La antigua Germania acoge, por segundo año consecutivo, la visita del Real Madrid a Gelsenkirchen. El conjunto blanco visita al minero, en su tierra, en su terreno, en el mismo marco en el que ya se enfrentaran hace, prácticamente, 365 días. Entonces, los de Carlo Ancelotti superaron al cuadro alemán por un claro 1-6, con el que querían dar carpetazo a los fantasmas que rondaban las cabezas merengues en territorio alemán y, de paso, firmar su billete a cuartos.

Un año después, las intenciones no han variado. Un golpe de efecto en el Veltins Arena produciría un efecto placebo inmediato en el conjunto blanco, que necesita de forma urgente recuperar sensaciones. Aunque desde rueda de prensa, Ancelotti trató de valorar el trabajo de su equipo ante el Deportivo, lo cierto es que la impresión general no fue de mejoría, sino de triunfo con pinzas.

En la primera vuelta, en el momento de dudas, la Champions (5-1 ante el Basilea) calmó las aguas en Chamartín

Por eso, el choque ante el Schalke se plantea como capital. En septiembre, tras encadenar dos derrotas consecutivas, lo de Ancelotti tuvieron en la Champions un bálsamo que desembocó en la mayor racha de un equipo español en la historia, venciendo en 22 noches consecutivas. De nuevo, la competición por excelencia de los blancos llega al rescate, aunque con menos margen para la actuación.

Mediado el mes de febrero, el momento clave de la temporada comienza a acercarse. Las medias tintas se han quedado atrás, y los equipos, como han demostrado Barcelona o Bayern, se entonan buscando el pico de forma más elevado cuando los títulos están en juego. La sensacional racha del Madrid les permitió encabezar la Liga y sumar un título, el Mundialito, pero los de mayor relevancia se juegan en los meses de abril y mayo.

La reaparición del astro

Para ello, Ancelotti deberá recuperar a su equipo a nivel anímico. Y es que si en el apartado físico al equipo se le ve una merma notable, en el mental el bajón es de sobresaliente. Comenzando por la gran estrella y el hombre que firma los goles en el Madrid, Cristiano Ronaldo, hasta detenerse en el portero blanco, Iker Casillas, que había pasado de ser cuestionado a inamovible, para ver cómo las dudas se reverdecían de nuevo sobre su figura.

El portugués lleva 'solo' tres goles en Liga durante el arranque de 2015. Comparado con los 11 de Messi en el mismo periodo de tiempo, el bagaje del portugués es ínfimo, y más si se fija en las cifras del propio futbolista luso en el primer tramo de campeonato. Por eso, y en el cuerpo técnico son los que más lo desean, un resurgir del portugués haría dar al equipo, automáticamente, un paso adelante.

Si Cristiano Ronaldo se encuentra de nuevo con las sensaciones que desprendía a principio de curso, y deja atrás los problemas físicos y emocionales, el rumbo del equipo se disparará. Para ello, vuelve a Alemania, dónde el año pasado le metió al Schalke dos tantos, que pudieron ser más si el portero germano y los palos no lo hubieran impedido.

Iker y los pitos

Si Cristiano necesita de una mejoría, de un clavo al que agarrarse para retomar la moral, Iker Casillas precisa de algo similar, aunque ni mucho menos igual. El cancerbero de Móstoles comenzó el año entre pitos de la grada, algunos, que centraban en su figura las protestas por el mal rumbo del equipo en el inicio, y las malas actuaciones que éste dejaba por aquel entonces.

Pero como llegaron, los pitos se fueron. La buena marcha del equipo blanco, que sumaba victorias sin parar, calmó los ánimos en el Bernabéu, que se vieron de nuevo alterados tras la derrota con el Atlético por 4-0, en la que Casillas falló en el primer tanto, y luego, en declaraciones en zona mixta, no reconoció su error.

Al capitán blanco, que ha igualado a Raúl como el madridista con más victorias en Liga, Ancelotti le procesa total confianza, y así lo ha reiterado en numerosas ocasiones. Por eso, Casillas, de formar en Alemania, podría ver su oportunidad aparecer para reafirmarse una vez más, en un campo en el que vio truncada su gran racha imbatido el pasado año, cercana a los 1000 minutos sin recibir gol, cuando Huntelaar perforó su arco a pocos instantes del finales del encuentro, en un tiro inapelable.

Peso gallo

Si dos de los grandes baluartes del primer equipo necesitan un buen partido para retomar sensaciones, por motivos dispares, no lo precisan menos algunos de los otros integrantes del primer equipo. Asier Illarramendi no termina de dar lo que se esperaba de él con su fichaje hace dos veranos, y el de Mutriku estuvo a punto de salir de la dinámica blanca en Navidad.

Ante las bajas, Ancelotti ha echado mano de sus servicios, pero la aparición de un Lucas Silva ya con buen tono físico podría dar al traste con las posibilidades del ex de la Real de encontrar continuidad, y ganarse parte de la confianza que Ancelotti parece haber perdido en sus facultades. Si Illarra necesita minutos, no menos los precisa un Jesé Rodríguez que no ha enseñado nada de lo que mostrase el pasado curso, antes de su lesión.

Pero en el caso del canario, el motivo es diferente y evidente. Desde su debut en la temporada, en diciembre ante el Cornellá, el mirlo blanco apenas ha gozado de continuidad, no habiendo sido titular en los más de dos meses que lleva con el grupo. Minutos repartidos en varios encuentros no le han permitido adquirir un ritmo habitual de competición, lo que le está lastrando a la hora de resultar determinante en sus apariciones.

La BBC no sintoniza igual

Illarra y Jesé, por motivos diferentes, también tienen una necesidad de dar un puñetazo en la mesa

A pesar de ello, Jesé lleva ya dos tantos en la temporada, y suma esfuerzos para darle un relevo a la BBC, que también pasa por un momento de incertidumbre. Las dudas se ciernen sobre el trío que conforman Cristiano, Benzema y Bale, especialmente centradas en el primero y el último. El galés no está teniendo la mejor de sus temporadas, y varias acciones puntuales en las que se le ha tildado de 'egoísta' han marcado su presente en el equipo.

Con ello, Bale fue de los mejores en la última victoria ante el Deportivo, y el de Cardiff ha demostrado personalidad al no esconderse mientras que los focos le apuntaban. A pesar de ello, fue su ausencia y la entrada de cuatro centrocampistas (con Modric sano) lo que permitió al equipo blanco mostrar los mejores partidos en cuanto a juego se refiere de la temporada, y desde su retorno hace ya varios meses el Madrid no ha vuelto a jugar igual, y el galés a terminar de encontrar su sitio.

Por eso, volver al lugar dónde se expusieron al mundo futbolístico servirá de aliciente. El año pasado, en la ida, sendos dobletes de Benzema, Bale y Cristiano le dieron el abultado triunfo a los blancos, y la que será de nuevo la tripleta de inicio de Ancelotti buscará redimirse, reverdecer viejos laureles y encontrar portería y sintonía, para buscar el ascenso de nuevo al Olimpo del que parecen haberse bajado.