15 de mayo de 2002. 21:30 horas. Roberto Carlos llega por banda izquierda a la altura del área y envía un balón muy alto al interior de la misma, donde Zinedine Zidane ejecuta una magistral volea con la pierna izquierda que acaba en la red. El gol del francés, logrado nada más y nada menos que en la final de la Champions League, permitió al Real Madrid lograr la novena Copa de Europa, logrando un registro hasta el momento inalcanzable para el resto de clubes europeos. Además, ese título suponía el tercero logrado en cinco años, por lo que ese idilio del equipo blanco con la máxima competición continental se reforzaba de manera consistente.

El nivel de la plantilla, la historia y esa relación tan fuerte con la ‘Orejona’ invitaban a pensar que el Real Madrid seguiría dominando con autoridad a nivel continental. Sin embargo, la consecución de la novena Copa de Europa desembocó en una travesía donde la imposibilidad de luchar por el título se convirtió en la norma habitual temporada tras temporada. Juventus (2003 y 2005), AS Monaco (2004), Arsenal (2006), Bayern Munich (2007 y 2012), AS Roma (2008), Liverpool (2009), Olympique de Lyon (2010), FC Barcelona (2011) y Borussia Dortmund (2013) se cruzaron en el camino del Real Madrid y le privaron de conquistar su ‘Décima’ Copa de Europa, cayendo además en varias ocasiones en la primera eliminatoria.

Foto: Getty Images.

Esta situación, en un club de la exigencia del Real Madrid, se convirtió en un continuo quebradero de cabeza para la afición y los dirigentes madridistas, que exigían año tras año conquistar la Champions League para que la temporada fuera positiva. Pese a los diferentes entrenadores y presidentes que tuvo el club durante ese periodo, el objetivo inicial de la temporada no cambiaba: la ‘Décima’. Esta palabra comenzó a ser un lastre para los jugadores del conjunto madridista, sobre todo para los que llevaban varios años en el club, que veían cada año cómo se marchaba una nueva posibilidad de levantar el título. La llegada de Jose Mourinho al banquillo blanco permitió al Real Madrid llegar a semifinales después de años sin lograrlo, pero finalmente la ansiada final no llegaba y la décima Copa de Europa cada vez se veía más lejos por parte de la afición merengue.

Pero todo cambió en 2014. Carlo Ancelotti, en su primer año en el club de Concha Espina, había ido superando rondas eliminatorias hasta llegar a semifinales, el paso que se le había atragantado al Real Madrid durante las últimas temporadas. Además, el conjunto madrileño se veía en la penúltima ronda de la competición con el Bayern Munich de Pep Guardiola, el máximo favorito para conquistar el trofeo. Por si fueran pocas complicaciones, el cuadro blanco debía disputar la vuelta en tierras bávaras, por lo que la misión se antojaba muy complicada por la entidad del rival y también por esa ‘barrera psicológica’ que pesaba sobre la plantilla. Sin embargo, el equipo respondió a la perfección y haciendo un ejercicio práctico se impuso en el partido de ida por 1-0. La eliminatoria se decidiría la vuelta, pero el Real Madrid realizó en el Allianz Arena uno de sus mejores partidos de la temporada y se impuso por 0-4, llegando a la final 12 años después.

Foto: AFP/Getty Images.

En el último partido de la campaña esperaba el Atlético de Madrid, un rival muy difícil de superar desde la llegada del ‘Cholo’ Simeone al banquillo rojiblanco. Por primera vez se disputaba un derbi madrileño en la máxima competición continental, y el partido no pudo tener más emoción. Un gol de Diego Godín de cabeza tras una mala salida de Iker Casillas estableció el 1-0 para el cuadro colchonero a la media hora de juego. Los minutos pasaban y el Real Madrid era incapaz de batir a Courtois, por lo que de nuevo la maldición de la ‘Décima’ comenzó a caer sobre jugadores y aficionados madridistas. Pero el partido aún guardaba una sorpresa, convertida en regalo para el club de Concha Espina. En el minuto 93 de partido, Sergio Ramos se elevó dentro del área atlética y cabeceó a la red un saque de esquina botado por Luka Modric. El delirio se desató entre todos los integrantes del equipo, conscientes de que física y mentalmente habían invertido la situación. Finalmente, el Real Madrid venció por 4-1, consiguiendo la tan ansiada ‘Décima’ Copa de Europa.

El título no fue uno más para el club de Concha Espina. Supuso la liberación, la tranquilidad de conseguir un sueño frustrado durante diez años y que ahora por fin se hacía realidad. La enorme exigencia de sumar una nueva Champions League a las vitrinas del Estadio Santiago Bernabéu se veía superada con creces, y ahora todos los estamentos del club afrontaban con una mayor tranquilidad la siguiente temporada, pues incluso la planificación de la misma podía verse supeditada a la consecución o no del trofeo. Sin embargo, en el Real Madrid apenas hay tiempo para celebraciones, y rápidamente vuelven a aparecer las exigencias. El mismo capitán blanco, Iker Casillas, dijo en la celebración que ahora tocaba ir a por la 'Undécima', dando muestras de que la historia de este equipo se alimenta de ese ansia de ganar títulos, y que rápidamente tocaba cambiar la mentalidad para intentar superar un nuevo reto, aún más difícil que el anterior.

"El mejor club del siglo XX" superó una de las mayores barreras mentales que había sufrido a lo largo de su historia en la competición y ahora afronta con un mayor optimismo su futuro.