Apenas faltaban unos instantes para el final del primer tiempo. Gareth Bale recibió una dura entrada de Coates en el costado izquierdo del ataque del Real Madrid que le dejó unos segundos en el césped. El galés se recuperó, se levantó y volvió al campo, para ser atendido durante el descanso por los servicios médicos del conjunto madridista. Pero aunque inició la segunda mitad, el de Cardiff no estaba en las condiciones óptimas para mantenerse sobre el campo, y Zidane le retiró en el minuto 67 por Lucas Vázquez.

Nada más terminar el partido, que el jugador de Gales vio desde el banco, se conoció que Bale no sufría lesiones musculares, pero sí un serio golpe en la cadera producto de aquel choque que le había provocado un derrame en la zona, además de dolores fuertes que le dificultaban moverse con facilidad. Por la zona mixta, el galés pasó con visibles gestos de dolor, con la mano en la cadera y transmitiendo malas sensaciones. Con la política de riesgo cero que está asumiendo Zidane, lo más probable es que Bale se pierda el próximo partido de Liga ante el Espanyol, si el técnico tiene la más mínima duda de su físico.

Riesgo cero

Lo apretado del calendario manda, y tras jugar el domingo, el miércoles recibirán los blancos al Villarreal, partido para el que Zidane sí quiere contar sin dudas con el de Cardiff. No obstante, para el Madrid supone un contratiempo, puesto que Bale había demostrado ser uno de los jugadores en mejor forma en el arranque de temporada, y se había estrenado en materia de asistencias - a Cristiano en su primer gol liguero - y goleadora, siendo el actual pichichi del equipo en Liga con dos tantos.

El propio Ronaldo, además, es la otra gran ausencia del partido ante los pericos. El portugués, que había vuelto tras su lesión para jugar 65 minutos frente a Osasuna y 90 frente al Sporting de Portugal, no podrá ayudar al equipo en Barcelona. Una gripe le ha hecho entrar dentro de la dinámica de ningún riesgo, y se reservará para estar al 100% ante el Villarreal el próximo miércoles.

Si bien se especulaba con una posible determinación por parte de Zidane de concederle un respiro para no sobrecargarle tras su reaparición, estas molestias han terminado de despejar la incógnita, y Cristiano cogerá fuerzas y descansará para poder encarar el choque frente al cuadro amarillo en plenitud de condiciones.