José Fernández es uno de los jugadores más señalados por la afición. Por uno u otro motivo, no cuenta con la total simpatía de la grada pero tiene clara cuál es la solución. Silbado cuando su nombre era anunciado por la megafonía, fue protagonista de numerosas ovaciones a medida que transcurrían los minutos. Por esta razón, el club ha considerado que era una fecha óptima para que el futbolista fragmentara el silencio en el que se envolvió desde la salida de Sergio Egea.

El que fuera jugador del Real Zaragoza ha querido aportar normalidad al extraño clima que preside su figura. De esta manera, una vez terminada la sesión regenerativa correspondiente a la matinal del domingo, ha afirmado que él sabe que las cosas no salieron bien hasta el momento pero que está “para ayudar e intentar crecer como jugador al mismo tiempo que para participar en los éxitos de este equipo”. Con el fin de rechazar cualquier tipo de divorcio, ha afirmado que entiende la disconformidad y que suya es la responsabilidad de modificar la situación: “Las grandes aficiones quieren lo mejor para su equipo. Para ello es imprescindible exigir lo máximo a sus jugadores. Ellos creen que puedo rendir a mayor nivel y yo también lo pienso así que solo puedo tener palabras de agradecimiento hacia el respetable”.

Sonriente de oreja a oreja, ha querido disimular su euforia contenida diciendo que desde ya solo piensa en el partido ante el Mallorca. Consciente de que es una salida complicada, define como evidente el hecho de que tendrán que preparar el partido con rigor para obtener los tres puntos.

Esa salida fue el principio del fin para los de Egea la campaña anterior y Hierro buscará que sea la primera victoria lejos del Tartiere en esta presente temporada. Con la mirada colocada en este hecho, los azules descansarán mañana para volver a ejercitarse el martes a las diez y media horas en el Requexón.