Esta año ha sido el de la despedida de uno de los iconos del madridismo en los últimos años. Tras estar varias temporadas en los focos de las críticas, Casillas decidió abandonar la nave blanca rumbo a nuevas experiencias fuera del Real Madrid. 

En cuanto a la temporada se refiere, el año no empezño bien para el club y el jugador. La buena racha de victorias que arrastraban los de Ancelotti se acabó en el primer partido del año tras caer en Mestalla ante el Valencia. El meta fue criticado por no conseguir para el tanto de Otamendi tras un fuerte cabezazo a la salida de un córner. El meta de Móstoles consiguió mantener en sus dos siguientes partidos la portería a cero y en los tres siguientes encajar un tanto. El conjunto blanco seguía estando en la parte alta de la tabla antes de la visita al Calderón que marcaría probablemente uno de los pasos definitvos a la salida de Iker del Real Madrid.

El doloroso 0-4 que le endosó el equipo del Cholo Simeone al Real Madrid fue un preludio del bache por el que atravesaría el club merengue con la baja de Modric. Casillas no tuvo su mejor día y fue reprochado por la afición que pudo hacer más en alguno de los tantos encajados.

Los blancos estaban en una auténtica montaña rusa. Conseguían ganar con cierta comodidad con los rivales que estaban en la parte alta de la tabla, pero no conseguían estar al nivel necesario con los rivales de cierta entidad, como el Villarreal, cediendo un empate en el Bernabeu o contra el Schalke 04 en el Bernabeu, que estuvo a punto de darle una sorpresa y en la que el meta estuvo de nuevo señalado.

Ancelotti aprovechó algunos partidos de liga para darle minutos a Keylor Navas, cuando Iker estaba siendo más cuestionado que nunca por la afición madridista. En el partido en el que empataron ante el Valencia en la antepenúltima jornada el Valencia acabó con las ilusiones del conjunto blanco en liga, cerrando un año 2015 horroroso para el propio jugador como para el Real Madrid.

Casillas se despediría de su público el 23 de mayo ante el Getafe, en un partido sin mucha historia y en el que el Real Madrid ganaría con comodidad por un abultado 7-3.

Triste despedida y nueva aventura en tierras portuguesas

Iker Casillas se marchaba entre lágrimas de la que fue su casa, con la afición merengue dividida, rumbo a uno de los mejores equipos de Porutgal, el Oporto, que actualmente dirige Julen Lopetegui. Actualmente el equipo en el que milita Casillas lidera la tabla clasificatoria tras beneficiarse del pinchazo en la última jornada del Sporting de Lisboa contra el Madeira.

En cuanto a su participación Europea, el destino quiso que Casillas se enfrentase ante el Chelsea, dirigido hasta el momento por José Mourinho. En un primer partido en el que consiguieron llevarse el gato al agua los portugueses, llegó una última jornada apasionante en el que ambos se jugaban a cara de perro su pase a la siguiente fase. Por desgracia para los intereses del Oporto, los blues ganaron en Standford Bridge apeando a los chicos de Lopetegui a jugar la Europa League, en la que se enfrentarán a uno de los favoritos al título, el Borussia Dortmund.

La actuación del meta madrileño no fue del todo brillante en los partidos clave de la fase de grupos y contra el Dynamo de Kiev no estuvo del todo fino. El propio jugador reconoció sus fallos en redes sociales, tras la derrota que dejó a los portugueses luchando por la segunda plaza de grupo ante el Chelsea.

Casillas este año ha cerrado un ciclo dorado en el Real Madrid, buscando nuevos retos para completar su larga y dilatada carrera, plagada de éxitos y triunfos tanto con la Selección Española, como con el club blanco.

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