El Real Madrid ha dado a conocer durante el transcurso de la tarde del 4 de enero que Rafa Benítez dejaba de ser entrenador merengue en detrimento del hasta ahora técnico del Real Madrid Castilla, Zinedine Zidane. El entrenador natural de la capital española llegó a Concha Espina el pasado mercado estival para relevar en el banquillo a Carlo Ancelotti, pero la mala dinámica en la que el equipo ha estado inmersa durante los primeros meses de competición ha terminado costándole el cargo. Los blancos no terminaban de afianzarse y eso se notaba en su juego. Mientras los resultados acompañaron se obviaban los problemas; una vez que estos fallaron, el club optó por prescindir de los servicios de Rafa Benítez.

Inicio apático

Muchos especulaban con la salida de Carletto tras la conclusión de la temporada 2014/2015, un 2015 para el olvido condenó al entrenador de Reggiolo. A través de una rueda de prensa con Florentino Pérez al frente, desde el conjunto merengue se anunciaba la destitución del transalpino, pese a que muchos de los jugadores de la plantilla habían puesto de manifiesto las ganas de continuar bajo las órdenes de Ancelotti. Tan solo días más tardes y tras despedirse oficialmente del Nápoles, Rafa Benítez era investido nuevo entrenador madridista.

Tras desligarse del Nápoles, Benítez ponía rumbo a su ciudad natal para dirigir al Real Madrid

La vuelta del madrileño a la que fuera su casa, tanto en su efímera etapa como futbolista como en sus inicios en los banquillos, no atrajo el furor esperado ni de la opinión pública ni de los propios aficionados. Distinta fue la experiencia para Benítez, quien en su presentación no pudo evitar la ilusión con la que desembarcaba en la capital y dejó escapar varias lágrimas.

Benítez notablemente emocionado en su presentación | Foto: Dani Mullor - VAVEL
Benítez notablemente emocionado en su presentación | Foto: Dani Mullor - VAVEL

Cuestionamiento ofensivo

Desde el primer momento, el entrenador madridista tuvo que cargar con las dudas generadas desde la propia prensa en cuanto a la capacidad ofensiva se refiere. A Benítez se le acusó de ser un entrenador con planteamiento defensivo y la pretemporada blanca no favoreció a callar esas voces, ya que los merengues alternaron grandes actuaciones ante equipos de la talla de Manchester City o Inter de Milán, con partidos en los que había muy poco que destacar, como mucho, la falta de gol. Fue esta otra de las ideas con las que el míster madrileño tuvo que lidiar. Y ni el último partido de preparación ante el Galatasaray en el Trofeo Santiago Bernabéu -donde se pudieron escuchar los primeros pitos de la afición- ni en el debut liguero, tuvieron piedad del nuevo técnico y de 'su' Real Madrid.

La irregularidad comenzó a notarse desde la pretemporada, donde se alternaron partidos vistosos con otros más 'pesados'

Rafa Benítez se estrenaba en el Bernabéu ante el conjunto turco. La defensa fue la principal línea destacada pero no por su papel en el plano defensivo, que también, sino por su aportación en ataque, siendo Nacho Fernández en primera instancia, y posteriormente Marcelo tras una jugada individual, los goleadores del encuentro. En el arranque liguero ante el Sporting de Gijón, los blancos fueron incapaces de superar a un recién ascendido, que tuvo en 'Pichu' Cuéllar una de sus principales claves para conseguir el empate.

¿No hay mejor 'medicina' que los goles?

Todo cambió cuando los madridistas encadenaron dos goleadas seguidas, ante el Real Betis Balompié por 5-0 y contra el RCD Espanyol a domicilio por 0-6. Los ánimos se templaron, Rafa Benítez y el equipo parecían haber dado con la tecla. Pero poco duró la dinámica, los merengues comenzaron a acumular resultados cortos con los que sufrían para hacerse con los tres puntos. Los 'equipos de arriba' se convirtieron en un verdadero quebradero de cabeza, ya que los merengues no lograba vencer a ninguno de ellos, menos en campo rival, salvo excepciones como San Mamés o Balaídos.

De los 'equipos de arriba', el Real Madrid tan solo se impuso a domicilio al Athletic Club de Bilbao y al Celta de Vigo

Partidos como el del FC Barcelona, donde los blancos no se dejaron ver prácticamente sobre el terreno de juego, pusieron al técnico madridista en el ojo del huracán, y pese a haber logrado goleadas para enmarcar, como el 8-0 al Malmö FF en UEFA Champions League o el 10-2 ante el Rayo Vallecano en Liga BBVA, la afición se mostraba distante con Benítez, y por supuesto con sus planteamientos tácticos y jugados.

Varias derrotas, algunos empates o victorias sin pena ni gloria, seguían manteniendo la barrera entre aficionados y técnico. El Real Madrid no encontraba la estabilidad necesaria y la parroquia merengue lo hacía latente a través sus cánticos y sonaras pitadas.

Carranza pudo ser la puntilla

Una alineación indebida, la de Cheryshev concretamente, apeó de la Copa del Rey a los merengues a la primera de cambio. Las cosas pronto se pusieron a favor de los visitantes que con el internacional ruso se adelantaban en el luminoso, pero el runrún en las gradas cada vez era más intenso y pronto se daría a conocer la noticia de que los madrileños podían ser expulsados directamente del torneo del KO. Tanto Benítez como el Real Madrid pasaron a ser el foco de todas las críticas.

'El caso Cheryshev' pudo ser uno de los factores determiantes en la salida de Benítez

Tras especularse con contar con varios ultimátums, Rafa Benítez afrontaba un duelo ante la Real Sociedad, que ganó con solvencia por 3-1, y otro ante el Valencia CF, contra quien no pudo pasar del empate a dos. Mestalla, aquella que le vio crecer como entrenador ahora le veía marchar, aunque sin rumbo. Con un desencuentro parcial ante afición y jugadores, el Real Madrid puso fin al 'sueño' madridista anunciando su retirada cuando todavía no había terminado más que la primera parte del campeonato.