Lejos queda ya la derrota (3-4) de los blancos en el Santiago Bernabéu a manos del Schalke 04 en Liga de Campeones, donde viejos fantasmas del pasado aparecieron en la parroquia blanca, dejando ver las debilidades del conjunto merengue a estas alturas de la temporada. El 10 de marzo, el equipo de Carlo Ancelotti tocó fondo, volviendo a buscar entre sus adentros el maravilloso juego de meses anteriores, donde se alzó con cuatro títulos en un año. 

No lo hizo unos días más tardes ante el Levante al que venció por cero goles a dos, pero sí ante el eterno rival, el FC Barcelona, en el Camp Nou, equipo con el que se jugará la liga, pudiéndose ver "brotes verdes" en la recuperación del equipo. Lástima que el resultado no acompañó, sin embargo esto no hizo entrar en el desánime sino todo lo contrario. La primera plantilla arrimó el hombro, conjurandose y llenandose de moral para afrontar el resto de partidos.

Con ello se llegó al parón internacional. Mucho tiempo para recargar pilas, jugadores y lo que es más importante, sensaciones de cara a este final de campaña, la cual se presenta de lo más emocionante, y en la que el Real Madrid volvió a medir sus fuerzas ante el Granada, al que endosó una paliza histórica (9-1) en el Santiago Bernabéu, en un partido donde Cristiano Ronaldo dejó su huella con un 'repóker', sumando así un nuevo récord en su larga y extensa trayectoria profesional.  

Quizá todas las alarmas del posible regreso blanco a su máxima expresión del 'jogo bonito' se fundarían tras el encuentro ante el conjunto nazarí, pero una jornada después, los merengues tuvieron que sufrir y ponerse el mono de trabajo para imponerse al Rayo Vallecano por cero goles a dos. Con la inercia positiva de las dos últimas victorias, los jugadores de Ancelotti superaron al Eibar sin serios problemas en el 'Coliseum' blanco (3-0). 

En el momento oportuno

Buena parte de este crecimiento blanco viene dado por la recuperación de un futbolista, del cual a comienzos de temporada se habló mucho por su elevado coste, pero que jornada a jornada y a base de trabajo ha demostrado que tiene un hueco en esta plantilla, y en el once titular. No es otro que James Rodríguez. 

El colombiano, quien sufrió una lesión que le apartó del equipo aproximadamente dos meses, regresó hace un par de jornadas con la misión de rememorar los logros cosechados durante finales del año pasado, y volver a la senda del juego combinativo, asociativo, y participativo, del cual sueña la afición madridista. 

Asimismo, Sergio Ramos y Pepe se han vuelto a enfundar el traje de capitanes en el eje de la defensa, mientras que Modric, una de las bajas más importantes del equipo durante esta temporada, perdiéndose gran parte de los encuentros más decisivos de la entidad de Florentino Pérez, regresó al mismo nivel de cuando dejó al equipo. James y Modric, dos piezas que el resto de compañero a la par que el técnico italiano anhelaron durante el año, pero que llegan justo a tiempo para marcar el sino del Real Madrid en este final de curso. 

Por lo que se espera que la nave madridista vuelva a carburar de la misma manera que ya logró meses atrás. Para ello, la primera parada en el camino lo encontrará en su cita ante el Málaga para luego corroborar sus deseos y objetivos el próximo miércoles en su propio estadio ante el Atlético de Madrid, en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones.