Athletic y Real Madrid cumplieron las expectativas. Se preveía un partido grande en el que primaría la intensidad y ambos conjuntos respondieron. El Athletic porque es el Athletic, de Bilbao y porque jugaba en La Catedral, en ‘su’ Catedral, y el Madrid porque sin ella, no iría a ninguna parte. Pese a ello, el Madrid y Benítez sabían que sería complicado igualar a intensidad al Athletic, por lo que más que igualarla intentó, con éxito, neutralizarla. Ahí entró en escena Kovacic, un jugador que al contrario que Casemiro destaca más por control del balón y que te da la posibilidad de defenderse con la posesión y sobre todo de tener una salida más limpia de balón y minimizar así la presión e intensidad de ‘los leones’. Benítez optó por Mateo y la jugada le salió redonda. Bajo un 4-3-3, el croata fue interior izquierdo, Modric el derecho y Kroos el pivote. Ahí radicó el otro acierto de Benítez. Toni dio una exhibición en la posición en la que ya se salió el año pasado y siempre tuvo dos socios que aunque no hablan alemán sí tienen el mismo lenguaje futbolístico. El Madrid y Kroos tuvieron en Modric a Modric –con todo lo que ello suma-, y en el joven Kovacic otro Modric –con todo lo que suma tener a dos ‘Lukas’ en el campo-.

Raúl García y Aduriz presionaron la salida de balón del Madrid

El Athletic salió valiente, como se esperaba, y presionó mucho y muy arriba. Aduriz tapaba a Pepe y Raúl García hacia lo propio con Varane en la zona izquierda, la de la salida más limpia y habitual del Madrid. El Real salía, pese a la intensa presión local, casi siempre con el balón jugado y controlado, y ahí fue clave Toni Kroos. El alemán siempre, siempre, siempre, dio una línea de pase a sus centrales, y a partir de ahí el Madrid superó a su rival. El Athletic presionaba pero nunca robaba donde quería, por lo que el Madrid le daba fluidez a la cadena central con balón: Kroos-Modric o Kovacic y Benzema, Isco o Ronaldo. Especial atención merecen Modric y Kovacic, pero también los tres hombres más adelantados del conjunto blanco. El Madrid atacó y se defendió con balón, y lo hizo muy bien porque colaboraron muchos hombres. Los seis que no jugaron de defensas para ser más exactos. Kroos daba pausa y control y permitía a sus interiores colocarse un escalón por encima de él y estos nunca la perdían. Mateo y Luka salían de la presión combinando pases horizontales con verticales y saliendo en conducción. Tener a dos ‘Lukas’ en el campo es mucha ventaja y aquí es donde más se notó. Si Kroos fue clave para salir de la primera línea de presión del Athletic, Modric y Kovavic lo fueron para salir de la segunda. Entre ellos dos comenzaron el martirio a San José y Beñat –el doble pivote de los leones- y Benzema, Isco y Ronaldo terminaron de rematarlos. Karim se salió y no solo por sus dos goles, sino también por sus movimientos, esos de los que siempre se habla y que ayer volvieron a ser claves. El francés cayó a una banda y a otra y dejó que dos los dos jugadores de banda, Isco y Ronaldo, pudieran estar comodísimos en ese movimiento fuerta-dentro que tanto les gusta. San José y Beñat pensaron “haga lo que haga estará mal hecho”, y es que si salían a por Modric y Kovacic dejaban espacios para Karim, Cristiano o Isco y eran además claramente superados con pases o conducciones, pero si por otro lado aguantaban la posición, los suyos se partían aún más y permitían a los dos interiores visitantes tener plácidamente el balón, y eso tampoco es buen negocio.

El Madrid era muy superior y se reflejó en la cantidad de disparos que realizó durante la primera parte (16, por cuatro del Athletic –ninguno a puerta-). El conjunto local basó su plan en el juego directo. Sin Ramos y sin un mediocentro fuerte físicamente y en el juego aéreo, el plan de Valverde tenía mucho sentido. Aduriz y Raúl García eran sus principales baluartes, dos cartas que prácticamente siempre resultan ganadoras. El problema esta vez fue que ganaron menos que otras veces (solo tres disputas de nueve entre ambos). El Athletic golpeaba en largo hacia Aduriz, que se fajaba con Pepe, mientras que Raúl García permanecía a la espera de coger el rechace. Muchas veces se impuso la defensa merengue y consiguió recuperar el balón, pero en otras tantas el Athletic consiguió su propósito, llegar rápidamente a las inmediaciones del área del Madrid. El inicio del plan salía bien, pero no la segunda parte. Con el balón en campo rival, Beñat y San José apenas tenían apoyos interiores. Raúl García caía a banda pero pocas veces daba un apoyo en la zona de la mediapunta, al igual que Aduriz, que permanecía más fijo entre centrales. De esta manera el cuadro local abrió mucho a banda, para desde ahí buscar el centro lateral que tampoco surtió efecto. El Madrid apenas concedió y se fue al descanso por delante en el marcador y teniendo controlado el partido. Kroos, Modric y Kovacic estaban inmensos.

La Catedral empujó y el Madrid comenzó a sufrir

En la segunda parte el guión apenas cambió. El Athletic, pese a ser bastante inferior, solo iba un gol por detrás en el marcador, y ese es el gol que suele marcar La Catedral. Los hombres de Valverde cogieron fuerzas tras el descanso y aliento de la grada. El estadio local comenzó a empujar y alentar a los suyos, que imprimieron un puntito más de intensidad a sus acciones. El Madrid ya no salía tan cómodo desde atrás y sobre todo no mantenía el balón en la zona central con tanta comodidad. Ronaldo y Benzema cada vez estaban más lejos de los centrocampistas y el Madrid estuvo más tiempo en 4-4-2 (su formación defensiva) que en el 4-3-3 con el que había estado la mayor parte de la primera parte. Como e Athletic presionaba muy arriba y el Madrid comenzó a golpear más directo, lo que propició que los hombres de Valverde recuperaran rápidamente el balón e iniciaran el asedio. Aduriz y Raúl García se seguían pegando con la defensa blanca y cada vez estaban más cerca de un Keylor Navas que a diferencia de la primera parte sí tuvo mucho trabajo. De Marcos y Susaeta comenzaron a tener mucho el balón en el lado débil del Madrid, donde Marcelo no pudo parar, pese a contar con la ayuda de Kroos y Kovacic, a la pareja rojiblanca. Entre los dos jugadores de banda del Athletic crearon cuatro ocasiones de gol tras centrar en nueve ocasiones. Varane y Pepe comenzaban a tener problemas con Aduriz y Raúl García y Sabin Merino aprovechó la distracción, un fallo defensivo del Madrid y un gran centro desde ese costado derecho para empatar el tanto inicial de Benzema.

El Athletic empujaba, pero el Madrid no se ponía nervioso. Kroos, Modric y Kovacic daban mucha tranquilidad a los suyos, porque pese a sufrir las continuas acometidas del rival, consiguieron aguantar el balón durante muchas fases de las segunda parte. El Madrid se defendió muy bien sin balón, pero también lo hizo de maravilla con él. La pausa que ponía su trivote calmaba el partido y permitió al Madrid no sufrir tanto como se esperaba por el escenario en el que se jugaba y por su rival. Al Athletic le duró poco la alegría. Kroos recibió un pase en la divisoria, encontró como cada vez que quiso a Modric unos metros por delante y este, de primeras, asistió a Isco para que segundos después asistiera a Benzema. El Madrid volvía a ponerse por delante y con la entrada de Casemiro terminó de fraguar una victoria que comenzó a cocinar desde el primer minuto de partido.