El Real Madrid consiguió la 'Undécima' en un partido en el que la estrategia, el físico y la suerte condicionaron el encuentro que tenía características muy parecidas a la final que enfrentó a ambos equipos hace dos años.

Los blancos querían empezar fuertes

La idea estaba clara en el seno madridista. Comenzar fuertes y buscar un gol que encarrilase el partido. Y así fue, a balón parado, y envuelto en la polémica, e nuevo, el baluarte de la 'Décima' daría el primer tanto del partido. El balón parado sería fundamental para el control del choque, y es que el Real Madrid, sorprendería en esa faceta a los rojiblancos, ganando la mayoría de saltos o disputas por alto, o centros, a excepción del gol del empate.

A partir de ahí el conjunto blanco dejaría prácticamente de tener el balón. Dejaría que los rojiblancos tuviesen más la bola, que empezasen a atacar en tres cuartos de área para matar el partido con sus balas en ataque.

Ramos celebra con Bale el primer tanto del partido. Vía: UEFA.com
Ramos celebra con Bale el primer tanto del partido. Vía: UEFA.com

El Atleti no llegaba con claridad y el Madrid cuando la tenía apenas inquietaba. El partido estaba muy centrado, las zonas peligrosas apenas se rozaban y las líneas de siete, ocho jugadores estaban muy compactas. La única válvula viable para los rojiblancos era la banda izquierda. Carvajal tenía amarilla, y Griezzman intentaría buscarle las cosquillas al lateral español, sin éxito.

El penalti que cambió todo

Los comienzos son muy importantes, y los rojiblancos salieron a morder, a buscar el gol lo más rápido posible y como le sucediese al Sevilla en Basilea, los hombres del Cholo Simeone tendrían una ocasión de lujo para empatar el partido, pero el larguero quiso repeler el penalti que lanzaría Griezmann.

Clattenburg señala penalti. Vía: UEFA.com
Clattenburg señala penalti. Vía: UEFA.com

Tras ese momento el partido giró de rumbo y los rojiblancos intentarían por todos los medios equilibrar la balanza en el luminoso. La entrada de Carrasco fue una estrategia táctica del Cholo Simeone que funcionó a las mil maravillas y el empate fue el fiel reflejo de ese cambio.

Los antecedentes de Lisboa parecían repetirse en Milán, pero a la inversa. El Real Madrid ya había realizado los tres cambios y el cansancio físico parecía ser un lastre que podía beneficiar al los rojiblancos. Danilo y Lucas tuvieron que esforzarse a fondo para frenar a un Atleti que con el paso de los minutos vería como Koke o Filipe Luis, dos de sus piezas clave, se tendrían que retirar por lesiones musculares.

Lucas Vázquez anota el primer penalti. Vía: UEFA.com
Lucas Vázquez anota el primer penalti. Vía: UEFA.com

Ya en la quiniela de los penaltis, los jugadores blancos tirarían todos al mismo lado, al lado izquierdo de un Oblak inmóvil que no podría hacer nada para detenerlos. En el conjunto de la ribera del Manzanares sucedería lo mismo, a excepción de Juanfran, que arriesgó más de la cuenta en el lanzamiento, y finalmenta acabaría fallándolo.

Ramos y Casemiro bastiones de los blancos

La temporada del mediocentro del brasileño fue espectacular. Su progresión en estos dos años ha sido constante y de manera exponencial, y en Milán su trabajo defensivo fue encomiable. Achicando, dando coberturas o llegando al área, fue el principal motor del conjunto blanco, junto con Sergio Ramos, mejor jugador de la final. El capitán tiraría de galones anotando el primer tanto tras un gran pase de Bale, y conseguiría superar la presión para marcar uno de los penaltis decisivos para la victoria de los merengues en el día de ayer. Además en defensa estuvo sensacional, evitando las incorporaciones peligrosas de Griezmann o Torres, que tuvieron un impacto ofensivo menor de lo esperado en el encuentro.

El Real Madrid conseguiría ganar otra Copa de Europa más tras sufrir como nunca, ante un rival que vio como la revancha de Lisboa pudo verse plasmada en Milán y que el infortunio de la pena máxima les apeó de una copa que llevan buscando en tres finales.