Llegó el momento de la verdad, no hay excusas que valgan, vuelve el Clásico. El sábado a las 20:30 el mundo entero se detendrá durante 90 minutos para disfrutar del partido con la mayor concentración de estrellas del actual panorama futbolístico. Barcelona y Real Madrid vuelven a verse las caras para disputar una batalla memorable en la que los dos mejores equipos del mundo harán gala de su enorme arsenal de armas para salir victoriosos del mejor duelo del deporte rey.

Una Liga BBVA prácticamente sentenciada hace un inciso para disfrutar de un auténtico duelo de titanes en el que el Barcelona y el Real Madrid harán gala de su histórica rivalidad para medirse a muerte sobre el verde del Camp Nou. En este tipo de partidos no hay diferencias que valgan, no existen los amistosos ni las concesiones. Nacidos para ser rivales, blancos y blaugranas se dejarán la piel para sumar los tres puntos contra su eterno rival. El escenario es perfecto y la oportunidad es única, el orgullo está en juego.

El Real Madrid visita el Camp Nou siendo consciente de que el título liguero es casi inalcanzable, ya que el Barcelona le saca diez puntos en la clasificación, una renta prácticamente insalvable a falta de ocho jornadas para que concluya la Liga BBVA. Sin embargo, el orgullo blanco está en juego. Un hecho que hace que los merengues olviden la distancia y la dificultad de la competición, todas sus miradas están puestas en el Clásico. Nadie piensa en la Champions League, todo el madridismo quiere pasar por encima del Barcelona aunque luego le diga adiós a la Liga.

Un paréntesis en la Liga BBVA

Tras 30 jornadas llenas de altibajos, convulsiones, fantasmas y sombras en Chamartín, el Real Madrid quiere dejar todo eso atrás para afrontar el Clásico con toda la intensidad y la motivación posible para superar a un Barcelona que no se cansa de amargar al madridismo cada vez que se cruzan. El eterno rival de los blancos siempre da el 100%, le tiene tomada la medida al conjunto blanco para superarle una y otra vez, como demostró con el 0-4 del Santiago Bernabéu.

Con la visita culé al templo blanco, el Real Madrid recibió la goleada más dolorosa en lo que va de temporada y sufrió con una enorme amargura la fiesta blaugrana en el feudo madridista. Por suerte para el cuadro merengue, el fútbol siempre da una segunda oportunidad, siempre brinda la posibilidad de revancha. El equipo de Zinedine Zidane viaja a la Ciudad Condal dispuesto a darle al Barcelona de su misma medicina, quiere ganar al equipo de Luis Enrique en el Camp Nou.

En busca del impulso anímico

En una temporada en la que el Real Madrid ha sufrido más de la cuenta en la Liga BBVA y en la Copa del Rey con la chirigota de Cheryshev, el conjunto blanco ha depositado todas sus esperanzas en la UEFA Champions League. Conseguir la undécima 'Orejona' se ha convertido en el principal objetivo en la 'Casa Blanca', algo que requeriría, como mínimo, que la plantilla merengue llegara en pleno estado anímico al próximo duelo contra el Wolfsburgo.

Para ello, el Real Madrid pretende reforzarse anímicamente y conseguir un rearme moral en el Clásico del Camp Nou, ya que una victoria frente al Barcelona supondría la mejor inyección anímica para los pupilos de Zinedine Zidane. Una victoria que, sin duda, se convertiría en un espaldarazo moral de cara al tramo final de la temporada, en el que se podrían cruzar en semifinales o en la final de la Champions League con el Barcelona. Acontecimiento para el que los blancos necesitarían llegar con plena confianza.

Además, los tres puntos contra el Barcelona permitirían que el Real Madrid se acercara un poco al objetivo improvisado que han tenido que marcarse a mitad de temporada tras el nefasto arranque liguero: quedar segundos. De momento, el conjunto blanco es el tercer clasificado de la Liga BBVA, un punto por detrás del Atlético de Madrid, por lo que una derrota en el estadio catalán le podría dificultar todavía más ese segundo puesto con el que parece que el madridismo tendría que conformarse esta temporada en la competición doméstica.

Con todos estos alicientes, el conjunto blanco viaja a Barcelona con el Clásico entre ceja y ceja, ya que el enfrentamiento contra los culés se ha convertido en el único objetivo del Real Madrid en el momento actual. Aplazado queda el sueño de Europa, la Champions League debe esperar porque el encuentro frente a su máximo rival no puede verse condicionado por nada, independientemente de los 10 puntos de diferencia que existen en la clasificación. En la 'Casa Blanca' sólo se piensa en el Clásico, ganar al Barcelona se ha convertido en un objetivo primordial.