Final de la Audi Cup, aunque bien podría ser una final de Champions. Tanto Madrid como Bayern recibían al rival más duro hasta la fecha, y ambos lo notaron, sobre todo el conjunto blanco. Al Real –equipo con menos rodaje- le costó hincarle el diente a un Bayern con mimbres de más nivel y más preparación sobre el campo. El conjunto bávaro pudo hacer su juego durante gran parte del partido, y el Madrid también, aunque no pudo desarrollarlo del todo. En defensa, el conjunto merengue volvió a mostrar su solidez, y lo hizo ante un equipo que año tras año aspira a ganar la Champions, además de llegar más rodado al encuentro. Líneas juntas, orden, ayudas, coberturas…el Madrid defendió bien, pero el Bayern consiguió hacer daño. Con balón en poder del Madrid, el Bayern consiguió todo lo contrario, que apenas le creasen peligro. Los blancos apenas llegaron al área de Neuer, y en muchas fases del partido apenas consiguieron conectar con los delanteros, dar varios pases seguidos y progresar en el campo. El conjunto alemán por su parte tuvo el balón, y también las ocasiones. Los hombres de Pep realizaron un buen partido, tuvieron el control de la bola y con ella el del partido.

Habitual sistema en el Madrid y un clásico en el Bayern de Pep

El Madrid salió con su habitual 4-2-3-1 –con la variante del 4-4-2 para según qué momentos-mientras que Pep situó a sus hombres en torno a un 4-3-3. Benítez hizo muchos cambios, pues apenas 24 horas antes se había jugado frente al Tottenham. La línea defensiva fue una titular, con Casemiro y Kroos en el doble pivote. En la línea de mediapunta estuvieron –de izquierda a derecha- Denis Cheryshev, Isco y Lucas Vázquez. Arriba volvió a formar Jesé Rodríguez. El Bayer por su parte alineó a un once casi de gala, con muchos titulares. Rafinha, Benatia, Boateng y Alaba escoltaron a Neuer. Por delante, como pivote, estuvo Xabi Alonso con Vidal y Lahm en los interiores. Douglas Costa fue el extremo izquierdo, Gotze el derecho y Muller actuó como referencia.

Durante los primeros minutos el Madrid usó su particular ‘nitro’. Ese que le hace salir muy enchufado a los partidos, presionando arriba, recuperando lejos de su portería y buscando con ahínco, velocidad y verticalidad el área rival. Isco se movía de fábula entre líneas, atraía rivales y dividía. El malagueño jugó en su posición, se recreó, se supo importante y movió al equipo. Carvajal estuvo muy incisivo por la banda derecha, mientras que Lucas Vázquez mostró su cara más atrevida hasta ahora. El extremo encaró, se asoció con Isco y Carvajal y creó bastante peligro durante los primeros minutos. Ambos equipos estaban frescos y presionaban a su rival, por lo que ninguno de los dos se hizo con el control del partido, que alternaba ligeras posesiones de ambos equipos. El Madrid encontraba fácil a Kroos y este a los mediapuntas y el Bayern hacía lo propio con Xabi, quien tuvo en los pasillos laterales las mejores opciones de pase.

Pasado el ecuador de la primera parte fue Douglas quien cogió el relevo de Lucas Vázquez e Isco y se hizo dueño del peligro. El extremo brasileño encaró una y otra vez a Carvajal, quien lo sujetó bien pero no siempre pudo con él. El carioca fue uno de los jugadores más destacados del partido, llevando el peso ofensivo de un Bayern que salía y creaba más peligro por banda que por dentro. Vidal sujetaba Casemiro y Alaba y Douglas hacían un dos para dos ante Carvajal y Lucas Vázquez, donde a veces se imponía la defensa y en otras el ataque.

Durante los últimos minutos del primer tiempo el guión no cambiaría. El Bayern cada vez estaba más cómodo, su presión eran más arriba y más efectiva. Muller sobre los centrales perturbaba muchos pases hacia Kroos, quien tenía cerca a Lahm. Vidal le dejaba unos metros a Casemiro, haciendo de cebo. El brasileño recibía y el Bayern mordía sobre el centrocampista blanco. Ahí sufrió mucho el Madrid y a partir de ahí creció un Bayern al que le había costado salir desde atrás. Jesé e Isco no presionaban, solo tapaban e intentaban perturbar el avance muniqués. Xabi Alonso podía recibir con mucha comodidad, incluso en una posición avanzada (no entre los centrales), pudiendo además girarse. Al Madrid no le importó que el tolosarra, con su gran capacidad creativa y de pase, pudiera ver todo el juego de cara, tranquilamente y con el balón en sus pies. Xabi alzaba la vista y veía muy lejos a Vidal, tapado y lejos a Lahm y a Rafinha y Alaba libres, pero en una posición muy horizontal. Muller hacía de falso nueve y bajaba a recibir en alguna ocasión, pero la salida de balón del Bayern se fraguó por banda. Rafinha y sobre todo Alaba recibían, avanzaban y tenían pase por dentro hacia Vidal, Lahm o hacia afuera con Costa o Gotze. Al Bayern le costaba salir, y luego le costaba derribar las dos líneas de cuatro del Madrid, pero conseguía encontrar resquicios por los que llegar y crear peligro, mientras, el Madrid, cada vez daba un paso más hacia atrás.

En la segunda parte el ritmo bajó, y se repitió guión, pero se acentuó más aún el dominio del Bayern. El Madrid salía con el balón jugado y rápidamente verticalizaba buscando finalizar, mientras que el Bayern hacía lo propio cuando el balón estaba en su poder, aunque con algo más de pausa. Xabi movía a los suyos, abría hacia banda y se miraba hacia delante si había oportunidad, o se maduraba un poco más la jugada. Durante ese periodo de maduración el Bayern tenía cómodamente el balón, pues el Madrid no mordía. Los blancos solo basculaban, tapaban líneas interiores de pase pero no buscaban el robo, pese a esperar recuperar para salir rápido. En esta tesitura el Madrid retrocedía cada vez que el Bayern daba un poco de vertilidad a cada pase horizontal. Con solo mover el balón las dos líneas de cuatro blancas estaban más cerca de Keylor, y el cántaro comenzar a llegar a la fuente, cada vez con más frecuencia y peligro, hasta que se rompió.

Madrid, nulo en ataque

El Madrid apenas inquietó a Neuer. Solo desde lejos, de la mano de Kroos, se creó peligro. Los blancos carecieron de un plan de ataque en un primer momento y de ataque durante el resto de partido. El Madrid apenas llegaba, cada vez estaba más lejos del área de Neuer y ni trenzó contras ni consiguió mantener el balón para organizar un ataque estático.

Modric de mediapunta, como medida para que tanto él como Kroos e Illarra acumulen minutos fue un acierto. El Madrid creció con el croata en la mediapunta, ya que dio más calidad a la posesión del conjunto blanco. Hasta que Luka salió, el Madrid falló mucho en el penúltimo pase, siempre buscando verticalizar la jugada –a veces en exceso- y perdiendo el balón rápidamente. Con Modric; Illarra y Kroos tuvieron un apoyo por dentro, un pase fácil, de seguridad y que aseguraba mantener la posesión. Durante unos minutos el Madrid se instaló en campo contrario, permitió a Asensio aparecer e intentarlo, pero solo fueron jugadas aisladas. El Bayern fue más equipo, estuvo mejor con balón y fue más compacto.