La situación no invitaba a probaturas. Carlo Ancelotti alineó a su once de gala, a excepción de la entrada de Lucas Silva para proteger a Kroos de cara al Clásico. El público, expectante, concedió un indulto a casi todos los presentes, exceptuando las figuras de Bale, Casillas y Ancelotti, que sí recibieron un pequeño escarmiento en forma de pitos, especialmente los dos últimos.

El equipo, con Ramos de vuelta, salió con otro ánimo. Al palo la mandó Cristiano a los tres minutos y antes, Bale, le había puesto un centro al que no llegó por unos milímetros. El control, la presión arriba y la actitud en los primeros compases provocaron varias ovaciones de un público deseoso de reconocer a los suyos.

La cara lavada

Tardó otros diez minutos en volver a llevar peligro el Real Madrid a la portería de Mariño, tras una fase de control sin profundidad, con varios centros muriendo en despejes de la zaga granota. Luka Modric ensayó desde la frontal del área un disparo que, tras un efecto complicado, repelió el portero visitante dejándosela a Benzema franca para batirle. La jugada, no obstante, estaba anulada por fuera de juego del galo, que estaba adelantado de forma clara.

Bale logró los dos primeros goles del Madrid, rompiendo una sequía cara a gol de nueve partidos y más de 800 minutos

La imagen era diferente. Con Bale recuperando varios balones en la medular, ayudando a Carvajal en la presión rival y dándole salida al Madrid. Precisamente el galés fue el autor del primer gol de partido, haciendo justicia a lo visto hasta el momento. Un hábil y móvil Benzema cayó al costado diestro en dos jugadas consecutivas para poner otros tantos centros al área.

El primero lo despejó Simao con un cabezazo y el segundo, tras un remate de media chilena de Cristiano que salvó Ramis bajo palos, lo recogió Bale en el interior del área y fusiló a Mariño, que no pudo hacer nada para evitar que nueve partidos después, el de Cardiff volviera a ver portería y recibir el apoyo de sus compañeros, que acudieron en masa, y la grada, que rompió a aplaudirle.

El Madrid jugaba cómodo, sin agobios en defensa y con un ritmo que sin ser muy alto, sí hacía constante el llevar peligro a los dominios de Mariño. Pero sin embargo no eran los de blanco los que ponían en mayores aprietos al guardameta del Levante, sino su propio compañero, Simao, que al intentar despejar un centro de Carvajal de cabeza a punto estuvo de sorprender a su guardameta, rebotando el cuero en el larguero ante la mirada de Mariño.

Modric 'castiga' al Levante

Con la cercanía del descanso, el Levante comenzó a intentar desperezarse, especialmente con caída a banda de Barral por la izquierda, que se combinaba con Morales en dicho costado para percutir sobre el arco, o al menos intentarlo, de un inédito Keylor Navas. Aprovechando el bajón de revoluciones propuesto por su rival, el Levante se acostumbró a no sufrir, y a atreverse a subir líneas en busca de una presión más avanzada, que dejaba huecos en defensa que no sabía aprovechar el Madrid.

Percutía Bale sin acierto por derecha, y Benzema con sus caidas a la izquierda del mismo modo. Errando en el último pase y cada vez con menos capacidad para recuperar el balón en campo rival, Pepe se cruzó para evitar que Xumetra fusilase a Navas, en la más clara para los granotas de la primera mitad.

Cristiano tuvo dos ocasiones claras para hacer gol, y terminó asistiendo a Bale en el segundo tanto blanco

Al Madrid le seguía fallando el último pase, llegando con facilidad hasta línea de fondo o la frontal del área, pero siendo imprecisos en la última conexión entre compañeros antes de optar a enfilar el marco rival. Peroen los quizás mejores momentos del cuadro valenciano apareció Modric. El croata habilitó a Carvajal sacando rápido una falta para que el de Leganés apurase el campo.

Se la puso atrás, a Cristiano, que fusiló a Mariño, pero por el camino se encontró con la bota de Bale para que fuera finalmente el galés el que convirtiera el tanto, y le diera una ventaja importante a los blancos antes del descanso. Justo antes del mismo, una combinación en una baldosa entre Marcelo e Isco levantó los 'olés' de la grada, aunque si bien el centro del malagueño terminó encontrando la cabeza de Cristiano, lo hizo en condiciones deficientes para que al menos el luso pudiera encontrar portería.

En la reanudación, jugando con la ventaja, el Madrid comenzó parsimonioso. Controlando, abriendo mucho el campo y colgando balones al área, buscando no perder balones que pudieran darle al Levante la ocasión de acercarse a los dominios de Keylor. Percutía sobre todo Marcelo por su costado, con Isco acompañando y Cristiano en posiciones de remate, cerca de Benzema, que ejecutó el primer tiro del segundo acto aunque éste se marchó muy desviado sobre la portería de Mariño.

Después de la tormenta llega la calma

Con Modric ejerciendo de faro, eje y director de la orquesta, los blancos movían el balón de un costado a otro sin buscar con ahínco aumentar su distancia en el luminoso. Al contrario, dando muestras de conformismo, los de Ancelotti volvieron a despertar el malestar en la grada, que castigó algunas deficiencias en el pase y la presión haciendo ver su desacuerdo con nuevos pitos para los suyos.

El punto diferente, de magia, lo puso Cristiano primero y sobre todo Benzema después. El luso cayó a la derecha, la puso al área y allí encontró al galo. De espuela, de primeras, impactó el balón Karim directo a la escuadra, rebotando con violencia en la unión del larguero y el poste. El balón, aunque terminó fuera, dejó un gusto dulce en el paladar de los presentes, que cambiaron la música de viento por aplausos.

Sin premio para Cristiano

De nuevo Benzema, aunque apareciendo esta vez por el centro, volvió a dejar muestras de su calidad al encontrar en el borde del área, desmarcado, a un Bale que no pudo redondear con un hat-trick su actuación, encontrándose en el mano a mano con Mariño. Crecía el Madrid tras unos momentos de dudas y apaciguamiento del ataque.

Con Modric e Isco ya descansando, el Madrid se dispuso con 4-4-2 claro y definitivo gracias a la entrada de Jesé y su apertura al costado izquierdo. El canterano, que volvía a disponer de minutos, intentó en varias ocasiones encarar a su par, pero apenas si pudo deshacerse de Iván López, que estaba bien apoyado por Camarasa e incluso Barral, que se dejaba ver en labores defensivas.

El único que buscaba, aunque sin excesiva suerte, el gol en el bando blanco era Cristiano. El luso, que había dispuesto de varias ocasiones de cierta claridad en el primer acto no terminaba de encontrar su sitio en el segundo, y se mostraba impreciso en los pases para ejecutar combinaciones rápidas en la frontal. Precisamente desde ahí ensayó fortuna a falta de poco más de cinco minutos, pero su disparo si bien fuerte, fue excesivamente centrado y Mariño reaccionó bien sacando el balón de puños.

Un cabezazo de Bale, prolongando un centro de Marcelo tras saque de esquina lo mandó a las nubes Cristiano en el segundo palo, en un escorzo que terminó con el cuero en la grada. Un par de amagos de ataque, uno por bando, y no hubo tiempo para más. Una victoria que sirve para reencontrar sensaciones y recuperar algo de moral antes de la llegada del Clásico ante el Barcelona.

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