Hay capítulos escondidos en la historia que guardan un gusto demasiado eterno como para pasarlos por alto. El fútbol y sus partidos parecen muchas veces sacados de un guión cinematográfico. Hoy Cristiano Ronaldo ha tenido el honor de protagonizar uno de esos instantes que se quedan clavados en el corazón.

El partido del futbolista portugués había sido bastante gris, sin sobresalir en la fase ofensiva y sin poder anotar uno de esos tantos goles que suma temporada tras temporada. Sin embargo, el ultimo penalti de una tanda para la historia iba a ser para él. De nada servía echar la vista a un pasado, recordar el partido, ni tampoco echar la vista al futuro, pensar en ser el héroe o el villano, era el momento de vivir el presente, de saborear un balón que era el nexo de unión de impregnar con más fuerza que nunca su historia junto a la del club más importante del planeta tierra.

Una celebración desenfrenada

Y así lo hizo el portugués, lanzando una pena máxima inmaculada y que dejo a Oblak vendido y saboreando el amargo sabor de la derrota. La tensión acumulada se apoderó de un pasional Cristiano, el cual se quitó la camiseta con una furia y bajo un rostro desencajado que impresionaría hasta al mayor de los escépticos. Un disparo colocado al lado derecho de la portería rojiblanca que quedará grabado en la memoria de cada uno de los aficionados blancos.

Dentro de 20 años nadie se va acordar de que el portugués no rayó a un gran nivel en la final, sino que el penalti lo marcó él, el cual será el recuerdo que inunde las mentes de la afición blanca, rojiblanca y de todo aficionado al fútbol. Al final y al cabo, no hay nada más resultadista que el tiempo, nadie se acuerda del cómo sino del qué. Cristiano Ronaldo ha vuelto a escribir otro capitulo en la historia blanca, convirtiéndose en uno de los protagonistas absolutos de esta trama triunfadora, se fue Di Stefano pero su legado lo mantiene bi el portugués. El Real Madrid solo puede darte las gracias, has nacido para triunfar y sobre todo, y compartiendo un gen claramente marcado tanto en tu ADN como en el del club blanco, para ganar.