El Madrid pareció salir relajado ante el Milan. La pretemporada del equipo merengue estaba siendo muy positiva hasta el momento, por lo que dio la impresión de que los jugadores se dejaron llevar, al menos durante los primeros 45 minutos. En esa primera parte los hombres de Benítez firmaron sus peores minutos en pretemporada, y lo hicieron por mérito del Milan, pero también por demérito propio. El equipo de Mihajlovic salió con las ideas claras, había un plan muy claro y preestablecido que se llevó a cabo con eficacia. El Madrid no supo cómo hincar el diente a la defensa lombarda, ni tampoco cómo detener a Niang, un quebradero de cabeza para la zaga blanca. En la segunda parte, con la entrada de Ramos, Kroos, Isco y Jesé, el Madrid mejoró mucho, tanto en ataque como en defensa. El camero dio más fluidez a la salida de balón, Kroos estuvo a su nivel y encontró en Isco el socio que no había tenido Modric en la primera parte. Jesé por su parte estuvo muy móvil, presionando al rival y creando peligro con sus desmarques, conducciones y verticalidad.

El Madrid inicó el partido atacando en torno a un 4-2-3-1

Benítez repitió esquema atacante y salió con el ya habitual 4-2-3-1. Navas, Danilo, Pepe, Varane y Arbeloa formaron en línea defensiva, con Casemiro y Modric en el doble pivote. La pareja, casi inédita hasta el momento, se repartió las labores de la siguiente manera. Luka fue Toni, y Casemiro fue Modric. El croata abandonó su habitual lado derecho del campo para irse hacia la izquierda, mientras que Casemiro ocupó el lado derecho. Croata y brasileño se repartieron las labores de Kroos en la salida de balón, yendo al apoyo cercano cuando los centrales tenían el balón y teniendo un poco más de vuelo en el caso contrario. Por delante de ese doble pivote formaron, de izquierda a derecha, Ronaldo, Bale y Lucas Vázquez. El más destacado fue el canterano, quien hizo muchos kilómetros, trabajó en ataque y sobre todo en defensa y estuvo más acertado con balón, no arriesgando en exceso. Bale volvió a dejar sensaciones agridulces en la mediapunta, al igual que Ronaldo. De ambos se espera mucho más. Como punta volvió al equipo Benzema, quien aportó su apatía defensiva y su movilidad en ataque.

Con la 'BBC' el Madrid cambió el 4-4-2 por el 4-3-1-2 en defensa

En defensa el Madrid estrenó formación, o al menos se dibujó, por el motivo que fuera, en torno a otro sistema. La “BBC” coincidió casi por primera vez en pretemporada y formaron, en ataque, de la siguiente manera: Ronaldo partía desde el lado izquierdo (con libertad de movimientos), Bale desde la mediapunta (también con libertad), mientras que Benzema actuó por delante del galés. En defensa, hasta ahora, Ronaldo había abandonado la banda para quedarse un poco más descolgado como delantero junto a Bale, mientras que Jesé, el ‘9’ hacía las labores de interior izquierdo, cogiendo y defendiendo la banda de Ronaldo. Sin el canterano, Cristiano no tuvo ese relevo y la banda izquierda quedó huérfana. El Madrid formó en torno a un 4-3-1-2. Lucas Vázquez tuvo que multiplicarse y actuó como interior en una posición bastante centrada, con Modric haciendo lo mismo por el lado izquierdo y con Casemiro como pivote.

El Madrid atascado, el Milan ordenado

El conjunto italiano dominó la primera parte. Los primeros minutos con balón y los finales sin él. Los hombres de Mihajlovic tenían las ideas muy claras, y las plasmaron sobre el verde durante los primeros 45 minutos. El 4-3-2-1 con el que el equipo milanés salió al campo taponó la salida en corto del Madrid. Niang y Cerci –los delanteros- tapaban a Varane y Pepe, mientras que Suso –el mediapunta- hacía lo propio con el pivote blanco, ya fuera Modric o Casmiero. De esta manera el Madrid solo tenía salida por derecha (por la izquierda Arbeloa no ofrecía muchas ni buenas soluciones). El Madrid encontraba a Danilo, pero este no hacía lo propio con el resto de compañeros. Lucas abría campo y daba una solución por fuera, pero al cuadro blanco le faltaron apoyos por dentro. Un Isco o un James en la mediapunta en lugar de Bale. El Madrid apenas pudo correr y el galés sufrió por ello. En rápidas transiciones defensa-ataque Gareth se luce, pero en ataque estático no ofrece soluciones al atasco general blanco. Y ahí se quedó el Madrid de la primera parte. Benzema se movió con criterio en los últimos minutos, pero el Madrid solo ocupaba con acierto el carril derecho. El central con Bale y Ronaldo y el izquierdo con Arbeloa y el propio Cristiano pasó inadvertido.

Niang estuvo muy participativo y peligroso en la primera parte

El Milan se ordenaba muy bien en defensa, con las líneas juntas y el equipo equilibrado. Con balón había dos planes –o tres si se cuenta el recurso de Niang-. Los centrales lombardos buscaban a De Jong si este estaba libre, en caso contrario la consigna era clara: balón largo a Niang y que Cerci o Suso buscaran ganar las caídas o pase largo hacia una de las bandas, desde donde el Milan tenía superioridad, o al menos tranquilidad para tener más cómodamente el balón. Una vez superada la primera línea merengue (Bale, Ronaldo y Benzema ofrecían poca resistencia), el Milan se instalaba en Niang. El delantero lombardo fue un quebradero de cabeza para los cuatro defensas del Madrid, y es que cayó a ambas bandas, desde donde encaró, regateó y creó mucho peligro.

Los cambios mejoran al Madrid

Ramos, Kroos, Isco y Jesé mejoraron considerablemente al Madrid. Dichos jugadores fueron los principales motores del conjunto blanco en la segunda parte, una segunda parte con el equipo más sólido, con las ideas más claras y con mucho más peligro. Ramos iniciaba desde atrás y tanto él como el resto de defensas tenían a Kroos e Isco para salir en corto. El malagueño, cuando recibía, contó con la ayuda de Danilo, mientras que Kroos tenía en Alarcón un gran aliado. El ‘22’ merengue agitó la zona de tres cuartos, activo a Bale y Ronaldo y conectó con Jesé, muy móvil, participativo e incisivo. Sin balón el Madrid también mejoró. La charla de Benítez al descanso surtió efecto y el Madrid estuvo mucho más junto, por lo que recuperó el balón con más velocidad y más arriba. Los centrales blancos se imponían a Luiz Adriano y Bacca, por lo que el Milan entró sobre todo por el lado débil del Madrid. De Sciglio y Honda crearon mucho peligro por el costado izquierdo merengue. Con la posterior salida de Ronaldo y Bale el Madrid terminó de mejorar, se ordenó con su habitual 4-4-2 y cerró mucho mejor su área.