20 de Mayo de 1998, el destino del Real Madrid tomaría un cambio de rumbo en las siguientes décadas tras esta fecha. Una fecha inolvidable para el madridismo que añoraba los años gloriosos de su club, en los que era el gran conquistador de trofeos continentales, y para aquellos jóvenes que no habían visto nunca a su equipo levantar “la orejona”. El Madrid se iba a alzar con su séptimo entorchado europeo ante una de las grandes potencias en su momento, la Juventus de Turín. El equipo italiano llegaba a la final por tercera vez consecutiva.

El Real Madrid se plantaba en la final sin la vitola de favorito, esto provocó que en el inicio del encuentro no estuvieran bien posicionados en el campo y el conjunto turinés dominara el comienzo. Zinedine Zidane era la gran estrella de la Juventus, que años más tarde se convertiría en leyenda blanca, y Jupp Heynckes colocaba en el centro del campo a Redondo y Karembeu para contrarrestar el talento del genio francés. Hasta el descanso se llegó con la igualdad en el marcador, aunque el conjunto blanco alcanzó la portería de Peruzzi por medio de Mijatovic y Raúl que provocaron cierto temor en el conjunto de Marcelo Lippi. En la parcela defensiva, Fernando Hierro dominaba a la conexión Del Piero - Zidane.

Precisamente cuando peor lo estaba pasando el equipo blanco, fue cuando llegó el gol de Mijatovic

Tras la reanudación, se produjeron diversos cambios tácticos. El Madrid colocaba a Mijatovic en banda derecha mientras que la Juventus daba entrada a Tacchinardi lo que le daría mayor agresividad, generando así mayor peligro sobre la portería de Illgner. Precisamente cuando peor lo estaba pasando el equipo blanco, fue cuando llegó el gol de Mijatovic. El crack montenegrino se aprovechó de uno de los pocos fallos defensivos de los italianos para marcar un gol para la historia. El Real Madrid a partir de ahí se dedicó a conservar la ventaja hasta el pitido final del árbitro. Cabe destacar la gran actuación del portero alemán Bodo Illgner, que supo dotar de carácter y veteranía al equipo en una cita tan decisiva.

32 años después volvían a ganar la primera competición europea y daban la ansiada séptima a una afición que tenía que buscar en los libros de historia los logros de sus viejas leyendas.