Casillas ha sido recibido por los habitantes de un poblado de Sanambélé, cerca de Bamako, donde la ONG mantiene un Centro de Estimulación Temprana Infantil donde la comunidad cuenta con una guardería. Allí, ha conocido las tradiciones del lugar, ha sido recibido por el jefe del poblado, ha escuchado la música tradicional y, por supuesto, ha estado en todo momento rodeado de niños. Uno de ellos es Bourama, un niño de tres años que el futbolsita apadrina y que por fin ha podido conocer en persona.

Plan también lleva a cabo en Sanambélé un programa nutricional -ya que no hay que olvidar que en Mali el 32% de los menores de cinco años sufren malnutrición-, y un proyecto radiofónico llamado “Ondas infantiles”, en el que niños y niñas víctimas de violencia escolar cuentan sus experiencias.

El portero mostoleño ha declarado a los periodistas que le han acompañado en su visita que "la ilusión y la vitalidad de estos niños y niñas te llega al corazón de un modo que resulta imposible no hermanarte con ellos”. Además ha recalcado que cada día se siente "más feliz de trabajar duro junto a Plan" y añadió que seguirá "pidiendo la colaboración de todos para garantizar la educación y el bienestar de estos niños”.

Casillas, además del cariño e ilusión de los habitantes del poblado, se ha llevado una grata sorpresa cuando le han hecho entrega de una cabra como signo de agradecimiento.

El guardameta madrileño es embajador de la campaña “Paremos la pobreza infantil” y ha aprovechado su viaje solidario para rodar un anuncio de televisión que se emitirá a partir de octubre con el fin de dar a conocer la extrema pobreza a la que se enfrentan los niños africanos. En este proyecto también colaboran dos futbolistas malíes de nuestra liga, el sevillista Kanouté y el madridista Mahamadou Diarrá, pero finalmente no han podido acompañar al guardameta en su viaje.