Empate con sabor a derrota

El Real Madrid Castilla llegó al campo de La Roda con una clara idea en mente: reducir las distancias con un Barakaldo que cayó derrotado en su partido por la defensa del liderato. A pesar de tratarse de un campo muy complicado, los de Zinedine Zidane necesitaban la victoria como el comer para ponerse a tan solo dos puntos del ansiado primer puesto del grupo 2.

A la primera va la vencida

Por el contrario a lo que suele ocurrir en muchos partidos de la Segunda División B, la primera oportunidad clara de gol fue precisamente el primer tanto. Ninguno de los dos equipos había creado oportunidades y apenas se veían transiciones ágiles o rápidas de pelota. La posesión pertenecía al Real Madrid Castilla pero a partir del centro del campo la presión de los rodeños se volvía insuperable. Los locales lo intentaban con ataques en velocidad pero tampoco podían hacer nada ante una buena defensa merengue.

León anotó en el primer córner del partido

Pero no hizo falta más que media ocasión para que los de Zidane se adelantaran en el marcador. Un balón en banda sin peligro fue recuperado por la zaga de La Roda, pero la presión de Mariano hizo que la pelota acabara en saque de esquina en un mal despeje de la defensa. Fue una condena para los locales. Enzo colgó una pelota medida al primer palo y allí se hizo grande José León para adelantar a su equipo en el primer tiro a puerta. 

Los blancos apenas habían entrado en el partido pero no necesitaron más que una jugada a balón parado para ponerse por delante en el partido. Esto colmó las expectativas que el técnico local tenía para el encuentro y La Roda, pese a su intensidad y rápidas transiciones al ataque, no pudo hacer nada durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Apenas un tiro lejano de Guti en el que Abad se escurrió sirvió para crear peligro sobre la portería rival.

Dormidos en la estrategia

Si el Castilla se adelantó en la primera jugada con peligro del primer tiempo, La Roda decidió responder en los segundos cuarenta y cinco minutos. Tampoco había creado ocasiones y de hecho fue Mayoral el que perdonó el dos a cero a los pocos minutos de empezar la segunda mitad. Pero en un córner forzado por Chupi en banda derecha iba a llegar la jugada del empate. Los locales sacaron en corto y sorprendieron a una zaga madridista totalmente metida en el área. Así, un centro al segundo palo fue empujado por Aitor para poner las tablas en el electrónico para desesperación de Zinedine Zidane.

Pero la debacle de la segunda parte para el Castilla no iba a quedar ahí. Otra vez en una jugada de estrategia preparada por Óscar Martín iba a marcar el equipo rodense. Balón desde casi el centro del campo, colgado al segundo palo, rematado en él y empujado a la red por Megías. Dos remates dentro del área, muy cerca de la portería, muy mal defendidos por la defensa madridista. Sin duda fue mérito de los locales, pero a un equipo que opta al ascenso se le exige mucho más a nivel de jugadas a balón parado.

Mariano empata con un testarazo

En los momentos malos es cuando más deben aparecer los mejores jugadores. Y así lo entendió Mariano tras la remontada de La Roda, decidiendo bajar a recibir, ofrececiéndose y echándose al equipo a la espalda. El equipo lo notó, y el cambio de Álvaro Jiménez también ayudó a que la presencia ofensiva del equipo fuera mayor.

Por la banda de Álvaro y Dani Fernández iba a llegar el gol del empate. Un centro medido a la cabeza de Mariano fue rematado con precisión por el hispanodominicano, ajustando la pelota al palo izquierdo de Godino. El esférico rebotó en el poste y aunque el guardameta local la sacó posteriormente con la mano, la pelota ya había entrado y el tanto subió al marcador.

En los últimos minutos Mariano y Narváez fueron los más destacados, buscando la portería rival y probando el disparo, aunque sin demasiado acierto. La Roda también pudo consumar su remontada a la contra, pero sus delanteros tampoco estuvieron excesivamente acertados. Al final, un empate que para los locales sabe muy bien pero que para los de Zidane significa haber perdido una oportunidad.