El  Juventus - Real Madrid de la ida de las semifinales de Champions dio comienzo con un guión muy esperado. Por un lado con los planteamientos y onces iniciales en los que solo la inclusión del joven Sturaro en lugar de Pereyra –y la recolocación de Vidal en el campo- fue una novedad. La Juve salió bajo su habitual 4-3-1-2. Allegri colocó con ese dibujo a sus hombres cuando estos iniciaban el ataque. Chiellini y Bonucci formaron como pareja de centrales con Lichtsteiner y Evra como laterales-carrileros que subían un escalón y daban amplitud al campo. Al mismo tiempo los centrales se abrían y Pirlo buscaba recibir de ellos. Escalonados con respecto a Andrea estaban Marchisio –a su derecha- y Sturaro –a la izquierda-. Por algún lado de ese triángulo que se formaba aparecía Vidal, el mediapunta. Más adelantados y como pareja de delanteros estuvieron Tevez y Morata. En defensa la Juve tuvo dos comportamientos diferentes. Por un lado se colocó bajo ese 4-3-1-2 o 4-3-3 para presionar la salida de balón blanca. Si el Madrid superaba esa línea de presión, el cuadro turinés replegaba y pasaba de ese 4-4-2 en rombo a uno más lineal en el que Vidal formaba doble pivote con Pirlo y Sturaro y Marchisio ocupaban las bandas, quedando Tevez y Morata como pareja de delanteros, pero no descolgados. Uno de los dos bajaba un poco a ayudar, formando en algunas ocasiones un 4-4-1-1 con Morata más en punta y Tevez cerca del doble pivote.

El Madrid por su parte tampoco introdujo ninguna novedad. Ancelotti salió con su habitual 4-3-3 en ataque con Carvajal, Varane, Pepe y Marcelo formando en línea defensiva. Kroos como pivote e Isco y Ramos a sus lados como interiores. Más arriba estuvo James escorado a la banda derecha, con Bale haciendo de ‘9’ y Ronaldo ligeramente escorado a la izquierda. Ese 4-3-3 pasaba a un 4-4-2 defensivo cuando James retrasaba su posición para formar una línea de cuatro centrocampistas con él en la derecha, Isco en la izquierda y Ramos y Kroos como doble pivote. Descolgados quedaban arriba Ronaldo y Bale, que formaban como pareja de delanteros.

La Juve sale al 120%, el Madrid a medio gas

Tevez, Morata y Vidal empezaron el partido a tope

Los onces y sistemas de Allegri y Ancelotti fueron la primera no novedad de la noche. La otra sería el planteamiento inicial del cuadro italiano. La Juve, alentada por su público y guiada por el portentoso físico de sus atacantes, salió a presionar arriba al Madrid imprimiendo una intensidad muy alta al partido. El Madrid tardó en entrar y la Juve se dio un festín cuando encontró en Carvajal y Ramos el punto débil blanco. El Madrid trataba de salir jugando en corto, con Kroos ofreciendo constantemente apoyos. El objetivo del cuadro visitante era el de llevar el balón a Isco o James y que estos jugaran e hicieran jugar en campo contrario, pero los blancos no los encontraron. El intento se quedó en la primera fase, en la de llevar el balón hacia Kroos y que este se apoyara en los laterales o los interiores. Vidal y Tevez, o Morata, persuadían el pase hacia Toni, y si la jugada lo permitía hacia la zona izquierda, donde Varane encontraría una salida más fácil con Marcelo e Isco por ese lado. Con el Madrid orientado hacia la derecha Vidal ya solo tenía que ponerse el babero y comenzar a salivar, su presa estaba cerca y él no cazaría solo. Sturaro tapaba el pase hacia James e intimidaba ligeramente a Ramos mientras que entre Vidal y Tevez o Morata se encargaban de que el balón no saliera con destino de las botas de Carvajal o Ramos. Por ese flanco la Juve recuperó muchos balones y creó peligro, aunque también hizo daño al Madrid por el otro costado. Los laterales se desplegaban y daban amplitud, aunque no mucha profundidad, los interiores daban apoyo mientras que Vidal aparecía por todos lados y propiciaba movimientos en sus compañeros. A eso se sumaba la pareja de atacantes. Morata y Tevez formaron como paraje de ‘9’, pero también como ‘9’ y como ‘10’, ejerciendo Álvaro esa figura de delantero centro que fija a los centrales y Tevez la del enganche que baja a recibir y llega desde segunda línea. Entre ‘El apache’ y Vidal complicaron el inicio de partido a Kroos y Ramos, que no sabían si salir a por Vidal o dejarle solo pero tener más vigilado a Tevez.

El Madrid encuentra a Isco y comienza a controlar el partido

Isco fue el protagonista de los mejores minutos del Madrid

Tras ese dominio inicial de la Juve llevado a cabo por una intensa presión arriba y por el gol de Morata el Madrid entró en el partido. 25 minutos tardaron los blancos en ello. El plan A de los hombres de Allegri era recuperar arriba y ser verticales con el balón finalizando jugadas, pero si este fallaba había una opción B, la del repliegue. Este se producía cuando el Madrid encontraba a Kroos o Marcelo y estos a Isco.

El Madrid tardó 25 minutos en entrar en el partido y lo hizo cuando encontró a Isco y este a algún socio con el que asentar la posesión en campo contrario y controlar el partido, además de dar más amplitud al campo y conseguir con ello mayor movilidad por dentro. Hasta ese momento los hombres de más talento del Madrid estaban desactivados, y cuando Isco se activó lo hicieron sus compañeros. James abandonó la banda y buscó recibir entre líneas y por dentro, Isco buscó y encontró compañeros con los que asociarse y Ronaldo lo encontró a él. Cristiano, que hasta el momento había estado muy centrado, se abrió a banda y junto a Isco y Marcelo crearon superioridades por banda y generaron peligro. Mientras, por la otra banda, Ramos asistía a Carvajal que subía y daba amplitud por ese costado. El Madrid, casi media hora después, había conseguido controlar el partido y desde ahí imponer su juego. De esa forma el gol no tardó en llegar, y la remontada solo la impidió el larguero.

Sucesión de desdichas blancas tras el descanso

La segunda parte fue muy distinta la primera, comenzando por el inicio. Los primeros minutos se desarrollaron muy lentamente a causa de un mayor número de faltas. Ese ritmo excesivamente bajo frenó la inercia positiva que llevaba el Madrid. El conjunto blanco seguía controlando el partido, pero no verticalizaba sus pases. Entre James (7/7), Kroos (13/14), Isco (9/9) y Ramos (8/9) solo fallaron dos pases en los primeros 20 minutos de la segunda parte, pero fueron unos pases muy en corto y en horizontal. El Madrid no llegaba, pero controlaba el partido hasta que los blancos sufrieron dos mazazos en apenas cinco minutos. El primero fue el gol de Tevez tras una muy mala transición defensiva que acabó con penalti de Carvajal a Tevez. El otro golpe se lo dio el Madrid así mismo cuando Ancelotti quitó al interruptor que había encendido al equipo. Con el cambio de Kroos por Chicharito James pasó al puesto de interior y Bale a la derecha, pero sobre todo Isco pasó de estar en el campo a estar fuera de él, y el Madrid perdió todo lo que el malagueño estaba sumando al equipo. Seguridad en el pase, asociaciones con Ronaldo y movilidad entre líneas buscando acortar el espacio que había entre él y James. Sin el ‘23’ blanco en el campo y con el gol de la Juve el partido cambió por completo. Allegri metió a Barzagli por Sturaro y los locales pasaron a formar con un 5-3-2 que propició dos cosas. Por un lado la Juve se replegó un poco más y protegió su área, por otro, los tres altos, italianos y rudos centrales bianconeros llamaron la atención de los jugadores del Madrid que estaban en posesión del balón en zona de tres cuartos y relativamente abiertos. Como si de baloncesto se tratase, Bale, Carvajal, Ramos y Marcelo comenzaron a meter balones al área (12 de los 16 centros del Madrid en la segunda parte se produjeron en los últimos 20 minutos de partido) y ahí el Madrid terminó por ahogarse. Sin Isco perdió los manguitos y con los centros a un área muy bien protegida por parte local perdió el flotador.

‘King Arturo’ fue el Vidal de siempre

El triunfo de la Juve se edificó bajo su gran partido colectivo, pero también gracias al gran encuentro de Arturo Vidal. La posición de partida, y solo de partida, fue la mediapunta. Ahí es donde se ubicó el chileno, aunque su ratio de acción fue casi el campo entero. Vidal presionó y recuperó balones en la posición de extremo izquierdo, extremo derecho, interior, mediocentro y despejó siete balones en su propia área. En total Arturo recuperó 15 balones (entre robos, intercepciones y entradas) y despejó siete balones. En el juego aéreo fue un titán, ganó el 75% de los duelos que luchó (6/8 con tres en su área). Con balón fue muy importante ayudando a Pirlo en la salida desde atrás, además de asociándose con Tevez y Morata y creando dos ocasiones de gol. Sin balón, pero en ataque, se movió también con total libertad. Bajó a ayudar a Pirlo, se escalonó con él, se abrió a ambas bandas y llegó a zonas de remate en segunda jugada.

Tevez-Morata, como amigos de la infancia

El delantero argentino está a un nivel de forma tremendo.  Se siente querido y él devuelve el cariño en grandes dosis de fútbol y derroche físico sobre el césped. Ante el Madrid volvió a dar un recital de movimientos con y sin balón, de derroche físico y de inteligencia táctica. Partió como delantero, pero se movió como un ‘10’ de toda la vida. Bajó a recibir, llegó desde atrás, ocupó los espacios que el ‘9’ le creaba, incordió al pivote rival y pisó área. Toda esa aportación, o gran parte de ella, vino como consecuencia de las características de su compañero, Álvaro Morata. El canterano blanco se entiende a la perfección con el argentino. Ambos dominan la misma lengua a la hora de hablar, pero en el campo se entienden con la mirada. Morata hace de ‘9’, fija centrales, tira de ellos con sus desmarques en ruptura, choca, los encara, vuelve a chocar y así un sinfín de acciones que incordian e incordiaron a Varane y Pepe. La sociedad con Tevez los mejora a ambos, pues mientras Álvaro crea un espacio Carlos lo ocupa, viceversa. Ante el Madrid formaron como doble ‘9’, como ‘9’ y como ‘10’, pero casi siempre cerca y buscando aprovecharse del fútbol del otro. Ambos mojaron y entre los dos sumaron siete disparos y dos ocasiones de gol creadas.

Ramos-Bale, naufragio

Ancelotti se la volvió a jugar con Sergio en el centro del campo. Ya le había salido una vez mal y dos bien, pero como estas últimas fueron las más recientes volvió a probarlo. Ramos estuvo mucho más desacertado que frente al Atleti o Sevilla. Perdió balones, el sitio y estuvo muy mal con el balón. Ancelotti lo dejó en el campo los 90 minutos pero el de Camas no tuvo su noche. Igual de mal, pero menos voluntariosos estuvo Bale. El galés jugó como delantero, con libertad de movimientos y sin obligaciones defensivas. En esta tesitura y ante la lentitud de la zaga de la Juve se preveía una gran noche para él, pero Bale no tuvo la cabeza en Turín. Pasó desapercibido, totalmente desapercibido. Ancelotti lo ubicó en punta y o bien el mensaje no fue el correcto o bien el receptor no lo entendió bien. El galés se quedó fijo como ‘9’, sin apenas participar ni moverse de ahí. Bale solo dio 17 pases buenos ante la Juve. De esos 17 tres fueron para sacar de centro y ninguno de ellos fue en vertical. Cayó a ambas bandas y desde ahí participó ligeramente, pero estuvo muy lejos de mostrar un nivel aceptable. Se marchó en el 85 sin haber disparado a puerta ni haber creado ninguna ocasión de gol.

Algunos datos interesantes del partido

La posesión estuvo igualada. El Madrid tuvo un poco más el balón con un 53% frente al 47% de la Juve.

En cuanto a pases también estuvieron ambos equipos muy igualados: el Madrid realizó 445 por los 407 de la Juve.

En saques de esquina y faltas hubo más diferencias. El Madrid sacó cinco córners mientras que la Juve solo uno. En faltas los locales hicieron 21 por las 13 del conjunto merengue.

En cuanto a tiros y ocasiones de gol creadas también hubo igualdad. El Madrid disparó 13 veces y creó 9 ocasiones por los 12 tiros y ocho ocasiones de gol generadas por la Juve.

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