Cuando Luka Modric pidió el cambio, tras solicitar calma en primera instancia, las alarmas se dispararon en el Real Madrid. El croata, que no llevaba media docena de encuentros desde su recuperación después de cuatro meses de lesión, volvía a ingresar en la enfermería, y en su caso el pronóstico aunque era mejor que el que recibió en noviembre, dejaba el futuro próximo del cuadro blanco en una incógnita.

Las pruebas arrojaron como resultado un esguince de ligamento medial de la rodilla derecha, que dependiendo de la gravedad podría alargarse de entre tres a seis semanas. Al no tener afectada ninguna parte más de la musculatura ni ósea, la recuperación podría ser más rápida de lo inicialmente previsto, aunque en cualquier caso el balcánico queda descartado para los próximos compromisos del equipo, incluida la vuelta de los cuartos de la Champions.

Pero Modric no ha decaído en su ánimo, y en declaraciones que recoge el medio croata "Sportske Novosti", el centrocampista merengue explica cómo se sintió en el momento de la lesión: "Estoy triste por haberme lesionado de nuevo, pero tengo la esperanza de poder estar recuperado cuánto antes. Tengo la cabeza alta y de volver a jugar esta temporada, voy a intentarlo con todas mis fuerzas".

Ahonda el croata en el momento exacto de la acción: "Me sentí mareado tras recibir el golpe, me dolió bastante. De inmediato supe que era serio, que algo había pasado". Modric se siente "triste" precisamente porque, como él mismo revela, estaba recuperando sensaciones: "Después de estar tanto tiempo fuera me encontraba bien, me veía jugando como antes. Ahora viene esto y es un golpe, pero me intentaré recuperar para ayudar a mis compañeros".