El Madrid de Rafa Benítez se estrenaba en Champions League con su alineación de gala. Bajo el ya habitual 4-2-3-1 como punto de partida en ataque –para posteriormente primar la movilidad y el intercambio de posiciones de los delanteros-, los blancos salieron al césped del Bernabéu con ganas de jugar y de tener el balón. Kroos y Modric la quisieron siempre, y por eso no paraban de pedirla y de recibir balones.

Escalonados ambos entre ellos y con respecto al central con balón –generalmente Ramos en el perfil izquierdo- el Madrid salía con el cuero controlado. El Shakhtar intentaba que esa salida no fuera fluida subiendo líneas y con Fred-Stepanenko sobre Toni-Luka, pero la cadena Ramos-Kroos-Modric-Isco hizo progresar al Madrid sin demasiada dificultad por lo que los hombres de Lucescu optaron por replegarse y juntar líneas en campo propio.

El Real asentaba la posesión en el centro del campo y aceleraba cuando pasaba la línea de 3/4. Ahí, el control que Modric o Isco ejercían se transformaba en verticalidad pura cuando Benzema, Bale y Ronaldo se encontraban. Y se encontraron mucho. Los tres delanteros blancos estuvieron muy móviles y participativos en el inicio, combinando mucho y bien entre ellos y creando ocasiones. Bale actuó como enganche y se repartió la zona de la mediapunta con un Ronaldo que partió más desde la zona central que desde la banda. El luso estuvo muy inspirado y se movió de cine por las inmediaciones del área. Cristiano encontraba a Bale o Benzema y estos a él con relativa facilidad y mucho peligro.

A la fiesta se unió un Isco que también tuvo mucha tendencia interior, por lo que las bandas las ocuparon Marcelo y sobre todo un Carvajal que estuvo muy participativo. El lateral español se aprovechó de que primero Isco y luego Kovacic (los dos hombres que ocuparon la banda derecha durante el partido) buscaban mucho la zona central cuando el Madrid atacaba, dejando así todo el carril libre para Dani subiera.

En defensa el Madrid actuó con un comportamiento similar al del equipo de Donetsk. Ronaldo, Bale y Benzema presionaban arriba cuando el equipo perdía el balón, pero lo hacía con un porcentaje ínfimo de éxito en la recuperación. El Shakhtar salía con el balón jugado y Rakitskiy ejecutó con maestría el plan de Lucescu. El central del cuadro visitante dio sentido al juego ucraniano desde el inicio de la jugada y encontró en Azevedo su mejor socio. En una conexión similar a la que tienen Ramos y Marcelo, ucraniano y brasileño consiguieron que el Madrid tuviera que replegarse y permitió a los suyos tener el balón, optando más por la pausa y el ataque organizado que por lanzar contras tras recuperar. Del resto se encargarían dos brasileños (Teixeira y Fred) y un croata (Srna). Alex, quien actuó como mediapunta, fue más organizador que llegador, moviéndose y dando a Fred apoyos centrales y más laterales. Éste por su parte movió el balón de un lado a otro y encontró también líneas de pase por ambas bandas, sobre todo por la derecha. Ahí (en su banda izquierda) el Madrid tenía un agujero.

Ronaldo no tapaba ese costado y Srna (con Marlos fijando a Marcelo) se hinchó a jugar. Kroos detectó el problema y el remedio casi fue peor que la enfermedad. El alemán ayudaba a Marcelo por ese costado, pero desajustaba el otro lado, pues Modric cubría a Toni e Isco ya se veía en inferioridad y con la duda de si tapar por dentro o por fuera, donde Azevedo hizo mucho daño. La lesión de Bale y el cambio a un 4-4-2 más marcado solucionó el problema y permitió además al Madrid tener más control con el balón en su poder. Kovavic actuó como interior derecho e Isco hizo lo propio sobre el izquierdo. El malagueño ahí se encontró mucho más cómodo y dio la pausa necesaria para que el Madrid controlara el partido. El Shakhtar también tuvo mucho balón, pero poco remate (solo un tiro a puerta).