La emoción, en los prolegómenos del encuentro, la ponían los aficionados alemanes. Como si de una fiesta se tratase, los casi 5000 hinchas germanos cantaban y saltaban, haciendo retumbar el feudo merengue. Confiando en su equipo, a pesar del resultado cosechado en Gelsenkirchen, y alentando por encima de megafonía y cánticos locales.

Las imprecisiones acompañaron al Real Madrid, muy nervioso en los instantes iniciales cuando el balón se encontraba en campo propio. Constantes desbarajustes defensivos, balones bombeados y una presión deficiente acompañaron las primeras ocasiones de un Schalke que se crecía al verse capaz de discutirle la posesión a los locales.

Los mineros ahondan en la herida

Tan solo dos escarceos, uno de Benzema y otro de Isco, fueron el pobre bagaje merengue antes de que la grada comenzase a impacientarse, cuando Choupo-Motig, en fuera de juego, remataba un contragolpe tras un córner mal ejecutado por parte local. Los constantes aspavientos de Pepe, pidiendo a los suyos ayuda para sacar el balón, terminaban convirtiéndose en pelotazos en largo buscando la cabeza de Bale, que solía perder sus envites con Nastasic, más poderoso en el juego aéreo.

Dominaba y se lo creía un Schalke que iba subiendo líneas con el paso de los minutos. El Madrid se defendía como podía, como un boxeador cercano a verse en la lona y buscando el contacto para tomar oxígeno. Trataban, los tres de arriba, llevar a cabo una presión desordenada que los de Di Matteo rompían sin problemas. Tanto fue asi que, apenas 20 minutos después del pitido inicial, los mineros darían el primer golpe.

El Schalke se adelantó en dos ocasiones, con goles de Fuchs y Huntelaar. Cristiano apareció para igualar ambos tantos

Una jugada por derecha culminó en las botas de Fuchs, solo en el perfil zurdo del ataque germano, que empaló un balón en apariencia sencillo. Casillas, que quiso despejar de puños, terminó por errar en su intento, y el balón se introdujo en el arco, para delirio de los visitantes y estupor de los locales.

Como noqueados, los futbolistas blancos recibían la atronadora música de viento de una grada que no comprendía lo que sucedía en el césped. Carentos de alma, apáticos, los jugadores blancos no reaccionaban, pero Cristiano les hizo volver la vista al partido. El luso se mostraba diferente al resto, queriendo buscar algo en sus compañeros que evocase a lo mostrado en los meses previos.

Acudía a la medular, a la presión y ayudaba en la salida de balón. Además, recogió el regalo de Kroos en el ecuador del primer tiempo, que le puso el cuero en la cabeza a la salida de un córner. El de Madeira se elevó más que nadie y puso el balón lejos del alcance de Wellenreuther, que solo pudo ver cómo el cuero se introducía en sus dominios.

Huntelaar asusta; Cristiano rescata

Sin merecerlo, sin casi buscarlo, el Madrid encontraba una muy necesaria igualada, que servía como momentáneo bálsamo, al menos, para calmar la música de viento que el respetable merengue había dedicado a su equipo hasta el momento. Cristiano aglutinaba todo el peligro y la iniciativa en la presión de los suyos, que parecían querer despertar, aunque perezosos, cuando la primera mitad estaba cercana a extinguirse.

Pero el Schalke tenía guardado un as en la manga. Huntelaar, que ya había creado peligro al inicio, se contuvo unos minutos para aparecer en los instantes finales del primer acto. Primero, con un tiro espectacular al larguero. Luego, apenas un minuto después, para aprovechar un horrible despeje de Casillas a un tiro franco y aprovechar la falta de marcaje en el centro de la defensa para hacer el segundo.

Se ponía por delante el Schalke de nuevo, y las dudas volvían a aparecer en el equipo merengue. Pero Cristiano había decidido que aquella era su noche. Que debía volver a aparecer, recordar al jugador que maravilló en el inicio de temporada. Omnipresente, el portugués conectó, justo antes del descanso, un tremendo cabezazo a centro de Coentrao, al que nada pudo hacer Wellenreuther, y que ponía de nuevo la igualada en el marcador.

Modric y más goles

La salida de Modric a la banda animó la reanudación. El público blanco recibió con una enorme ovación la aparición de su jugador, que cuatro meses después estaba listo para volver al terreno de juego. Dentro de éste, el Schalke volvía a embotellar a los merengues en el inicio, a base de lanzamientos de esquina y más movimiento de balón, mientras que los jugadores madridistas formaban en dos líneas de cuatro con Cristiano y Benzema adelantados.

El galo, errático hasta el momento, dejó una jugada más que notable para la galería, que además, terminó significando el primer momento en ventaja de su equipo. Primero fue Coentrao el que percutió en el área germana. Cuando el luso conectó con Benzema, éste se regateó mediante deliciosos amagos a cuántos defensores le salieron al paso, para terminar haciendo lo propio con el guardamete y dejar para el olvido los pases errados anteriormente para encandilar al respetable.

La noche no apuntaba a ser tranquila para los merengues, y menos para un Casillas que volvía a asistir a un tanto del Schalke, en el que pudo hacer más. Sané conectó un zurdazo al que el de Móstoles acompañó con la mirada hasta el interior de la portería, sumando un nuevo gol, el sexto, a la cuenta global de un partido sin dueño.

El Schalke, a pesar de distanciarse a tan solo dos goles de lograr el pase, dio un evidente paso atrás, condicionado también por la presencia de un Luka Modric que, a pesar del parón, lo retomaba dónde lo dejó, moviendo al equipo de un lado al otro con velocidad y precisión. Fruto de este ritmo, Benzema encontró a un sorprendente Arbeloa que, solo ante el portero aprovechando un buen desmarque, se encontró con el rostro de Wellenreuther, marrando una clamorosa ocasión de gol.

Huntelaar le pone picante al tramo final

El siguiente en probarlo desde lejos fue Toni Kroos, asistido por Cristiano Ronaldo, obligando al cancerbero minero a realizar una intervención y mandar así el balón a córner, que remató fuera Bale. El galés, algo desesperado y desacertado, era el miembro de la delantera que peor actuación estaba cuajando. Fuera de sitio y de ritmo, sin tampoco precisión en los pases, seguía intentando conectar con sus compañeros en vanguardia, pero el éxito se le resistía.

El gol de Huntelaar puso en aprietos a un Madrid que recibió una estruendosa pitada de la grada al final del partido

El partido dormitó en un centrocampismo exagerado, con ambos conjuntos algo reticentes a abordar la portería rival, dando el encuentro por concluido. Isco puso mordiente, y Huntelaar recogió el guante. El holandés se desmarcó a la espalda de la defensa merengue, sobrepasó a Pepe en carrera y con la derecha se la puso a la escuadra a un Iker Casillas que asistió impotente a un tremendo gol del tulipán, que aventajaba de nuevo a los suyos tras rebotar el tiro en el larguero.

Aún restaban cinco minutos para el final, y el Schalke estaba tan solo a un gol de consumar la gran sorpresa de la temporada. Sané, de nuevo desde la frontal puso en apuros a Casillas que esta vez sí despejó lejos de sus dominios. Los pitos acompañaban cada acción de los merengues, que se encontraban por detrás y ante una situación inesperada tras el resultado de la ida.

La gente mostraba a pleno pulmón su enfado, con sonoras pitadas a sus jugadores, concentradas especialmente en las figuras de Bale y Casillas, que recibían las grandes broncas del respetable. En los instantes finales, el Schalke trató más con corazón que con fútbol de apretar, pero no logró el último tanto que les habría dado no solo la victoria, sino también el pase.

Con el pitido final, el Bernabéu rugió. Pitos, abucheos y demás acompañaron a los jugadores. Casillas llevó a sus compañeros al centro del campo para recibir la pitada, mientras la gente comenzaba a desfilar. El público del Bernabéu despidió con aplausos a 11 jugadores, pero en esta ocasión, vestían de azul. El partido, perdido. La eliminatoria, pasada. Lo único destacable de una noche que se presumía como de reconciliación, y que terminó siendo una muestra de todo lo contrario.

Así lo vivimos en VAVEL.

Real Madrid (3) Schalke 04 (4)

Casillas 3 Wellenreuther 5
Arbeloa 5 Howedes 6
Pepe 5 Matip 5
Varane 4 Nastasic 5
Coentrao 5 Hoger 5
Kroos 5 Neustadter 6
Isco 6 Fuchs 7
Khedira 4 Barnetta 5
Bale 4 Meyer 8
Benzema 7 Huntelaar 8
Cristiano Ronaldo 8 Choupo-Motig S.C.
Sustituciones
Modric 7 Sané 8
Marcelo 6 Goretzka 5
Nacho S.C. Uchida S.C.