La Real Sociedad necesitaba recobrar las buenas sensaciones con las que empezó el curso pero estas siguieron sin aparecer. Y no fue porque los donostiarras no lo intentasen, pero las múltiples intentonas acabaron en el limbo. La Real ha perdido su chispa, y con ella su acierto de cara a gol.

Parecía que los locales querían empezar mandando, por medio de un Chory Castro ansioso por aprovechar la oportunidad tras salir de inicio, pero los guipuzcoanos pronto irían yendo a menos. No mostraba la Real la frescura y el dinamismo que hicieron posible la clasificación a la Champions League, y no se movía el marcador en Anoeta.

El Málaga, más preocupado en defender que en atacar, hacía acto de presencia en el área txuri-urdin llegada la media hora. Los de Schuster contuvieron brillantemente los ataques vascos, pero descuidaron su faceta ofensiva. En la primera mitad, Portillo fue el primero en probar suerte, más tarde, El Hamdaoui buscaría su gol. Pero el neerlandés de origen marroquí estuvo demasiado solo arriba durante la mayor parte del choque.

Los de Arrasate lo intentarían en lo que quedaba de primera mitad, con poco acierto. Agirretxe actuaba como titular por primera vez tras su reaparición, y se le vio falto de rodaje. Mientras que Carlos Vela no conseguía entrar acertadamente en el juego. Muy fallón durante los 90 minutos. Prieto y Pardo más finos, pero lejos del arco de Caballero.

Sin acierto

Con la segunda mitad, Agirretxe tuvo en sus botas el primer tanto de la tarde, pero su remate con la zurda se marchó desviado. A la Real se le hacía pequeña el marco rival. Como en Levante y frente al Shakhtar en Champions. Algo peligroso para un conjunto con ADN goleador.

El técnico realista daría entrada a Griezmann y Zurutuza para dar un golpe de efecto al encuentro, y el primero cerca estuvo del premio. El de Macon dio una marcha más en ataque a la escuadra txuri-urdin, pero fue insuficiente para lograr el gol. Aunque los blanquiazules insistían, la imprecisión fue la compañera de viaje hasta el final. Además, los de la Costa del Sol despertaban.

Los andaluces actuaban de manera inteligente. Sin arriegar atrás, y a buscar las acciones directas ante la meta de Bravo. Santa Cruz entró al césped para dar relevo a un desafortunado El Hamdaoui, y se convirtió en una pesadilla para la zaga local. A punto estuvo en dos ocasiones de ver puerta. Anoeta respiraba tras las ocasiones desperdiciadas por los malagueños, y apretó en los minutos finales.

Porque en los instantes finales se vio más tensión, más pundonor y fue de lo más emocionante después de hora y media soporífera. Pudo ganar cualquiera, con Morales y Seferovic erráticos en los momentos más inoportunos. Pero no ganó nadie, y la Real que parece haber perdido el encanto.