El Madrid que saltó al estadio Vicente Calderón dicta mucho del que perdió por 4-0 hace un par de meses. La principal diferencia radica en los jugadores que formaron el once, lo que repercute directamente en la calidad y confianza del mismo. El Madrid se pareció más al de la ida en Copa o al del duelo de la primera vuelta en Liga en el Bernabéu. Por el otro lado se vio a un Atlético de Madrid que apenas cambió su estilo de juego con respecto a anteriores enfrentamientos. Los rojiblancos salieron con su clásico 4-4-2 que dio más resultado en la segunda parte que en la primera. En los primeros 45 minutos Oblak fue el mejor de los suyos, mientras que en la segunda no hubo un actor principal, pero sí muchos secundarios perfectamente dirigidos por Simeone. El Madrid salió con un 4-3-3 que le funcionó muy bien. Modric y James, los interiores, estuvieron muy bien asistidos por Kroos, el pivote. Ramos estuvo imperial atrás y su novedosa pareja de baile, Varane, también estuvo a la altura. Arriba repitieron Bale, Ronaldo y Benzema. Los tres dejaron una buena actuación, aunque ningún consiguió brillar y ser determinante para los suyos. Ancelotti, que había acertado de pleno con el once y el planteamiento inicial falló con los cambios, o el cambio. La entrada de Isco por Benzema llevó consigo otro cambio, el del 4-3-3 por el 4-4-2. Carletto trató de ganar control pero lo perdió porque eliminó el apoyo vertical que tenían los interiores cuando estaban en posesión del balón, Karim Benzema.

Ancelotti abrió a laterales e interiores y creó un 3x2 ganador en la base

Los blancos salieron en tromba y con una intensidad muy alta. El Atleti no fue menos y esa intensidad que viene de ‘serie’ la volvieron a imprimir, pero con un efecto negativo. Cuánto más presionaba y corría el Atleti más rápido la movía el Madrid. Si la presión era alta los pases del Madrid se hacían a uno o dos toques y los giros y regates a toda velocidad. El Madrid realizó un 3vs2 en la base que dividió y menguó la presión y el taponamiento de las vías de pase hacia los interiores y hacia Kroos. Mandzukic y Griezman apenas consiguieron llevar a cabo el plan A de su entrenador. Ese primer plan del Cholo consiste en que sus dos delanteros tapen las vías de pase hacia Kroos más el interior del lado de balón. Si era Ramos el que tenía el cuero el delantero derecho tapaba el pase a James, mientras que el izquierdo a Kroos, y viceversa con Modric como protagonista. De esta manera Simeone pretendía que Ramos y Varane tuvieran el balón en muchas fases del partido, sin saber muy bien qué hace con él pues el plan A del Madrid (salida en corto desde los centrales hacia Kroos y los interiores) estaba tapado. Pocas veces estuvo Ramos comprometido con el balón y pocas veces se sintió ahogado y tuvo que recurrir a un balón largo que tarde (en la segunda jugada) o temprano (en las cabezas de Godín y Miranda) perdería.

Sergio recuperó cinco balones en los primeros 10 minutos de juego casi en el campo del Atleti, en la segunda tres y cerca de su área

Llegados a Ramos conviene pararse en él, pues el dominio del Madrid en los primeros minutos y en la primer parte no tiene razón de ser sin él. Al Atleti le duraba el balón pocos segundos cuando lo recuperaba o lo tenía en su propio campo por lo que optó por salir más directo. El Madrid estaba recuperando el balón justo después de perderlo y los rojiblancos sufrían en exceso. En este contexto el Atleti buscó rápidamente a Griezman y Mandzukic, pero Ramos fue un muro. Un muro de hormigón armado con la agilidad de una liebre. A los 10 minutos Ramos ya había recuperado cinco balones. Tres robos en la divisoria (el Madrid defendía con las líneas muy arriba, aunque juntas) y dos interceptaciones de pases, uno en campo contrario y el otro en el medio campo. A partir de ahí el dominio del Madrid comenzó a crecer sin parar y pasó de un ligero dominio a un dominio brutal sobre su rival. El Madrid con balón volaba y cuando lo perdía mordía. Si el Atleti conseguía esquivar alguna pierna y lanzar ahí estaba Ramos para en primera instancia recuperar y en segunda comenzar el juego.

Llegados a este punto, con el Madrid superando el primer escalón y habiendo conseguido hacer llegar el balón a Kroos, el siguiente paso y pase era mucho más sencillo. Si Ramos fue el primer bastión Toni fue el segundo. Cada balón que tocaba, el alemán hacía por tocarlos apoyando y creando líneas de pase constantemente, era sinónimo de progreso en la jugada. El ex del Bayern encontraba fácilmente a sus interiores (James y Modric recibieron cada uno 13 pases de él) pero también a Carvajal (en 25 ocasiones) y este a su vez a Modric (conexión más usada del partido con 24 pases de Dani hacia Luka).

Con el balón en poder de los centrocampistas blancos el siguiente paso para meter en problemas al Atlético también se dio. Benzema fue más ‘10’ que ‘9’, de hecho estuvo mucho más acertado en ese aspecto, y sirvió de enlace y apoyo para verticalizar la jugada. Los movimientos del francés crearon multitud de espacios que Ronaldo se encargó de ocupar además de apoyos interiores para James, Marcelo, Kroos y Modric. Cristiano volvió a estar muy activo y consiguió que Karim y Bale también lo estuvieran. Ronaldo fue una máquina de crear y ocupar espacios, él solo, con sus movimientos, activó a Bale, metió en problemas al sistema defensivo del Atleti y consiguió que el Madrid pasara a dominar el partido y el balón en una zona más cercana al área de Oblak. El Madrid pudo avanzar y subir los tres escalones. Teniendo y pasando el balón desde la zona 1 (Ramos o Varane) hacia la zona 2 (Kroos y los interiores) y de esta a la 3, donde Benzema fue el enlace y Cristiano el dinamizador. Al Atleti por su parte le fallaron prácticamente los tres. Mandzukic y Griezman no pudieron evitar que el Madrid pasara de zona 1 a zona 2. Gabi-Mario no pudieron contener el torrente de fútbol que produjeron Modric y James delante de ellos ni los movimientos de Benzema a su espalda y solo Oblak, con sus seis paradas en la primera parte, contuvo e hizo fuerte su zona 1.

Simeone rectificó y el Atleti creció mucho en la segunda parte

La segunda parte pareció ser un partido distinto, un partido más similar a los anteriores derbis. El Atleti del Cholo es un equipo que se adapta a la perfección al rival, aprovechando al máximo los defectos de este y potenciando al máximo sus virtudes. Como Mandzukic y Griezman no conseguían robar ni incordiar la salida del Madrid el Cholo los mandó unos metros más hacia atrás. El Madrid seguía teniendo el balón en campo contrario, pero empezó a dudar de que eso le sirviera para anotar (ya había movido el cuero brillantemente en la primera parte y no lo había conseguido) y comenzó a ralentizar y dotar de imprecisión su circulación de balón. Tras pérdida ya no se mordía como en la primera parte por lo que el Atleti pudo salir un poco más cómodo y asentarse en el campo del Madrid.

Mandzukic siguió peleando al igual que había hecho en la primera parte, pero produjo mucho más. El delantero croata había dado 12 pases en la primera parte (9 buenos) y solo había ganado uno de los seis balones aéreos que le mandaron. En la segunda ganó tres y solo falló un pase. El Atleti comenzó a ganar metros y el Madrid se ahogó con la salida de Benzema. Al conjunto blanco le faltó el desmarque de apoyo del francés, pues James, Isco o Kroos no encontraron casi nunca a Bale-Ronaldo (pareja de delanteros tras la salida de Benzema). El galés y el portugués siempre buscaban el desmarque en ruptura, pero los envíos hacia ellos eran cortados por la zaga rojiblanca que podría comenzar de nuevo su asedio. Si Ancelotti falló con los cambios Simeone acertó y eso terminó con un dominio aún más claro del Atleti. Raúl García echó un cable en la lucha cuerpo a cuerpo que Mandzukic llevaba muchos minutos librando mientras que Torres aportó dinamismo y frescura con sus movimientos. El resultado no se movería pese a las llegadas del equipo del Manzanares al igual que no se movió tras el asedio merengue de los primeros 45 minutos.

Ramos estuvo imperial con y sin balón, Varane a la altura

Sergio Ramos fue la gasolina que hizo que el motor del Madrid funcionara. El de Camas estuvo sublime en la primera parte en la salida de balón en la que solo falló cuatro envíos (tres de ellos en largo). Sin balón fue un bastión, un muro que recuperó muchos balones. Varane estuvo a la altura del partido y pese a sufrir en el juego aéreo estuvo muy bien en ese aspecto ganando cuatro de los cinco balones que disputó en su campo.

Modric y Kroos movieron al Madrid, ambos sobervios con el balón

Combinaciones más usadas durante el partido