Carlo Ancelotti recobra el aliento. El técnico italiano vio cómo, a finales de enero y con la sombra del derbi cerniéndose, perdía a varios de sus grandes efectivos en poco tiempo. Pepe cayó el primero, y también fue el que se recuperó antes. Pero el momento duro para el de Reggiolo tuvo lugar apenas unos días antes del envite ante el Atlético, que luego terminó tiñendo el cielo de azul oscuro, casi negro.

Una de cal

Sergio Ramos levantó la mano a los pocos minutos, echándose la otra a la parte posterior de su muslo. James se metía en el banquillo, aquejado de un dolor en el pie. Todo en una primera parte fructífera (con victoria parcial para el Real Madrid) sobre el Sevilla, en el choque aplazado por la disputa del Mundial de Clubes en Marruecos.

Tanto el camero como el cafetero decían adios a las siguientes semanas de competición. Ramos, a seis. James, al menos a ocho. Sumado a la ausencia de Pepe, y la prolongada baja de Modric, los problemas se le acumulaban a Ancelotti, que tuvo que configurar un once de circunstancias, especialmente en defensa, en los siguientes encuentros, con las consabidas consecuencias.

El retorno de Pepe parecía paliar los ánimos, pero el amargo sabor del empate cosechado con el amarillo despejó los fantasmas de la recuperación. Los brotes verdes se marchitaron, o al menos, comenzaron a dejar unos tonos anaranjados nada favorecedores para los intereses madridistas.

Pero con el Clásico en el horizonte los problemas son menos. Al menos de índole física, puesto que Luka Modric ya empieza a trabajar con el grupo, y podría disfrutar de minutos en el siguiente choque continental, que para más detalles tendrá al Bernabéu como escenario de excepción, que ansía la vuelta del genio balcánico a los terrenos de juego.

Y otra de arena

Sergio Ramos y Modric podrían reaparecer antes del Clásico, para coger la forma necesaria de cara a jugar ante el Barcelona

Las buenas noticias se sucedían para el italiano. Si lo del croata era la mejor posible, no menos lo significaba la vuelta de Khedira, también apartado por tres semanas, a los entrenamientos, como ya hiciera anteriormente Coentrao. Y en la mañana del miércoles, el de Reggiolo recibió otra buena nueva.

En un campo anexo, tanto Ramos como James han saltado en el último entrenamiento para llevar a cabo una carrera continua que les acerca un paso más a la reaparición. En el caso del camero, su objetivo claro es no solo llegar al Camp Nou, sino hacerlo en buena condición física.

Algo que le resultará más complicado a James, operado el día 5 de su lesión producida el día anterior, y que ve la posibilidad del feudo barcelonista como un hecho alejado, y su momento se pospondrá, si no media una recuperación milagrosa, para el mes de abril y los compromisos continentales que el Madrid deberá afrontar en aquel momento, siempre y cuándo el Schalke no sorprenda en la que podría ser la noche de Modric... y de Ødegaard.