No se puede decir que el Real Madrid jugó un partido brillante, ni que arrasó al rival con un ataque y una defensa arrolladoras, más bien se puede decir que los blancos hicieron lo mínimo para poder salir victoriosos de las semifinales y lograr el ansiado pase a Milán. Bien es verdad que los de Zizou tampoco necesitaron emplearse a fondo gracias al gol de Bale a los minutos de juego, o por el pobre planteamiento del City encabezado por Manuel Pellegrini.

Todo esto quizá no concuerde con la primera media hora de juego. El Madrid sabía de la necesidad de marcar un gol para pasar la eliminatoria, y salió a dominar, a intentar hacer el tanto y respirar. Todos los presagios eran buenos, la ofensiva blanca llegaba y embotellaba por momentos a la defensa blue, la pelota no duraba al Manchester que solo pensaba en la contra.

Gol de Bale

Corría el minuto 20 y Bale, con la ayuda de Fernando, anotaba el primer tanto del partido y ponía el ánimo madridista por las nubes. Entre tanto, Pellegrini y el City daban muestras de que no pretendían dar demasiada guerra. Su esperanza era defender con todo y de una jugada aislada sacar un gol que pusiera al Madrid contra las cuerdas. Mucho más no proponía el City. Aun así, el Madrid pareció relajarse algo, los siguientes 10 minutos al gol del galés, fueron de dominio claro blanco, no daban respiro. Un gol anulado a Sergio Ramos certificaba que el Madrid estaba metido en el encuentro, pero sin dejarse el alma. Quizás se pudieron dejar llevar por el ritmo lento del partido. No existía presión, ni intensidad, los 11 jugadores en su propio campo.

Equipo de rachas

Pero de repente los de Manuel Pellegrini, acorde a su juego de rachas, comenzó a carburar cuando restaban 5 minutos de juego. Tanto que la grada del Bernabéu se temió lo peor. Llegadas de Yaya Touré, galopadas de De Bruyne, arrancadas de Jesús Navas, y sobre todo un palo de Fernandinho en el minuto 44, casi deja a los blancos en serios peligros.

El descanso calmó los ánimos citizens, pero durmió al Madrid por completo. Los primeros instantes de partido, se pudo ver a un Madrid parado, errático, y con más ganas de acabar así, que de aumentar su cuenta particular. Eso sí, no había la intención de empatar. Fue una verdadera decepción el planteamiento de Pellegrini, teniendo en cuenta la magnitud del partido.

Vuelta al dominio

Después de esos minutos algo dubitativos, el Madrid volvió a coger las riendas del partido. Modric se multiplicó y empezó a mover al equipo con gran maestría. Una de las últimas claras que tuvo el Madrid fue un cabezazo de Bale, el mejor del partido, que salió disparado a la cruceta, pegando en el larguero y ahuyentando la calma blanca.

Las ocasiones se sucedían, a la de Bale, se sumaba la de Cristiano  y una de Modric, que Joe Hart sacaba con gran maestría. Pero llegados a los últimos 15 minutos de juego, el Manchester pareció reaccionar a la situación del partido. Solo necesitaban un gol para pasar la eliminatoria pero daba la sensación de que no querían.

Último arreón

El City se vino arriba, espero a casi el final del partido para hacer algo ofensivamente hablando. El Madrid se centró en defender y no pasar apuros. Otra vez con lo mínimo conseguían pasar el aprieto y salir airosos.

Aunque Agüero y De Bruyne pusieron las últimas guindas del pastel. Primero el argentino desde fuera del área –su único lanzamiento en todo el partido- inquietó a Keylor Navas, pero su disparo salió por encima del larguero. Después, cuando el ocaso del partido se acercaba, De Bruyne jugó sus últimas cartas.

Pero para fortuna blanca, ninguna se concretó y el Real Madrid se las verá con el Atlético de Madrid en la re-edición de la final de 2014 en Lisboa.