acto. Los jugadores de futbol y baloncesto no tuvieron ocasión, tampoco el míster Ancelotti, de dedicarle unas palabras a la que ahora es su ciudad, Madrid.