Madrid y Sevilla se enfrentaban en un duelo más igualado, a priori, que las dinámicas resultadistas podían prever. Los blancos llegaban invictos en lo que iba de temporada, y pese a la plaga de lesiones andaban como líderes de La Liga y de su grupo en Champions. Con muchos goles a favor y pocos en contra, el Madrid de Benítez funcionaba, o parecía funcionar. El Sevilla por su parte sigue buscándose así mismo mientras queda prácticamente eliminado de la Copa de Europa y no termina de arrancar en el campeonato doméstico. Manchester City y Juventus han sido demsiado para los andaluces en la Champions League y los equipos 'pequeños' no se le han dado mejor en el campeonato local. Resultados y clasificaciones aparte había otros elementos que iban a igualar primero y decantar la balanza para el lado andaluz después. El Ramón Sánchez Pizjuan y un Madrid que esta vez sí encajó goles ante las acometidas de su rival.

El 4-3-3 del Madrid naufragó en la salida y la defensa posicional

El Madrid salió con un 4-3-3 con Danilo, Varane, Pepe y Nacho en línea defensiva. Casemiro volvió a ser el pivote, con Kroos de interior derecho y Modric en el izquierdo (aunque permutaron en algunas jugadas). Bale jugó como hombre más adelantado, como falso '9', mientras que Isco y Ronaldo partieron desde las bandas. Que el portugués y sobre todo el malagueño apenas las ocuparan fue una de las causas por las que los blancos encerraron atrás al Sevilla, fueran muy superiores y acabaran adelantándose en el marcador. El otro hecho que provocó el buen inicio merengue fue Bale. El galés partió como delantero centro –o falso 9- pero cayó mucho a banda. Gareth dio profundidad y amplitud a los ataques blancos con sus movimientos hacia los costados, sobre todo el izquierdo, lo cual provocó más movimientos aún. Isco abandonó la banda derecha para jugar en la zona del mediapunta y Ronaldo tiró hacia el centro aprovechando los espacios que Bale había creado cuando recorría el camino inverso. De esta manera Gareth tenía agitado el ataque del Madrid y locos a los defensores sevillistas.  Estos movimientos cercanos al área local propiciaron también que Kroos y Modric tuvieran muchas líneas de pase vertical. Isco aparecía entre líneas, recibía esos pases de Kroos o Modric y eliminaba rivales a través de conducciones o al atraer primero y dividir después. Ronaldo mientras tanto merodeaba el área pequeña y se asomaba a posiciones de remate cuando Bale se abría a banda izquierda y metía centros. Era Gareth quien metía el miedo, ya fuera mediante los mencionados centros al área o a través de su posición de delantero centro, desde la cual tenía siempre muy cerca la portería para ensayar su disparo. Cinco disparos y una ocasión de gol creada fueron los números del ‘11’ blanco durante la buena primera media hora de juego. El Sevilla no salía, el Madrid apretaba muy arriba, lograba recuperar rápidamente la bola y ésta casi siempre estaba en los pies de alguien que la moviera con sentido. Casemiro apenas la tocó, pero servía de ancla y liberaba a Kroos y Modric, que sin ataduras también tuvieron llegadas al área, además de poder soltarse para ir a la presión.

El Madrid dominó hasta el gol y lesión de Ramos

Los primeros 30-35 minutos del Madrid fueron muy buenos, pero el gol y la posterior lesión de Ramos cambiaron el devenir del partido. Sin Sergio y con un Casilla dubitativo, el Madrid no pudo sujetarse arriba. Hasta el gol, el Madrid había embotellado al Sevilla pues el central de Camas tiraba la línea muy arriba y eso juntaba al equipo en campo rival, por lo que el Madrid podía presionar muy arriba y con un orden táctico que le devolvió varias pelotas para volver a montar un ataque. Sin Ramos, el Sevilla dio un paso hacia delante, y después otro más. Cuanto más arriba estaba el Sevilla, más le costaba al Madrid recuperar la bola, más partido estaba y más balones le llegaban a Konoplyanka y Vitolo.

El Sevilla encerró al Madrid

El Sevilla creció a partir de que el Madrid retrocediera y de llevar el balón hacia los costados. Mientras Krychowiak equilibraba, Banega encontraba a Vitolo y N´Zonzi a Konoplyanka, y el Sevilla creció tanto que el empequeñeció a un Madrid que se vio desbordado. Casemiro salía a todas, pero no se llevaba tantas como de costumbre. Modric y Kroos tenían un agujero a sus espaldas y Nacho y Danilo no pudieron frenar el torrente de fútbol que creaba el conjunto hispalense por los costados. Los extremos locales completaron con acierto nueve de los diez regates que intentaron, crearon cinco ocasiones de gol y dieron dos de las tres asistencias de los goles de los suyos. Especialmente inspirado estuvo el ucranio. Inspirado e imparable, pues Danilo solo perseguía su sombra. Además, los jugadores ofensivos de banda del Madrid no tuvieron mucho retorno, por lo que a la fiesta de los costados se unieron Mariano y Tremoulinas para terminar de cargar el área, meter en problemas al Madrid y terminar de romper el partido.

Konoplyanka fue imparable

La profundidad de los laterales y el estado de ‘imparabilidad’ en el que Konoplyanka se encontraba terminaron de echar atrás al Madrid, evidenciándose otro de los problemas que está teniendo el equipo de Benítez en este inicio de temporada. Si la defensa en campo propio estaba siendo muy deficiente, la salida de balón no hizo que el Madrid mejorara y pese a ir por detrás en el marcador encerrara de nuevo al Sevilla. Sin Ramos ni Marcelo, y con Casemiro en la base, el Madrid no salía con fluidez. La entrada de James dio un plus de fluidez en zona de tres cuartos, pero la salida de Isco y los problemas con balón de Casemiro hicieron imposible la remontada, e incluso intento de remontada del Madrid. James y Jesé dieron un plus, pero Isco estaba en el banquillo, Bale sin fuerzas y Ronaldo en el limbo.

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