El Real Madrid salía al campo sabiendo que no podía fallar. Sabía que sus rivales habían hecho los deberes y ahora era su turno. Enfrente el Villarreal, que con los últimos tropiezos había puesto en riesgo su cuarto lugar, y llegaba al feudo merengue con la oportunidad de refrendar su buen año a nivel nacional con una alegría para la afición, tras la cosechada en la primera vuelta en El Madrigal.

Tanteo con tacto

Las internadas, como siempre en el caso de los blancos, llegaban desde la izquierda. Marcelo se hacía con toda la banda ya que Cristiano caía al medio con asiduidad, y se medía en uno contra uno a Mario. Los centros del brasileño generaban sensación de peligro para los visitantes, pero no ocasiones de verdadero riesgo para alterar el marcador. Fue cuando el luso se dejó caer por dicho costado cuando el Madrid generó la primera ocasión, haciendo reaccionar a Asenjo para evitar que el de Madeira conectase con Benzema, en boca de gol dispuesto a aprovecharse de un servicio de su compañero.

El Villarreal defendía atrás sin excesiva sensación de peligro. Modric, Cristiano y Marcelo, los más activos, pero sin tirar a portería

El partido había comenzado tembloroso, con los dos equipos mirándose de igual a igual y sin que se rompiera por ningún lado. Kroos lo intentó partiendo desde campo propio y llegando hasta al área rival, levantando la expectación del respetable, pero su pase final buscando a Benzema lo interceptó Bonera. La grada, adormecida por el horario, había reaccionado en primera instancia silbando a Danilo tras dos pérdidas, situación a la que reaccionó otra parte del público con aplausos para el lateral ex del Oporto.

Con Ramos y Varane imponiéndose a Adrián y Bakambu, el Madrid cada vez inclinaba más el campo hacia la meta de Asenjo. Marcelo se destapaba como el jugador más interesado en hacer que pasasen cosas fuera de lo establecido, y sus internadas cada vez creaban más peligro. Por el costado contrario Danilo se asentaba con el paso de los minutos y comenzaba a aparecer en campo rival, provocando que Trigueros se distanciase de Bruno, y viceversa, buscando ayudar a los laterales y creando problemas en el eje de la creación a los amarillos.

El poco mutó en nada, y los errores se repetían y repartían. Uno y otro bando mostraban una falta de tensión que provocaba fallos en las entregas aparentemente sencillos, y triangulaciones sin ritmo que permitían colocarse cómodamente a la defensa rival. No sufrían unos ni otros, ni tampoco el césped que rodeaba las áreas. Apareció entonces para sacar al partido del letargo la figura de Luka Modric. El croata asumió temporalmente el mando, movió al equipo y encontró en dos ocasiones a Danilo desmarcado, poniendo este un centro que buscaba a Benzema, pero que el galo no acertó a convertir en tanto.

Cristiano, Modric... y Benzema

Fue después Lucas su socio, tras caracolear en el perfil zurdo del ataque madridista, y de volea el de Curtis no supo encontrar tampoco portería. al compás del balcánico bailaban los blancos, aunque la melodía lejos de atronar apenas sonaba sutilmente. Falto de juego entre líneas, el Madrid recurría a las bandas. Cristiano volvía a levantar suspiros de admiración tras una jugada personal en la que sentó a dos contrarios con amague primero y bicicleta después, pero a su centro no llegó por poco Lucas, que ya se relamía en la frontal del área pequeña.

El Villarreal lo encomendaba todo al contragolpe, con alguna salida sin demasiado futuro de Bakambu o Adrián desde muy lejos que rápidamente quedaban cercionadas por los zagueros blancos. En las pocas ocasiones en las que los amarillos lograban tocar en campo rival, la falta de velocidad de las circulaciones no ponía alerta a la defensa. Y sin embargo, dejaban huecos atrás, y eso lo aprovechó el Madrid. Robó Modric, inició Benzema abriendo a Cristiano que dejó atrás a mario con una bicicleta.

Su centro lo despejó en primera instancia Asenjo, pero el rechace lo recogía el punta francés que de cabeza, inauguraba el marcador.  Se aceleraba el partido a escasos minutos del final del primer tiempo. Una contra del Madrid tras saque de esquina terminó en recontra amarilla, a la que reaccionó de manera magistral Keylor Navas en su primera intervención, salvando el empate. Tras dos nuevos intentos de salida al galope por parte local, llegaba el tiempo de descanso.

Mismo patrón de vuelta al juego

Kroos y Modric manejaban al equipo a su antojo, cuajando ambos un gran partido y siendo protagonistas en campo rival

Tras el parón, el Madrid salió con la misma actitud. Un resbalón inoportuno de Bailly en el área, que Clos Gómez transformó en falta, a punto estuvo de significar el segundo tanto de Benzema. Cristiano, en un saque de esquina posterior, remató alto cuando ya se cantaba gol, como Modric minutos después con un golpeo desde la frontal que se marchó lamiendo el poste izquierdo de la portería de Asenjo. Sin pausa, pero sin prisa, el conjunto de Zinedine Zidane arrinconaba de nuevo al Submarino en su área.

De lado a lado, pasando por un dúo Kroos-Modric segurísimo, la basculación de los blancos provocaba huecos que sus carrileros aprovechaban tomando la línea de fondo. Danilo fue el primero, pero su centro de nuevo no encontró compañero y sí a un rival. Benzema y Cristiano conectaron por izquierda, y solo un cruce providencial de Rukavina evitó el segundo. No terminba de encontrarse cómodo el Villarreal, demasiado replegado y sin poder degustar el balón. Con Denis y Dos Santos desaparecidos, los de Marcelino no rondaban la meta de Navas; y cuando se acercaban aparecían Ramos o Varane para evitar problemas.

Fluctuaba Benzema por todo le frente de ataque, y sus cambios de perfil desconcertaban a la zaga. Por derecha, se asoció a la perfección con Lucas Vázquez, y con una pared dejó solo al de Curtis, y que tras recorrer diez metros al galope encimado por Bruno, se sacó un derechazo que sorprendió por bajo a Asenjo e hizo el segundo tanto para los blancos. La distancia que reflejaba el marcador comenzaba a ser notoria, y Zidane movía el banco. Isco a escena, y Kroos a tomar un respiro.

Danilo y Modric rubrican

Danilo crecía con los minutos, y los pitos del primer tiempo ya eran cosa del olvido. El brasileño dio muestras de su potencia tras asistirle de nuevo Benzema, abriéndole la banda. El lateral diestro se lanzó el balón a lo largo, galopó la banda y encontró a Modric que, sin dejar caer el balón y derrapando, con la izquierda, perforó de volea el arco de Asenjo para hacer el tercero. Zidane sonreía, y también su equipo, que daba un paso atrás y se encomendaba al contragolpe para los instantes finales.

El Villarreal no parecía querer tentar a su rival a salir al contragolpe, y permencía ordenado y sobrio con el balón, sin dejar huecos pero tampoco forzando que llegase el gol al menos del honor. Con Jesé, Isco y James en el campo el Madrid no dejó de atacar, y aunque ya sin la misma intensidad, los blancos lo intentaban a balón parado, pero por arriba Bonera y Bailly se mostraron inexpugnables. Un tiro sin fe de Samu García que tapó Varane y una cabalgada sin destinatario de Jesé pusieron el postre al encuentro. Al final el reloj terminópor marcar el 90, y el partido terminó. Los tres puntos se quedaban en casa, y la pelea por la Liga seguía viva una semana más.

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Sobre el autor
Manuel Vergara
Coordinador y redactor de la sección del Real Madrid y su cantera | Contacto: [email protected]