Era la temporada 2010/2011. Raúl dejaba el Real Madrid tras 16 temporadas. 323 goles en más de 700 partidos con la zamarra blanca. Todos los récords batidos por aquel entonces. El madridismo no se hacía a la idea. Su gran capitán. Su emblema. Su ejemplo para los jovenes aficionados. Raul González Blanco tenía que marchar del club. Él quería seguir siendo un jugador útil para el equipo.

Mourinho, Benzema e Higuain eran tres nombres demasiado fuertes contra los que tenía que luchar. Se fue como un señor. Y el madridismo se lo agradece todavía. Su destino no iba a ser un equipo exótico como muchos presagiaban. El Schalke 04 iba a ser el el equipo elegido. Lejos de ir a un retiro dorado, Raúl se metió en el bolsillo a sus aficionados. Como siempre peleó cada balón como si fuese el ultimo. Lideró al equipo en las grandes ocasiones. Trabajó más que nadie. El nombre que tenía no le detuvo en su afán de esforzarse cada partido como si fuera el último. Con el paso de los partidos, la afición alemana se empezaba a rendir a sus pies. Fútbol de altos quilates. El eterno capitán blanco estaba deslumbrando a Alemania entera con su fútbol y sus goles. 'Señor Raúl' era su apodo.

Semifinales de Champions en su primera temporada

La primera temporada iba a ser la más especial para él. Iba a jugar la Champions, sin su Madrid. 51 partidos y 19 goles. En Champions iba a hacer algo para la historia. Metería al Schalke en semis. Eliminando a equipos de la talla del Inter de Milán o Valencia. No podría con el United. Demasiado había hecho. Habia abanderado a un equipo que se contenta habitualmente con clasificarse y pasar de la fase de grupos, y lo había metido en semifinales. El siete blanco lo había vuelto a hacer. Había escrito otra pagina en sus mítica carrera. Además, ganó la DFB-POKAL, ganando en la final al Duisburg por 5-0. No solo era clave, sino que ganaba títulos.

Nada más y nada menos que 21 goles en su último año en Alemania

En su segunda temporada las cosas estuvo a un alto nivel. 21 goles en 47 partidos. Llevó al equipo a cuartos de la Europa League, donde cayó ante el Bilbao. Un gol por cada dos partidos. El mítico jugador español agrandaba más su leyenda. Algunos lo quisieron retirar del fútbol de élite. Él como siempre desde la humildad calló bocas. La mejor forma de hacerlo fue con estos números y titulados citados anteriormente.

Su trayectoria en el Schalke se resumía en 98 partidos y 40 goles. Datos de killer. El español se ganó un hueco en el corazón de los aficionados. Llegó a ser capitán. Y la despedida que le dedicó la afición bávara fue de los más emotiva increíble. Dos temporadas le bastaron para ganarse el corazón de toda Alemania. Raúl había conseguido lo más importante que puede conseguir un futbolista, más allá de los títulos, ser fiel a si mismo. Ser fiel a su lucha, a su coraje, a su pasión por el fútbol. La afición lo supo, y no quería que se fuera, pero Raúl cuando toma una decisión no duda, actúa. Su periplo por el futbol de elite había terminado, era el momento de irse a una liga menor

Raúl González Blanco, el futbolista eterno. Un jugador que fue capaz de calar hondo en una afición en tan solo dos temporadas. Alemania siempre tendrá un pequeño hueco en el corazón de Raúl. Pudo ser un “one men club” pero el es diferente a todos, el es fiel a si mismo, y el es un “football men club”. Equipo al que ha ido, equipo al que ha representado con el mayor respeto posible.