El Real Madrid CF venció con mucha claridad a rivales de entidad como el Manchester City o el Inter de Milan. Empató ante el AC Milan y la AS Roma en dos partidos muy trabados, pero siempre con una idea clara de juego y un nivel defensivo altísimo. El próximo encuentro enfrentará al conjunto de Rafael Benítez contra el de Mauricio Pochettino, el Tottenham Hotspurs. Un partido con un color especial, dado que dos de las ex estrellas del Tottenham, Luka Modric y Gareth Bale, marcharon al conjunto de Chamartín cumpliendo un sueño.

Mucho ha llovido desde la llegada de los dos cracks a la casa blanca, pero sin duda el equipo inglés estará ciertamente deseoso de una especie de "revancha". Tras arrebatarles a Modric, Florentino Pérez les quitó un año después a Gareth Bale por un precio cercano a los 100 millones de euros. Dos estrellas que partían con un mismo destino y un Tottenham que se veía mermado deportivamente.

Dos fichajes de altura en dos años

Modric se ganó al Bernabúe con su calidad y sacrificio

En el año 2012 llegó Luka Modric al Real Madrid. Pese a no ser un futbolista de reconocimiento mundial por aquel entonces, fue José Mourinho quien pidió su fichaje. El jugador vino como mediapunta en un principio, aunque acabó disputando más partidos en la zona de creación, aportando así mucho trabajo en defensa además de su ya conocida calidad. Su salida de balón y regate comenzaron a maravillar a parte del Bernabéu. Un estadio que empezó a ver con buenos ojos su llegada a pesar de que al comienzo de la campaña prácticamente nadie daba un duro por el croata, pues no era un galáctico ni tenía fama mundial. Su compromiso y calidad innata le permitieron hacerse un hueco en el corazón de los madridistas en apenas unos meses.

Tras aquel año, Luka continuó en el Real Madrid pese a la marcha de Mourinho, su principal valedor. Con Carlo Ancelotti ya fichado llegó al club de la capital Gareth Bale por un precio cercano a los 100 millones de euros y tras un verano lleno de elucubraciones y diferencias entre el Real Madrid y el Tottenham Hotspurs. Finalmente llegó al Santiago Bernabéu y pisó el césped rodeado de miles de aficionados muy contentos con su fichaje. Junto a Cristiano Ronaldo formaron una dupla atacante brutal, especialmente en el primer año de blanco.

El galés llegó lesionado y no acabó precisamente de buenas formas con su ex equipo, pues hasta los últimos días de mercado no le dejaron cumplir su sueño. Tardó cerca de dos meses en volver a los terrenos de juego y mostrar una décima parte de la calidad que posee. Ambos querrán demostrar su nivel ante un Tottenham venido a menos en los últimos años, pero que sin duda también dará guerra y luchará por la victoria.

Siempre unidos

Desde que aterrizara Gareth Bale en el Real Madrid de Carlo Ancelotti hace dos años, siempre se le ha visto especialmente unido al que ya fuera su compañero en tierras inglesas, Luka Modric. El croata fue uno de los que influyó en el galés para que tomara la decisión definitiva de firmar por el Real Madrid, y Bale siempre le ha estado agradecido, algo que se ha visto tanto en el césped durante los encuentros como en las celebraciones de los cuatro títulos que han ganado juntos en la capital de España.

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En el conjunto londinense fue donde empezó a formarse el idilio entre ambos. Bale comenzó de lateral, pero sus contínuas subidas al ataque y su olfato goleador hicieron que cambiara su posición a una más ofensiva. Fue entonces cuando la conexión Luka-Gareth empezó a dar sus frutos, con grandes pases del croata y goles del galés. De su conexión dependerá en gran medida el resultado del partido, pues Cristiano y Benzema no podrán disputar el encuentro por lesión.